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SEMIOLOGIA UNIDAD 4 UBA XXI, Apuntes de Semiología

SEMIOLOGIA UNIDAD 4 UBA XXI SEMIOLOGIA UNIDAD 4 UBA XXI SEMIOLOGIA UNIDAD 4 UBA XXI

Tipo: Apuntes

2019/2020

Subido el 07/11/2020

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dani-rodriguez-24 🇦🇷

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¡No te pierdas las partes importantes!

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Prólogo
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EliseoVerón
Lamediatización,ayeryhoy
Enlasdiscusionessobrelaetapaactualdelamediatización,quienessepreocupanporno
perderdevistasudimensiónantropológica–entrelosquemeincluyo,encompañíapor
suertedealgunoqueotroautorilustre–consideranindispensabletenerpresenteslas
constantesquereaparecen,unayotravez,alolargodelahistoria,(loquellamoaquíla
“dimensiónantropológica”)parapoder,sobreesefondo,identificarcorrectamentelas
variablesemergentes.Losinvariantesremitenalamediatizaciónmisma,comounadelas
dimensionesfundamentalesdelprocesodeespeciacióndelsapiens.Loemergenteresulta,
cadavez,delsurgimientodeunnuevodispositivotécnico–desdeelmomentoinauguralde
latalladeinstrumentosdepiedrahastaInternet–quegeneraunfenómenomediático
inédito,elcualmodificaycomplejizalamaneraenqueseexteriorizanmaterializanlos
procesoscognitivosdelaespecie.Aprovechemos,dichoseadepaso,parafrenaralgunas
fantasías:esastransformacionessucesivasamplíanloscamposylasmodalidadesde
aplicacióndelacapacidadcognitivadelhombre,peroelnúcleobásicodedichacapacidad,
queremitealaestructuraanatómicayquímicadelcerebro,formapartedelosinvariantesy
nosemodifica,puestoquesisehubieseproducidoalgunamutacióndelsapiensdesdeel
momentodesuespeciación,noshabríamosenterado.
Laaparicióndelaescritura,haceunosochomilenios,marcóelcomienzodeunacreciente
diferenciaciónentrelossistemaspsíquicosylossistemassocialesydesdeentoncesen
adelantelainterpenetraciónentreambostiposdesistemassehavueltocadavezmás
intrincadaencadanuevaetapadelamediatización.1Elprocesodecreciente
individualizacióndelosactoressociales,ampliamentediscutidocomoel“individualismo
moderno”,dinamizadoensuorigenporlainvencióndelaimprentaylaconsecuente
macrocirculacióndelatextualidad,fueproduciendo,enlossiglossubsiguientes,
innumerablesefectosdirectoseindirectos,articulándosedespués,demanera
extremadamentecompleja,alaprimerayalasegundarevolucionesindustriales.Entreesos
efectos–entrelazadosconmúltiplesfactoreseconómicosypolíticos,porquesetratade
procesossistémicosconnumerososfeedbacks–secuentalaemergenciadelasciencias
socialesafinesdelsigloXIX.Enesecontexto,nosencontramosconloquetalvezpueda
serconsideradounadelastantasparadojasdelahistoria:exactamenteenelmismo
períodoenelqueseproduceunaextraordinariaaceleracióndelprocesodemediatización
(entrefinesdelsigloXIXhastaunpocomásalládemediadosdelXX),lasnuevas
disciplinascientíficassobreelhombreensociedadseestabilizanalrededordeteoríasque
ignoranporcompletoloqueestáocurriendoyquecarecendetodoinstrumentoconceptual
paracomprenderlo:laeconomíaconsagraalhomoeconomicus,practicantesolitariodel
RationalChoice;lasociologíacrecesustentadaenelmodelodelaacciónsocialorientada;
lapsicología(incluidoelpsicoanálisis)seestabilizaencapsuladaenlasubjetividad;elhomo
politicusobiennoaparececomomuydiferentedeleconomicusobienseloenriquece
1EnMarioCarlón–AntonioFaustoNeto(comps.)Laspolíticasdelosinternautas.Nuevas
formasdeparticipacipación.EditorialLaCrujíaEdiciones.EdiciónBuenosAires–2012
Unidad 4
26. Verón, E.: “La mediatización ayer y hoy”
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Prólogo^1 Eliseo Verón La mediatización, ayer y hoy

