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Resumen PSICOPOLÍTICA, Resúmenes de Comunicación

Resumen del texto Biopolítica del autor Byung-Chul Han

Tipo: Resúmenes

2021/2022
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Subido el 07/10/2022

sofia-manfrini
sofia-manfrini 🇦🇷

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RESUMEN:
PSICOPOLÍTICA: NEOLIBERALISMO Y NUEVAS TÉCNICAS DE PODER -
BYUNG-CHUL HAN
- LA CRISIS DE LA LIBERTAD
LA EXPLOTACIÓN DE LA LIBERTAD
Hoy creemos que no somos un sujeto sometido, sino un proyecto libre que
constantemente se replantea y se reinventa. Este tránsito del sujeto al proyecto va
acompañado de la sensación de libertad. Pues bien, el propio proyecto se muestra
como una figura de coacción, incluso como una forma eficiente de subjetivación y de
sometimiento. El yo como proyecto, que cree haberse liberado de las coacciones
externas y de las coerciones ajenas, se somete a coacciones internas y a coerciones
propias en forma de una coacción al rendimiento y la
optimización. Vivimos una fase histórica especial en la que la libertad misma da lugar a
coacciones. La libertad del poder
hacer genera incluso más coacciones que el disciplinario deber. El deber tiene un
límite. El poder hacer, por el contrario, no tiene ninguno. Es por ello por lo que la
coacción que proviene del poder hacer es ilimitada. Nos encontramos, por tanto, en
una situación paradójica. La libertad es la contrafigura de la coacción. La libertad, que
ha de ser lo contrario de la coacción, genera coacciones. Enfermedades como la
depresión y el síndrome de burnout son la expresión de una crisis profunda de la
libertad. Son un signo patológico de que hoy la libertad se convierte, por diferentes
vías, en coacción.
El sujeto del rendimiento, que se pretende libre, es en realidad un esclavo. Es un
esclavo absoluto, en la medida en que sin amo alguno se explota a sí mismo de forma
voluntaria. No tiene frente a sí un amo que lo
obligue a trabajar. El sujeto del rendimiento absolutiza la mera vida y trabaja. La mera
vida y el trabajo son las caras de la misma moneda. La salud representa el ideal de la
mera vida.
El neoliberalismo es un sistema muy eficiente, incluso inteligente, para explotar la
libertad. Se explota todo aquello que pertenece a prácticas y formas de libertad, como
la emoción, el juego y la comunicación. No es eficiente explotar a alguien contra su
voluntad. En la explotación ajena, el producto final es nimio. Solo la explotación de la
libertad genera el mayor rendimiento.
- LA DICTADURA DEL CAPITAL
El neoliberalismo, como una forma de mutación del capitalismo, convierte al trabajador
en empresario. El neoliberalismo, y no la revolución comunista, elimina la clase
trabajadora sometida a la explotación ajena. Hoy cada uno es un trabajador que se
explota a sí mismo en su propia empresa. Cada uno es amo y esclavo en una persona.
También la lucha de clases se transforma en una lucha interna consigo mismo.
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RESUMEN:

PSICOPOLÍTICA: NEOLIBERALISMO Y NUEVAS TÉCNICAS DE PODER -

BYUNG-CHUL HAN

- LA CRISIS DE LA LIBERTAD LA EXPLOTACIÓN DE LA LIBERTAD Hoy creemos que no somos un sujeto sometido, sino un proyecto libre que constantemente se replantea y se reinventa. Este tránsito del sujeto al proyecto va acompañado de la sensación de libertad. Pues bien, el propio proyecto se muestra como una figura de coacción, incluso como una forma eficiente de subjetivación y de sometimiento. El yo como proyecto, que cree haberse liberado de las coacciones externas y de las coerciones ajenas, se somete a coacciones internas y a coerciones propias en forma de una coacción al rendimiento y la optimización. Vivimos una fase histórica especial en la que la libertad misma da lugar a coacciones. La libertad del poder hacer genera incluso más coacciones que el disciplinario deber. El deber tiene un límite. El poder hacer, por el contrario, no tiene ninguno. Es por ello por lo que la coacción que proviene del poder hacer es ilimitada. Nos encontramos, por tanto, en una situación paradójica. La libertad es la contrafigura de la coacción. La libertad, que ha de ser lo contrario de la coacción, genera coacciones. Enfermedades como la depresión y el síndrome de burnout son la expresión de una crisis profunda de la libertad. Son un signo patológico de que hoy la libertad se convierte, por diferentes vías, en coacción. El sujeto del rendimiento, que se pretende libre, es en realidad un esclavo. Es un esclavo absoluto, en la medida en que sin amo alguno se explota a sí mismo de forma voluntaria. No tiene frente a sí un amo que lo obligue a trabajar. El sujeto del rendimiento absolutiza la mera vida y trabaja. La mera vida y el trabajo son las caras de la misma moneda. La salud representa el ideal de la mera vida. El neoliberalismo es un sistema muy eficiente, incluso inteligente, para explotar la libertad. Se explota todo aquello que pertenece a prácticas y formas de libertad, como la emoción, el juego y la comunicación. No es eficiente explotar a alguien contra su voluntad. En la explotación ajena, el producto final es nimio. Solo la explotación de la libertad genera el mayor rendimiento. - LA DICTADURA DEL CAPITAL El neoliberalismo, como una forma de mutación del capitalismo, convierte al trabajador en empresario. El neoliberalismo, y no la revolución comunista, elimina la clase trabajadora sometida a la explotación ajena. Hoy cada uno es un trabajador que se explota a sí mismo en su propia empresa. Cada uno es amo y esclavo en una persona. También la lucha de clases se transforma en una lucha interna consigo mismo.

