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Salud Mental y concepto de neurobiología, Monografías, Ensayos de Ciencias de la Salud

habla sobre la disciplina que estudia la relación cerebro- mente-conducta. Dirigida al ser humano, ésta analiza la estructura y los procesos cerebrales que están en la base de las funciones psicológicas superiores como la conciencia, la atención, el aprendizaje, la memoria, el pensamiento, el lenguaje, la motivación y la afectividad

Tipo: Monografías, Ensayos

2019/2020

Subido el 27/06/2020

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La neurobiología
es la disciplina que estudia la relación cerebro- mente-conducta. Dirigida al ser humano,
ésta analiza la estructura y los procesos cerebrales que están en la base de las funciones
psicológicas superiores como la conciencia, la atención, el aprendizaje, la memoria, el
pensamiento, el lenguaje, la motivación y la afectividad (1). Actualmente, la rama clínica de
la neuropsicología se reconoce como una disciplina importante integrada en el próspero
campo de la neurociencia, y dentro de lo que se han llamado las ciencias cognitivas. Los
modelos más recientes dentro de la neuropsicología clínica intentan describir y explicar los
déficit cognitivos desde hipótesis conexionistas, lo cual supone un nuevo enfoque
conceptual sobre la naturaleza de los procesos cerebrales y las funciones cognitivas basado
en mapas cerebrales del procesamiento de la información. Desde este modelo, se sugiere
que los trastornos psiquiátricos podrían explicarse en términos de procesamientos
cerebrales.
Respecto al trastorno bipolar, algunos autores han intentado aproximarse a los déficit
cognitivos en diferentes fases del trastorno mediante diversas herramientas clínicas,
pruebas o test neurobiológicos o técnicas de visualización cerebral por neuroimágenes. Sin
embargo, puede afirmarse que aún hoy las investigaciones dirigidas a esta área no han
recibido demasiada atención y han sido poco evaluadas en comparación con otros
trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia.
Haciendo un somero recorrido histórico, podría señalarse que inicialmente los estudios
neuropsicológicos en el trastorno bipolar sugerían la existencia de una disfunción específica
del hemisferio derecho, basándose en hallazgos de déficit en el funcionamiento visoespacial
en los pacientes bipolares o en los resultados respecto al cociente intelectual (CI),
relativamente más bajos a escala manipulativa que a escala verbal. Esta hipótesis, que fue
formulada inicialmente por Flor- Henry y Yeudal a finales de la década de los setenta, ha
sido sometida posteriormente a diversas revisiones como el metaanálisis de Kluger y
Goldberg, en el que se encontró que el perfil de los pacientes afectivos era más cercano al
de un grupo de pacientes con lesión cerebral bilateral difusa que a los que padecían
lesiones en el hemisferio derecho. También, en la revisiónposterior de Bearden y cols. Se
observa que los déficit visoespaciales en el trastorno bipolar generalmente no se
manifiestan en tareas simples durante los episodios afectivos, sino que se producen
durante tareas complejas de memoria o de habilidades de conceptualización no verbal y
razonamiento abstracto. Por esto, consideran que el perfil cognitivo no es consistente con
una disfunción localizada en el hemisferio derecho, sino más bien de varios sistemas
neuroanatómicos integrados, que incluyen las funciones frontalejecutiva, la atención y la
memoria.
Por otro lado, el interés inicial en el estudio de las disfunciones cognitivas en trastorno
bipolar durante las últimas décadas surge, en parte, a partir de investigaciones que
intentan establecer posibles similitudes o diferencias en el funcionamiento neurocognitivo
de los pacientes con esquizofrenia tomados como grupos de comparación en los diseños de
investigación. En general, aunque los resultados de estos estudios comparativos han sido
en algunos casos contradictorios y han carecido en su mayoría de homogeneidad en las
muestras utilizadas, han estimulado el planteamiento de hipótesis acerca de las bases
neuropsicológicas y neurobiológicas comunes y diferenciales de ambos trastornos, así como
formulaciones conceptuales y metodológicas en diferentes áreas de la neuropsiquiatría.
A partir de estos estudios comparativos iniciales, se ha ido incrementando el interés por el
papel que desempeñan las funciones cognitivas en el trastorno bipolar en mismo, tanto
por las implicaciones etiológicas como en relación con los tratamientos de los pacientes.
Asimismo, es destacable el hecho de que los déficit en el funcionamiento neurocognitivo
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La neurobiología