En las discusiones sobre la etapa actual de la mediatización, quienes se preocupan por no perder de vista su dimensión antropológica –entre los que me incluyo, en compañía por suerte de alguno que otro autor ilustre– consideran indispensable tener presentes las constantes que reaparecen, una y otra vez, a lo largo de la historia, (lo que llamo aquí la “dimensión antropológica”) para poder, sobre ese fondo, identificar correctamente las variables emergentes. Los invariantes remiten a la mediatización misma, como una de las dimensiones fundamentales del proceso de especiación del sapiens. Lo emergente resulta, cada vez, del surgimiento de un nuevo dispositivo técnico –desde el momento inaugural de la talla de instrumentos de piedra hasta Internet– que genera un fenómeno mediático inédito, el cual modifica y complejiza la manera en que se exteriorizanmaterializan los procesos cognitivos de la especie. Aprovechemos, dicho sea de paso, para frenar algunas fantasías: esas transformaciones sucesivas amplían los campos y las modalidades de aplicación de la capacidad cognitiva del hombre, pero el núcleo básico de dicha capacidad, que remite a la estructura anatómica y química del cerebro, forma parte de los invariantes y no se modifica, puesto que si se hubiese producido alguna mutación del sapiens desde el momento de su especiación, nos habríamos enterado.

La aparición de la escritura, hace unos ocho milenios, marcó el comienzo de una creciente diferenciación entre los sistemas psíquicos y los sistemas sociales y desde entonces en adelante la interpenetración entre ambos tipos de sistemas se ha vuelto cada vez más intrincada en cada nueva etapa de la mediatización.1 El proceso de creciente individualización de los actores sociales, ampliamente discutido como el “individualismo moderno”, dinamizado en su origen por la invención de la imprenta y la consecuente macrocirculación de la textualidad, fue produciendo, en los siglos subsiguientes, innumerables efectos directos e indirectos, articulándose después, de manera extremadamente compleja, a la primera y a la segunda revoluciones industriales. Entre esos efectos –entrelazados con múltiples factores económicos y políticos, porque se trata de procesos sistémicos con numerosos feedbacks– se cuenta la emergencia de las ciencias sociales a fines del siglo XIX. En ese contexto, nos encontramos con lo que tal vez pueda ser considerado una de las tantas paradojas de la historia: exactamente en el mismo período en el que se produce una extraordinaria aceleración del proceso de mediatización (entre fines del siglo XIX hasta un poco más allá de mediados del XX), las nuevas disciplinas científicas sobre el hombre en sociedad se estabilizan alrededor de teorías que ignoran por completo lo que está ocurriendo y que carecen de todo instrumento conceptual para comprenderlo: la economía consagra al homo economicus, practicante solitario del Rational Choice; la sociología crece sustentada en el modelo de la acción social orientada; la psicología (incluido el psicoanálisis) se estabiliza encapsulada en la subjetividad; el homo politicus o bien no aparece como muy diferente del economicus o bien se lo enriquece

(^1) En Mario Carlón – Antonio Fausto Neto (comps.) Las políticas de los internautas. Nuevas

formas de participacipación. Editorial La Crujía Ediciones. Edición Buenos Aires – 2012

Unidad 4

26. Verón, E.: “La mediatización ayer y hoy”

echando mano de la psicología (lo que los propios economistas han hecho más tarde); la antropología se obsesiona con un concepto tan genérico de “cultura”, que se puede aplicar tanto a las representaciones mentales de los Iatmul de Nueva Guinea como a las de los hippies de la década de 1960 en California o a las de los metrosexuales de principios de la década del 2000 ; la lingüística no consigue desprenderse del sujeto hablante, despreciando la escritura como codificación secundaria, apenas complemento de la palabra. Este panorama es apenas el de las tendencias dominantes durante buena parte del siglo XX, y deja obviamente de lado numerosas excepciones, que son casos específicos de autores y trabajos muy importantes, que sin embargo no consiguieron afectar, como se suele decir, las “tendencias globales”. Cabría agregar que la famosa polémica entre el holismo y el individualismo metodológico no hizo más que desarticular los componentes del problema, anulándolo. La proliferación de estos modelos de un actor social que manifiestamente debe habitar alguna extraña galaxia donde se desconocen los dispositivos de la comunicación, tiene algo de alucinante. Sea como fuere, la situación parece estar cambiando en los últimos años, y no es imposible que ese cambio se deba en parte a una suerte de “shock” que parece haber producido la explosión de Internet –en la sociedad, en general, y en el mundo académico, en particular. ¿Y si finalmente los dispositivos técnicos de la comunicación tuvieran algo que ver con el devenir de la historia humana?