El régimen neoliberal transforma la explotación ajena en la autoexplotación que afecta a todas las «clases». La autoexplotación sin clases le es totalmente extraña a Marx. Esta hace imposible la revolución social, que descansa en la distinción entre explotadores y explotados. Y por el aislamiento del sujeto de rendimiento, explotador de sí mismo, no se forma ningún nosotros político con capacidad para una acción común. Quien fracasa en la sociedad neoliberal del rendimiento se hace a sí mismo responsable y se avergüenza, en lugar de poner en duda a la sociedad o al sistema. En esto consiste la especial inteligencia del régimen neoliberal. No deja que surja resistencia alguna contra el sistema. En el régimen de la explotación ajena, por el contrario, es posible que los explotados se solidaricen y juntos se alcen contra el explotador. Precisamente en esta lógica se basa la idea de Marx de la «dictadura del proletariado». Sin embargo, esta lógica presupone relaciones de dominación represivas. En el régimen neoliberal de la autoexplotación uno dirige la agresión hacia sí mismo. Esta autoagresividad no convierte al explotado en revolucionario, sino en depresivo. Ya no trabajamos para nuestras necesidades, sino para el capital. El capital genera sus propias necesidades, que nosotros, de forma errónea, percibimos como propias. El capital representa una nueva trascendencia, una nueva forma de subjetivización. De nuevo somos arrojados del nivel de la inmanencia de la vida, donde la vida se relacionaría consigo misma en lugar de someterse a un fin extrínseco.

- DICTADURA DE LA TRANSPARENCIA Al principio se celebró la red digital como un medio de libertad ilimitada. El primer eslogan publicitario de Microsoft, Where do you want to go today?, sugería una libertad y movilidad ilimitadas en la web. Pues bien, esta euforia inicial se muestra hoy como una ilusión. La libertad y la comunicación ilimitadas se convierten en control y vigilancia totales. También los medios sociales se equiparan cada vez más a los panópticos digitales que vigilan y explotan lo social de forma despiadada. Cuando apenas acabamos de liberarnos del panóptico disciplinario, nos adentramos en uno nuevo aún más eficiente. A los reclusos del panóptico benthamiano se los aislaba con fines disciplinarios y no se les permitía hablar entre ellos. Los residentes del panóptico digital, por el contrario, se comunican intensamente y se desnudan por su propia voluntad. Participan de forma activa en la construcción del panóptico digital. La sociedad del control digital hace un uso intensivo de la libertad. Es posible solo gracias a que, de forma voluntaria, tienen lugar una iluminación y un desnudamiento propios. El Big Brother digital traspasa su trabajo a los reclusos. Así, la entrega de datos no sucede por coacción, sino por una necesidad interna. Ahí reside la eficiencia del panóptico. También se reclama