es la disciplina que estudia la relación cerebro- mente-conducta. Dirigida al ser humano, ésta analiza la estructura y los procesos cerebrales que están en la base de las funciones psicológicas superiores como la conciencia, la atención, el aprendizaje, la memoria, el pensamiento, el lenguaje, la motivación y la afectividad (1). Actualmente, la rama clínica de la neuropsicología se reconoce como una disciplina importante integrada en el próspero campo de la neurociencia, y dentro de lo que se han llamado las ciencias cognitivas. Los modelos más recientes dentro de la neuropsicología clínica intentan describir y explicar los déficit cognitivos desde hipótesis conexionistas, lo cual supone un nuevo enfoque conceptual sobre la naturaleza de los procesos cerebrales y las funciones cognitivas basado en mapas cerebrales del procesamiento de la información. Desde este modelo, se sugiere que los trastornos psiquiátricos podrían explicarse en términos de procesamientos cerebrales. Respecto al trastorno bipolar, algunos autores han intentado aproximarse a los déficit cognitivos en diferentes fases del trastorno mediante diversas herramientas clínicas, pruebas o test neurobiológicos o técnicas de visualización cerebral por neuroimágenes. Sin embargo, puede afirmarse que aún hoy las investigaciones dirigidas a esta área no han recibido demasiada atención y han sido poco evaluadas en comparación con otros trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia. Haciendo un somero recorrido histórico, podría señalarse que inicialmente los estudios neuropsicológicos en el trastorno bipolar sugerían la existencia de una disfunción específica del hemisferio derecho, basándose en hallazgos de déficit en el funcionamiento visoespacial en los pacientes bipolares o en los resultados respecto al cociente intelectual (CI), relativamente más bajos a escala manipulativa que a escala verbal. Esta hipótesis, que fue formulada inicialmente por Flor- Henry y Yeudal a finales de la década de los setenta, ha sido sometida posteriormente a diversas revisiones como el metaanálisis de Kluger y Goldberg, en el que se encontró que el perfil de los pacientes afectivos era más cercano al de un grupo de pacientes con lesión cerebral bilateral difusa que a los que padecían lesiones en el hemisferio derecho. También, en la revisiónposterior de Bearden y cols. Se observa que los déficit visoespaciales en el trastorno bipolar generalmente no se manifiestan en tareas simples durante los episodios afectivos, sino que se producen durante tareas complejas de memoria o de habilidades de conceptualización no verbal y razonamiento abstracto. Por esto, consideran que el perfil cognitivo no es consistente con una disfunción localizada en el hemisferio derecho, sino más bien de varios sistemas neuroanatómicos integrados, que incluyen las funciones frontalejecutiva, la atención y la memoria. Por otro lado, el interés inicial en el estudio de las disfunciones cognitivas en trastorno bipolar durante las últimas décadas surge, en parte, a partir de investigaciones que intentan establecer posibles similitudes o diferencias en el funcionamiento neurocognitivo de los pacientes con esquizofrenia tomados como grupos de comparación en los diseños de investigación. En general, aunque los resultados de estos estudios comparativos han sido en algunos casos contradictorios y han carecido en su mayoría de homogeneidad en las muestras utilizadas, han estimulado el planteamiento de hipótesis acerca de las bases neuropsicológicas y neurobiológicas comunes y diferenciales de ambos trastornos, así como formulaciones conceptuales y metodológicas en diferentes áreas de la neuropsiquiatría. A partir de estos estudios comparativos iniciales, se ha ido incrementando el interés por el papel que desempeñan las funciones cognitivas en el trastorno bipolar en sí mismo, tanto por las implicaciones etiológicas como en relación con los tratamientos de los pacientes. Asimismo, es destacable el hecho de que los déficit en el funcionamiento neurocognitivo

pueden tener gran relevancia como indicadores de pronóstico funcional; es decir, como predictores de ajuste, competencia social y de calidad de vida en estos pacientes.

Bibliografía

1. American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fourth

Edition, Text Revision, DSM-IV-TR. Washington, DC: 2000.

2. World Health Organisation. The global burden of disease. 2004 update.

www.who.int/healthinfo/global_burden_disease/2004_report_update/en/index.html. Accessed

3. Merikangas KR, Jin R, He JP, et al. Prevalence and correlates of bipolar spectrum disorder in the

world mental health survey initiative. Arch Gen Psychiatry 2011; 68 (3): 241–251.

4. Pini S, de Queiroz V, Pagnin D, et al. Prevalence and burden of bipolar disorders in European

countries. Eur Neuropsychopharmacol 2005; 15 (4): 425–434.

5. Kessler RC, Berglund P, Demler O, et al. Lifetime prevalence and age-of-onset distributions of

DSM-IV disorders in the National Co-morbidity Survey Replication. Arch Gen Psychiatry 2005; 62