Me apresuro a agregar que lo que antecede no es un discurso con fines terapéuticos, destinado a calmar la ansiedad de los investigadores y académicos que, en distintos países del mundo, están preocupados desde hace tiempo por los fenómenos de la mediatización (como es mi caso y el de todos los que han participado en el presente libro). Estoy, sí, anticipando la reacción que consistiría en justificar una anterior ignorancia del papel crucial de los dispositivos técnicos de comunicación en la evolución de las sociedades humanas, aduciendo la novedad de la cuestión, el carácter reciente (respecto del tiempo largo de la historia) del fenómeno; argumentando, por decirlo de alguna manera, que se trata de un fenómeno de la modernidad tardía. No, la mediatización, de nuevo no tiene nada: es un proceso que lleva ya (aquí las estimaciones pueden diferir) entre un millón y medio y dos millones de años. Sistema auto-organizante como todos los fenómenos de la vida, acrecienta su propia velocidad de cambio a lo largo del tiempo.

¿Qué ha traído de nuevo, entonces, el surgimiento y la fulgurante expansión de Internet, más allá de un ritmo de cambio desconocido hasta el momento? Antes de intentar una respuesta (obviamente provisoria) a semejante pregunta, necesitamos un mínimo acuerdo sobre el concepto de “red”. Conviene distinguir el concepto de sus materializaciones. Desde el punto de vista de la historia de las ideas, el concepto de red remonta a los orígenes del pensamiento geométrico. Y creo que habrá acuerdo en que su materialización más importante es el propio cerebro, que estructuralmente hablando es una red neuronal. En la historia natural ha habido innumerables materializaciones reticulares, las más recientes debidas al trabajo de los ingenieros en telecomunicaciones, aunque los biólogos se han interesado desde hace mucho en las propiedades mecánicas de lo que usualmente llamamos las telarañas. Sin olvidar la importancia de las redes en las rutinas milenarias de los pescadores.

En lo que hace a Internet como dispositivo, su especificidad está expresada entonces, no en

Podemos ahora volver a la pregunta sobre lo que Internet aporta de nuevo dentro del proceso histórico de la mediatización. Conviene insistir en que cualquier respuesta, hoy, sólo puede ser provisoria y exploratoria.

He aquí una síntesis brutal pero que no me parece demasiado insatisfactoria: la WWW comporta una mutación en las condiciones de acceso de los actores individuales a la discursividad mediática, produciendo transformaciones inéditas en las condiciones de circulación. Esa mutación va a tener después múltiples consecuencias y va a afectar progresivamente, a través de bucles retroactivos, muchos otros aspectos de la mediatización.

La consecuencia directa de esta mutación de las condiciones de acceso es la transformación de los mecanismos de creación de valor en el mercado de los medios. En el caso de los medios más clásicos, portadores de escritura, la digitalización altera profundamente las condiciones de circulación. En el caso de los medios audiovisuales, la crisis del broadcasting modifica, de manera definitiva, los procesos de creación de valor.

Los dos grandes tipos de usos ya estabilizados, que llamo usos de búsqueda y usos relacionales (entre estos últimos se puede incluir el correo electrónico, que en el contexto de la presente discusión no tiene mayor importancia), plantean, respectivamente, dos cuestiones cruciales: la relación al conocimiento y la relación al Otro. Por un lado, la Red pone en el centro de la escena el inmenso tema de la relación de los actores individuales con el conjunto del conocimiento humano. Desde este punto de vista, simpatizo profundamente con la posición de Robert Darnton, según la cual todas las sociedades humanas, cada una a su manera, han sido sociedades de la información.5 Creo que a la vez se puede afirmar, sin ninguna contradicción, que la Red plantea ese problema de una manera nueva y radical. Por otro lado, las redes sociales reactivan permanentemente la pregunta sobre el vínculo social, en las tres dimensiones de la semiosis: afectiva, factual y normativa.