espectadores y consumidores, funda una democracia de espectadores. Hoy nos ponemos al desnudo sin ningún tipo de coacción ni de prescripción. Subimos a la red todo tipo de datos e informaciones sin saber quién, ni qué, ni cuándo, ni en qué lugar se sabe de nosotros. Este descontrol representa una crisis de la libertad que se ha de tomar en serio. En vista de la cantidad y el tipo de información que de forma voluntaria se lanza a la red indiscriminadamente, el concepto de protección de datos se vuelve obsoleto.Nos dirigimos a la época de la psicopolítica digital. Avanza desde una vigilancia pasiva hacia un control activo. Nos precipita a una crisis de la libertad con mayor alcance, pues ahora afecta a la misma voluntad libre. El Big Data es un instrumento psicopolítico muy eficiente que permite adquirir un conocimiento integral de la dinámica inherente a la sociedad de la comunicación. Se trata de un conocimiento de dominación que permite intervenir en la psique y condicionarla a un nivel prerreflexivo. La apertura del futuro es constitutiva de la libertad de acción. Sin embargo, el Big Data permite hacer pronósticos sobre el comportamiento humano. De este modo, el futuro se convierte en predecible y controlable. La psicopolítica digital transforma la negatividad de la decisión libre en la positividad de un estado de cosas. La persona misma se positiviza en cosa, que es cuantificable, mensurable y controlable. Sin embargo, ninguna cosa es libre. Sin duda alguna, la cosa es más transparente que la persona. El Big Data anuncia el fin de la persona y de la voluntad libre. Todo dispositivo, toda técnica de dominación, genera objetos de devoción que se introducen con el fin de someter. Materializan y estabilizan el dominio. «Devoto» significa «sumiso». El smartphone es un objeto digital de devoción, incluso un objeto de devoción de lo digital en general. En cuanto aparato de subjetivación, funciona como el rosario, que es también, en su manejabilidad, una especie de móvil. Ambos sirven para examinarse y controlarse a sí mismo. La dominación aumenta su eficacia al delegar a cada uno la vigilancia. El me gusta es el amén digital. Cuando hacemos clic en el botón de me gusta nos sometemos a un entramado de dominación. El smartphone no es solo un eficiente aparato de vigilancia, sino también un confesionario móvil. Facebook es la iglesia, la sinagoga global (literalmente, la congregación) de lo digital.

- PODER INTELIGENTE El poder tiene formas muy diferentes de manifestación. El poder, sin duda, puede exteriorizarse como violencia o represión. Pero no descansa en ella. No es necesariamente excluyente, prohibitorio o censurador. Y no se opone a la libertad. Incluso puede hacer uso de ella. Hoy el poder adquiere cada vez más una forma permisiva. En su permisividad, incluso en su amabilidad, depone su negatividad y se

ofrece como libertad.El sujeto sometido no es siquiera consciente de su sometimiento. El entramado de dominación le queda totalmente oculto. De ahí que se presuma libre. Ineficiente es el poder disciplinario que con gran esfuerzo encorseta a los hombres de forma violenta con preceptos y prohibiciones. Radicalmente más eficiente es la técnica de poder que cuida de que los hombres se sometan por sí mismos al entramado de dominación. Su particular eficiencia se debe a que no actúa a través de la prohibición y la sustracción sino de complacer y colmar. En lugar de hacer a los hombres sumisos, intenta hacerlos dependientes. El poder inteligente es más afirmativo que negador, más seductor que represor. Se esfuerza en generar emociones positivas y en explotarlas. Seduce en lugar de prohibir. No se enfrenta al sujeto, le da facilidades. El poder inteligente se ajusta a la psique en lugar de disciplinarla y someterla a coacciones y prohibiciones. No nos impone ningún silencio. Al contrario: nos exige compartir, participar, comunicar nuestras opiniones, necesidades, deseos y preferencias; esto es, contar nuestra vida. Uno se somete al entramado de poder consumiendo y comunicándose, incluso haciendo clic en el botón de me gusta. El neoliberalismo es el capitalismo del me gusta. Se diferencia sustancialmente del capitalismo del siglo XIX, que operaba con coacciones y prohibiciones disciplinarias.

- EL TOPO Y LA SERPIENTE El poder disciplinario consiste en entornos e instalaciones de reclusión. La familia, la escuela, la cárcel, el cuartel, el hospital y la fábrica representan estos espacios disciplinarios de reclusión. El sujeto disciplinario cambia de un entorno de reclusión a otro. Así, se mueve en un sistema cerrado. Los residentes en estos entornos permiten ser distribuidos en el espacio y ordenados en el tiempo. El topo es el animal de la sociedad disciplinaria. En el Post-scriptum sobre las sociedades de control, Deleuze diagnostica una crisis general de los entornos de reclusión. Su problematicidad reside en su carácter cerrado y rígido, que no es adecuado a las formas de producción inmateriales y en red. Estas presionan hacia una mayor apertura y deslimitación. El topo no puede soportar esta apertura. En su lugar surge la serpiente. Este es el animal de la sociedad de control neoliberal que sucede a la sociedad disciplinaria. A diferencia del topo, la serpiente no se mueve en espacios cerrados. El topo es un trabajador. La serpiente, por el contrario, delimita el espacio a partir de su movimiento. La serpiente es un empresario. Es el animal del régimen neoliberal. El topo se mueve en espacios preconstruidos y se somete con ello a limitaciones espaciales. Es un sujeto sometido. La serpiente es un proyecto, en la medida en que genera el espacio a partir de su movimiento. El tránsito del topo a la serpiente, del sujeto al proyecto no es una

