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Entender qué es lo público y como abordarlo.
Tipo: Monografías, Ensayos
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PREGUNTAS (Conducta de entrada)
Lea atentamente la introducción del texto. Por favor cite la página que le permite responder la pregunta, copie la parte con la que ha respondido la pregunta. Redacte con sus palabras la respuesta.
“la idea de público, antes que el fundamento de la administración pública y la política misma, fue, primero que todo, una idea filosófica. La filosofía platónica, es decir, la filosofía, adquirió forma en el contexto del debate griego, ático, sobre lo justo y la verdad. Justicia (dikaiosune) y verdad (aletheia), campos que se disputaron, largamente, por más de dos siglos, los sofistas y los filósofos platónicos, fueron tratadas, por Platón, como sinónimas; y esa sinonimia se acreditó –para Platón– en el contexto de los asuntos de la politeia, asuntos tratados, fundamentalmente, a través del discurso, tanto de las asambleas (ecclessia, agora), como del tribunal (dikasterio), escenarios del ejercicio de discusión sobre los asuntos que atañen a los intereses del ciudadano (polites). Pero, en la filosofía platónica, y aun en la filosofía de Aristóteles (el platónico más célebre), no hubo pregunta directa sobre el concepto de público, aunque la hubiera sobre el concepto de politeia; la idea de público estuvo siempre tácita, como ese dominio (kratos) fundante de los asuntos de la polis” (Pág. 1)
La idea de público en la filosofía griega ática, se hizo visible – aunque no de forma directa- a través del debate, en el debate sobre lo justo y la verdad. Debate que se desarrolló en los escenarios de la época protagonistas de este: las asambleas y tribunales. En el debate de estos temas fue que se trató lo que hoy
cuestionamos como público, sólo que para aquel entonces, se hablaba de temas de interés del ciudadano. Este concepto, lo público, permaneció latente así no se haya desarrollado la pregunta explicita sobre el tema. Además, como lo da a entender la autora, lo público en la antigüedad fue una idea filosófica.
“El Estado territorial, como aparato de poder, perdiera su control, frente a los grandes monopolios económicos, entendidos como lo privado, o los intereses privados” (Pág., 2) “Hoy se muestra que el Estado territorial, cada vez más, se ha vuelto un enorme aparato de control, manejado por tecnócratas, burócratas y una clase de altos ejecutivos profesionales que fungen como políticos. El pueblo ya no decide, sólo avala las decisiones del experto, y es sólo el objeto principal de diversos procesos técnicos de cálculo estadístico” (Pág., 2) “la oposición entre público y privado tiene, también, un punto neutro: la empresa privada busca el lucro, la empresa estatal la maximización del capital del erario público, capital este que ha de resolverse en términos de la inversión en los temas del bien común” (Pág., 14) “En la medida en que lo público y lo privado, en el contexto del capitalismo, se refieren a dos modalidades de la empresa, pública y privada, entonces es la empresa el punto neutro de la oposición. El estado se constituye por cierto conjunto de empresas e industrias... con un destinatario: El pueblo. Pero igualmente, la empresa privada crea y desarrolla productos y servicios cuyo destinatario es el pueblo” (Pág., 14)
Según lo citado y lo expuesto por la autora al nombrar a Marx, se entiende que la figura de Estado (como encargado de garantizar y velar por el bien común) se ve trasladada por organizaciones o individuos que persiguen intereses lucrativos que veían el qué hacer del aparato Estatal como una figura encargada de la organización de la estructura capitalista. Lo anterior, ya que para el Estado territorial el pueblo no es su
materia de construcción sino objeto de índices de cálculo. Se ha pasado, entonces, de una figura de estado que no provee mecanismos de satisfacción, sino un Estado que busca actuar como mediador y encargado de instituir a una masa con una serie de relaciones legitimas que satisfacen unas necesidades de tinte privado. Esto último, ya que el Estado Territorial se ha vuelto un gran aparato de control administrado por políticos que prevalecen intereses de particulares. Entonces, las relaciones que media el Estado se dirigen a instituir sobre unos destinatarios una serie de modalidades, de formas que buscan en lo público la maximización del erario público y en lo privado el lucro y no justamente el bien común. Paradójicamente, en este último aspecto es en el que se encuentra un punto en común entre lo público y privado: las ganancias.
“El Estado Territorial, como aparato de poder… hoy no ve al pueblo como su materia de origen, sino como la substancia de construcción de índices de cálculo. … La cuestión es saber si esto implica la desaparición de lo público o si esta idea, símbolo fundamental de la política en occidente puede deconstruirse hasta encontrarla, incluso hoy cenado se anuncia su extinción” (Pág., 2) “Lo Público arrastra implícitamente lo privado como aquello de lo cual se distancia para poder reafirmarse como público” (Pág.2) “Si lo público implica negativamente a lo privado, esto no significa – como a veces se dice- que se hayan disuelto las fronteras entre ambos, no; lo único que significa es que se solicitan el uno al otro.” (Pág., 2)
“Todo dominio siempre es dominio público, no hay institución privada; lo privado no puede ser atributo de la institución, porque lo privado es lo que ha quedado por fuera del dominio, es decir, lo que no se ha podido legitimar” (Pág., 10) “La singularidad es el objeto del litigio entre el individuo y el Estado: éste, detentador de lo público, condena la singularidad, la expulsa de sus dominios, pues ésta no es consistente con ese bien común cuya tutela él asume” (Pág. 12) “Al menos dos conclusiones hemos de extraer aquí: una, que el lenguaje, antes que el Estado, es la primera forma de lo público. Dos, que lo privado es efecto de instauración de lo público”. (Pág., 16)
La autora habla sobre la necesidad de recuperarse lo público como un entorno para avivar el debate, citando a Habbermas. De forma posterior, realiza un interesante recorrido en el que desde la antigüedad hasta la aparición de la figura de Estado Territorial, desde la modernidad barroca hasta un contexto Capitalista, construye una serie de conceptos sobre lo público a partir de una serie de condiciones. Por otro lado, expone que lo privado hace parte de lo público, que es parte de lo que no ha sido posible ser dominado por la institución sobre una masa que se pretende instituir.
Además, se habla de una exclusión entre el Estado y el individuo que permite introducir, lo que la autora denomina, la singularidad. Esta entendida como una característica única del sujeto y que este defiende aún a pesar de generar inconvenientes a otros. Finalmente, la autora habla de lo privado entendido como la propiedad individual y la condición de carecer de algo. Esto lo explica
como la propiedad sobre un objeto y la carencia de esta facultad de propiedad. Así, es como la autora quita fuerza a la idea de una pérdida de fronteras entre privado y lo público, ya que insiste en que lo común entre ambos ámbitos es que uno no es sin el otro: lo privado es efecto de
instauración de lo público, y lo público es todo lo que este domina de lo privado.
En cuanto a la explicación de la crisis, se entiende que “lo privado es todo aquello tácito en lo público” (Pág., 17) a lo que la que se entendería como lo inmerso, lo que está presente y que no es visible y no hay forma de ser parte de ello. Entonces, como se menciona en el texto trabajado en la página 17 “Si la definición de lo público se construye por dos grupos,