Esas son las dos grandes dimensiones de Internet, y el interpretante no puede ser otra cosa que político. En la medida en que el dispositivo de la Red permite a cualquier usuario producir contenidos y teniendo en cuenta además que, por primera vez, el usuario tiene el control del “switch” entre lo privado y lo público, podemos empezar a hacernos una idea de la complejidad y la profundidad de los cambios en curso. Los procesos de la circulación son el nuevo gran campo de batalla, y esa guerra apenas ha comenzado.

Los dispositivos técnicos son en sí mismos inertes: todo depende de lo que las sociedades, en definitiva, hacen con ellos. En el caso de Internet, estamos todavía en lo que yo llamo el momento 0 (cero), momento intensamente utópico. Cómo la Red marcará el siglo XXI es una pregunta abierta, que todavía no puede tener respuesta. Generar reflexión y polémica es lo que hoy podemos y debemos hacer. Ése es, me parece, el objetivo de este libro.

1 Sobre los conceptos de sistema social, sistema psíquico e interpenetración, véase Niklas Luhmann, The Social System, Stanford, Stanford University Press, 1995, caps. 5, 6 y 7.

2 En un reciente artículo de la New York Review of Books, James Gleick presenta y discute cuatro nuevos libros sobre la corporación Google y su historia: Steven Levy, In the Plex: How Google Thinks, Works and Shapes our lives; Douglas Edwards, I’m Feeling Lucky: The Confessions of Google Employee Number 59 ; Siva Vaidhyanathan, The Globalization of Everything (and Why We Should Worry); y Scott Cleland e Ira Brodsky, Search and Destroy: Why You Can’t Trust Google Inc. 3 Harry Collins, “Les capacités des ordinateurs et leurs limites”, París, Réseaux, nº 100, 2000 y Harry Collins y Martin Kusch, The Shape of Actions. What Humans and Machines can do, Cambridge, The MIT Press, 1998 4 Gerald M. Edelman, Neural Darwinism. The Theory of Neuronal Group Selection, N.Y. Basic Books, 1987 y Second Nature. Brain Science and Human Knowledge, New Have, Yale University Press, 2007. 5 Robert Darnton, The Forbidden Bestsellers of Pre-Revolutionary France, New York, Norton & Co., 1996. “Paris: The Early Internet”, The New York Review of Books, vol. 47, nº 11,

5. El surgimiento de la

comunicación móvil en el

ecosistema mediático

Robert K. Logan

Carlos A. Scolari

Traducción: Betina González

La comunicación mediada por dispositivos móviles es uno de los sectores más diná- micos de la economía mundial; está transformando muchos aspectos de la vida social, incluyendo las formas de relacionarse con los demás y nuestra producción, distribución y consumo de artefactos culturales. Este trabajo examina las transformaciones de las comunicaciones móviles mediante la aplicación de las leyes de medios de Mc Luhan. Y propone también una agenda de investigación para el estudio de este tipo de comuni- caciones Palabras clave: ecología de medios ~ comunicación móvil ~ medios móviles ~ Mc Luhan ~ ecosistema de medios

Communication mediated by mobile devices is one of the most dynamic sectors of the global economy and is transforming many aspects of our social lives, including ways of relating to each other and our production, distribution, and consumption of cultural artifacts. We examine these transformations of mobile communications from a media ecology perspective by applying McLuhan’s Laws of Media. We also propose a research agenda for studying mobile communications. Keywords: media ecology ~ mobile communication ~ mobile media ~ McLuhan ~ media ecosystem

“De pronto, los hombres son nómades buscadores de conocimiento, nómades como nun- ca lo han sido antes. Pero también están involucrados en el proceso social total de una manera única, dado que con la electricidad extendimos nuestro sistema nervioso a una escala global e interconectamos instantáneamente cada experiencia humana”. (McLuhan 1964: 358).

Letra. Imagen. Sonido L.I.S. Ciudad mediatizada Año VI, # 11, Primer semestre 2014 Buenos Aires arg | Págs. 67 a 82

Unidad 4

  1. Scolari y Logan: “El surgimiento de la comunicación móvil en el sistema ecomediático”

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mientras que el teléfono y la tecnología Wi-Fi dieron lugar a la movilidad de los recep- tores y emisores. Finalmente, existe una tercera categoría de movilidad de los recepto- res de información que comprende la ubicuidad de la información gracias al acceso a Internet por banda ancha y también a través de radiofrecuencia (RFID) o la Internet de las Cosas (International Telecommunications Union [ITU] 2005).

La movilidad de la información letrada Los ejemplos históricos de movilidad de la información van desde el sistema jerárquico de orden y control de los romanos a través de mensajes en papel y de un sistema de ca- minos para mover la información desde el centro Roma a la periferia de las provincias. A diferencia de lo que ocurre hoy con la Internet, el caso de los romanos requería que toda la información pasara por un centro. Era un sistema centralizado, mientras que la Internet funciona de una manera descentralizada en la que todos los nodos son equiva- lentes. Otro ejemplo de movilidad de la información fue la transformación del manus- crito con la llegada de la imprenta y la miniaturización del libro realizada por Aldous Manutius. Así, el libro se constituyó en un medio portátil de información. El libro de bolsillo del siglo XX fue otra innovación que amplió sus posibilidades de portabilidad.

La movilidad de la información electrónica

El próximo hito en la portabilidad de la información llegó con la invención del telégrafo, el teléfono, la radio y la información. En cada uno de esos medios, la distancia entre emisor y receptor fue acortada por la transmisión electrónica de información ya sea a través de cables (telégrafo, teléfono y televisión por cable) o de ondas electromagnéti- cas, como es el caso de la radio y de la primera televisión. Los libros, las películas, los videos y la música grabada comportan un paquete de información que es físicamente enviado del emisor al receptor y, en el caso de los videos, música grabada y películas, aparece también la necesidad de un aparato especial de transmisión.

La movilidad de la información digital Con la llegada de los medios digitales aparecieron nuevas formas de portabilidad. Para el caso de la música grabada, el walkman primero y el reproductor de mp3 después per- mitieron que los usuarios disfrutaran en cualquier lugar. Las computadoras portátiles abrieron la posibilidad de transportar información digital a todas partes y acceder a ella en todo momento. Además de todas estas innovaciones en la portabilidad de la información, Internet am - plió la movilidad de la comunicación hasta llevarla a un nuevo nivel. Como ya había sucedido con los medios electrónicos, la distancia entre emisor y receptor se anuló. Internet permite tanto comunicación de uno a muchos a través de los portales Web como comunicación de uno a uno a través del email, IM, y Twitter. Por otra parte, los blogs, las páginas wikis y otros ejemplos de colaboración colectiva permiten la interac- ción de muchos a muchos.

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La portabilidad de los dispositivos de comunicación y el acceso móvil a la información

Los medios electrónicos eliminaron la distancia entre el emisor y el receptor, pero ambos tenían que permanecer estáticos para que se diera el proceso de comunicación. El primer dispositivo que proveía a la vez portabilidad de la voz y la movilidad de los sujetos fue el walkie talkie o los teléfonos de onda corta usados por los militares.

Las radios y televisiones portátiles permitieron que los usuarios pudieran disfrutar de sus programas favoritos en cualquier sitio así como también los autos con radio consti- tuyeron otra instancia de portabilidad de la señal de radio.

El teléfono celular, que comenzó como un dispositivo del coche y luego se redujo en tamaño para transformarse en un dispositivo manual, expandió la posibilidad de des- plazamiento de emisores y receptores.

La tecnología Wi-Fi y la banda ancha llevó un paso más adelante a la movilidad de la computadora portátil para aquellos usuarios que necesitan conectarse a Internet.

La convergencia del teléfono y la tablet —es el caso del Blackberry y el I-phone— com- bina la portabilidad y la mobilidad tanto del teléfono como de las comunicaciones vía Web y da origen a la mCommunication, fenómeno que estudiaremos en este artículo.

La ubicuidad de la información

El primer ejemplo de información ubicua en un ambiente fue el de la estela legal de los babilonios, que estaba distribuida en todo el imperio para que todos conocieran la ley. Otro ejemplo es el de los varios reyes europeos que colocaban sus proclamas en puntos neurálgicos de sus reinos. Los carteles publicitarios son otro caso de ubicuidad de la información. La ubicuidad de la tecnología Wi-Fi —que todavía afecta a comunidades aisladas pero que parece pronta a desarrollarse aún más— es otro ejemplo de ubicuidad en el acceso a la información. Es posible que dada esta ubicuidad los usuarios de com- putadoras portátiles opten por utilizar Skype en lugar del celular para ahorrar dinero (como ocurre con Fring una aplicación para IPhone, http://www.fring.com). Sólo con el tiempo se podrá saber qué rumbo tomará la cuestión ¿El celular se transformará en computadora o a la inversa?

Finalmente, es necesario mencionar las «smart tags» o RFID, otro desarrollo que seguro crecerá en los próximos años. Con este sistema, cosas, lugares y, en muchos casos, seres humanos serán fácilmente etiquetados de tal manera que un celular con un lector de RFID será capaz de acceder a información sobre cualquier objeto en su rango. Este fenó- meno se ha comenzado a denominar la «Internet de las Cosas» (ITU 2005).

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En la siguiente sección, postularemos algunas reflexiones teóricas sobre la comuni- cación móvil en el contexto de la ecología de los medios. La metáfora del ecosistema es una de las más sugestivas para entender el surgimiento de nuevas «especies» en el sistema de medios y para identificar sus consecuencias. Al igual que en los ecosistemas biológicos, la llegada de una nueva especie produce reacomodamientos y combinacio- nes originales en las configuraciones intermediáticas.

Es esperable que la funcionalidad del teléfono como metamedio siga creciendo. Probablemente la inclusión de lectores de RFID sea el próximo paso (Logan 2009).

El surgimiento de los nuevos medios

Desde una perspectiva teórica es casi imposible seguir hablando de «nuevos medios». La televisión solía ser un «nuevo medio» en los ’50 y también lo fueron la radio o el cine en sus respectivas épocas. Algunos investigadores argumentan que los «nuevos medios son verdaderamente nuevos porque realmente no existían antes. Pero tomar en cuenta estos cambios no significa ignorar toda la historia de los medios que los precede, ya que ella está llena de momentos similares de novedad» (Lister, Dovey, Giddings, Grant, & Kelly 2003: 3). Todo medio fue nuevo alguna vez (Gitelman 2006; Gitelman & Pingree 2003; Zielinski 2006). Las máquinas de escribir, el telégrafo óptico, los discos de vinilo, las cintas de ocho pistas y los walkmans soy hoy en día viejos medios, «pero no siempre lo fueron y estudiarlos para entender en qué consistió su novedad constituye una tarea culturalmente pertinente e importante» (Gitelman & Pingree 2003: xi).

Incluso los blogs están a punto de ser considerados obsoletos cuando en algún mo- mento fueron una de las mayores expresiones de novedad en el medioambiente digital.

«La blogosfera, que alguna vez fue considerada un oasis de pensamiento crítico y autoexpresión, ha sido invadida por un tsunami de nimiedades. Hoy en día, periodistas de bajo nivel y campañas de marketing solapadas ahogan las voces de los auténticos amateurs. Es casi imposible que alguien te lea ese ambiente ¿Entonces, para qué gastar energías creando prosa inteligente si es mucho más fácil expresarse a través de Flickr, Facebook, o Twitter?... Twitter —con su límite de 140 caracteres— es en 2008 lo que la blogosfera era 2004”. (Boutin 2008)

Por lo tanto, el concepto de «nuevo medio» es relativo. En veinte o treinta años, los blogs y los periódicos online serán considerados viejos.^1

En los años ’90, los investigadores de medios tuvieron la oportunidad de estudiar en tiempo real el surgimiento de la WWW. El último «nuevo medio» inmediatamente anterior había sido la televisión y, a pesar de que ya llevaba cincuenta años de vida, no había sido lo suficientemente estudiada por los expertos en medios y todavía estaba

1 Para no entrar en discusiones interminables, en este artículo hemos optado por seguir usando el término “nuevos medios” pero entre comillas. Para un análisis de las limi- taciones semánticas del término y los límites que impone para pensar una teoría de la comunicación interactiva digital, ver Logan (2009) y Scolari et. al. (2008, 2009).

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tratando de ganar espacio y legitimidad en el marco de las ciencias sociales. La llegada de los medios digitales e interactivos puso en jaque a las teorías tradicionales de los me- dios —basadas en la lógica del broadcasting — y permitió el desarrollo de nuevas teorías y metodologías para el análisis de los «nuevos medios» (Logan 2009; Scolari 2008c, 2009).

La perspectiva ecológica en el estudio del surgimiento de los nuevos medios «Un nuevo medio no se suma meramente a un viejo medio. Pero tampoco lo deja en paz. El nuevo medio nunca deja de oprimir a los medios que lo preexisten hasta dar con nuevas formas y posiciones para ellos» (McLuhan 1964: 278). El estudio de la WWW incluyó un elemento que no existía en el momento en que na- cieron el cine o la radio: la mirada ecológica del sistema de medios. Tanto la radio y el cine como la TV fueron estudiados de forma aislada y no como componentes complejos de un sistema de comunicación. La obra de McLuhan —a pesar de que siempre ha esta - do rodeada por la controversia y la polémica— trajo una mirada mucho más integrada y ecológica a de los sistemas de comunicación (McLuhan 1964). En pocas palabras: es casi imposible seguir estudiando de manera aislada un solo medio (sea Internet, el cine, la radio, la televisión o la prensa). Es necesario abandonar esta perspectiva monomediáti- ca y adoptar una visión ecológica del sistema mediático, prestando especial atención a sus interrelaciones. La perspectiva integral desarrollada por primera vez por McLuhan también se puede observar en otros campos: desde la semiótica de Lotman (con su concepto de semiosfera ) hasta las investigaciones en medios de Bolter y Grusin (con su concepto de remediatización ), pasando por la ciberfilosofía de Lévy (con su concepto de red sociotecnológica).

Las primeras reacciones al surgimiento de los nuevos medios Las reacciones de los investigadores del campo frente a los «nuevos medios» en los años ’90 pueden ser clasificadas en dos posturas opuestas. La que sostenía que nada había cambiado sustancialmente (postura continuista) y la que postulaba que los medios digi- tales eran un antes y un después en la historia de la humanidad (postura discontinuista). Los que se englobaban en la primera «subrayan(ban) con frecuencia las continuidades de intereses económicos, imperativos políticos y valores culturales que gobiernan y dirigen tanto a los nuevos como a los viejos medios» (Lister et al. 2003: 3). Para ellos, no había nada nuevo en los nuevos medios. Los que apoyaban la idea del cambio radical sostenían que la sociedad avanzaba hacia una nueva era digital. Más aún, llegaban a su- gerir que la tecnología digital crearía sociedades más equitativas y democráticas. Para ellos, los nuevos medios lo eran todo (Scolari 2008c, 2009). Todavía sería prematuro extender este análisis a lo que está ocurriendo con la mCom- munication. Para muchos investigadores, los dispositivos móviles todavía son sólo telé- fonos, es decir apenas un artefacto básico de comunicación sin interés para los estudios

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Las compañías nativas tienden a estar formadas por jóvenes profesionales que han de- cidido trabajar juntos en una empresa nueva o en un sector nuevo de una empresa tradicional de otro sector (computación, audiovisual, etc.). Las compañías migrantes provienen de otros mercados como el periodismo, la producción audiovisual o Internet, mercados que ahora incluyen a la mCommunication en sus ofertas. Los estudios de la mCommunication deberían profundizar estos aspectos, analizando, por ejemplo, cómo se da el proceso de producción de la noticia para dispositivos móviles o cómo se organizan internamente estas compañías productoras de contenidos móviles (rutinas de produc- ción, especialización de los trabajadores, etc.).

Contenidos McLuhan sostenía que «el contenido de un medio es siempre otro medio» (1964: 23). Cuando nace un nuevo medio, la primera reacción de los productores es tomar con- tenidos de medios preexistentes y llevarlos al nuevo canal. Al principio, este proceso se hace casi sin traducción. En una segunda fase, los contenidos se adaptan al nuevo medio. Finalmente, el antes «nuevo medio» se vuelve más estable y genera su propia gramática. Cuando esto ocurre, podemos decir que ya ha dejado de ser nuevo. La Web ya ha pasado por estas tres etapas. Al comienzo, los periódicos digitales repetían casi literalmente sus contenidos en la edición digital, luego los adaptaron a la Web y final- mente activaron la producción de noticias específicas. Sin embargo estas tres formas de producción de contenidos no deberían ser consideradas en secuencia, pues hay casos en los que las tres conviven en el mismo medio. En la primera fase de la mCommunication es posible identificar contenidos específicos, contenidos adaptados y contenidos importados de otros medios. Los contenidos es- pecíficos son aquellos creados para los dispositivos móviles, los adaptados provienen de la Web o la TV y han sido modificados para su mejor distribución, y los contenidos importados llegan directamente a los dispositivos móviles sin ninguna adaptación. Los productos híbridos y la combinación de géneros son característicos de la producción de contenidos en mCommunication. En muchos casos, los límites entre un juego de video y una campaña de marketing son bastante borrosos. Por ejemplo, muchas estrategias de venta son marcadamente transmediáticas (Jenkins 2006) e incluyen videojuegos para dispositivos móviles, servicios de mensajes, videos en YouTube, avisos publicitarios tra- dicionales, y spots televisivos (Scolari et. al. 2008, 2009). Luego de los SMS, los videojuegos y las aplicaciones, el boom de la mCommunication pa- recen ser los contenidos creados por los usuarios y la TV móvil. La convergencia entre aspectos técnicos y prácticas de consumo dio como resultado la hibridación de los dis- positivos móviles y de la Web2.0 (Cobo Romaní & Pardo Kuklinski 2007; O’Reilly 2005) hasta la creación de un nuevo espacio: la Web2.0 móvil. Si la Internet móvil se define como el uso de Internet en dispositivos móviles, la Web2.0 móvil se define como el uso y la producción de contenidos vía dispositivos móviles en redes sociales y en Internet con material generado por los propios usuarios (Jaokar & Fish,2006; Pardo Kuklinski, Brandt, & Puerta 2008). Según Lotz, la televisión se está expandiendo «fuera de la caja» (2007: 49). Kumar sos- tiene que la televisión móvil se está perfilando como la aplicación más exitosa del siglo

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XXI: «la televisión móvil, la última novedad en aplicaciones para dispositivos móviles, es una tecnología creciente, con una base potencial de más de 200 millones de usuarios para 2011» (2007: xiii). En las sociedades que ya la han adoptado, la televisión móvil está cambiando los modos de consumo de las audiencias y las estrategias de publicidad (Orgad 2006).

En pocas palabras, los investigadores en mCommunication deben prestar especial aten - ción a las lógicas de producción de contenidos (mobile 2.0) y a los préstamos y contami- naciones entre medios tradicionales y dispositivos móviles (televisión móvil).

Convergencia mediática

Uno de los aspectos más interesantes de la mCommunication es la convergencia entre los dispositivos móviles y el resto de los medios.

Hoy convergen dispositivos manuales, comunicación móvil y medios convencionales. Los medios tradicionales como los periódicos, la radio y la TV han fijado durante años los estándares de calidad, exactitud y distribución de información. Y parecería que los usuarios de dispositivos móviles esperan encontrar esos mismos criterios en la infor- mación que reciben. Los intereses particulares o preferencias personales pueden influir en el uso de un canal y no de otro, pero el acceso a información rápida y actualizada parece ser mucho más importante. Si un canal es precario o su información es inexacta, el usuario lo cambia inmediatamente por una alternativa más confiable. La penetración cada vez más rápida de la tecnología móvil y las demandas constantes de los usuarios indican que el área de los dispositivos móviles es ya una nueva zona de interés para los investigadores del campo» (Nilsson et al. 2001: 38).

Sin embargo, la convergencia mediática nunca es mera confluencia. Los «nuevos me- dios» también están tomando prestadas estéticas de medios tradicionales como la TV.

«Tanto en la pantalla de TV como en la del IPod o en la del teléfono móvil, la convergencia es a la vez un proceso técni - co y estético que supone la hibridación de formas culturales y tecnológicas. Es importante que vayamos más allá de la superficie brillante del IPod o del Motorola RAZR y que nos concentremos en las imágenes que vemos en esas pequeñas pantallas. Porque cuando las miramos de cerca, vemos que son versiones diminutas y reconcentradas de propiedades que hace rato que son cruciales para nuestra comprensión de los formatos televisivos, y de las narrativas y estilos aso- ciados a ellos» (Dawson 2007: 247).

Esta contaminación entre «nuevos» y «viejos» medios es central para entender la tele- visión contemporánea (Scolari 2008a, 2008b). Como ya dijimos, la llegada de una nueva especie en un sistema tecnológico determina adaptaciones y movimientos que afectan a todo el medioambiente mediático. La convergencia entre medios tradicionales y dis- positivos móviles debería ser el objeto de estudio central para las investigaciones en comunicación de esta época.