«Una vez que se sepa qué es ese régimen gubernamental denominado liberalismo, se podrá, me parece, captar qué es la biopolítica». En el resto de la lección Foucault no menciona más la biopolítica. En su lección de 1978-1979, Foucault no llega a ocuparse del análisis de la biopolítica neoliberal. Al respecto, se muestra autocrítico sin llegar a reconocer el verdadero problema: Les aseguro que, pese a todo, en un comienzo tuve en verdad la intención de hablarles de biopolítica, pero después, como las cosas son lo que son, resulta que terminé por hablarles extensamente —demasiado extensamente, tal vez— del neoliberalismo. Foucault vincula expresamente la biopolítica con la forma disciplinaria del capitalismo, que en su forma de producción socializa al cuerpo: «Para la sociedad capitalista, la biopolítica es lo que realmente cuenta, lo biológico, lo somático, lo corporal». Así, la biopolítica se asocia fundamentalmente a lo biológico y a lo corporal. Se trata, en última instancia, de una política corporal en sentido amplio. El neoliberalismo como una nueva forma de evolución, incluso como una forma de mutación del capitalismo, no se ocupa primeramente de lo «biológico, somático, corporal». Por el contrario, descubre la psique como fuerza productiva. Este giro a la psique, y con ello a la psicopolítica, está relacionado con la forma de producción del capitalismo actual, puesto que este último está determinado por formas de producción inmateriales e incorpóreas. No se producen objetos físicos, sino objetos no-físicos como informaciones y programas. El cuerpo como fuerza productiva ya no es tan central como en la sociedad disciplinaria biopolítica. Para incrementar la productividad, no se superan resistencias corporales, sino que se optimizan procesos psíquicos y mentales. El disciplinamiento corporal cede ante la optimización mental. Hoy el cuerpo es liberado del proceso productivo inmediato y se convierte en objeto de optimización estética y técnico-sanitaria. Así, la intervención ortopédica cede a la estética. La ortopedia disciplinaria es reemplazada por la cirugía plástica y los centros de fitness. La optimización corporal es mucho más que una mera praxis estética. El sexness y el fitness se convierten en recursos económicos que se pueden aumentar, comercializar y explotar.A principio de los años ochenta, Foucault se ocupa de las «tecnologías del yo». Por ellas entiende las prácticas sensatas y voluntarias por las que los hombres no solo se fijan reglas de conducta, sino que buscan transformarse a sí mismos, modificarse en su ser singular y hacer de su vida una obra que presenta ciertos valores estéticos y responde a ciertos criterios de estilo. Foucault desarrolla una ética histórica del yo, separada en gran medida de las técnicas del poder y de la dominación. La técnica de poder del régimen neoliberal constituye la realidad no vista por el análisis foucaultiano del poder. Foucault no ve ni que el régimen neoliberal de dominación acapara totalmente la tecnología del yo ni que la permanente optimización propia, en cuanto técnica del yo neoliberal, no es otra cosa que una

eficiente forma dedominación y explotación. El sujeto del rendimiento neoliberal, ese «empresario de sí mismo», se explota de forma voluntaria y apasionada. El yo como obra de arte es una apariencia hermosa, engañosa, que el régimen neoliberal mantiene para poderlo explotar totalmente. A Foucault se le oculta totalmente la técnica de poder que genera la convergencia entre libertad y explotación en la forma de autoexplotación. -LA CURACIÓN COMO ASESINATO La psicopolítica neoliberal encuentra siempre formas más refinadas de explotación. Numerosos seminarios y talleres de management personal e inteligencia emocional, así como jornadas de coaching empresarial y liderazgo prometen una optimización personal y el incremento de la eficiencia sin límite. Todos están controlados por la técnica de dominación neoliberal, cuyo fin no solo es explotar el tiempo de trabajo, sino también a toda la persona, la atención total, incluso la vida misma. Descubre al hombre y lo convierte en objeto de explotación. El imperativo neoliberal de la optimización personal sirve únicamente para el funcionamiento perfecto dentro del sistema. Bloqueos, debilidades y errores tienen que ser eliminados terapéuticamente con el fin de incrementar la eficiencia y el rendimiento. Todo se hace comparable y mensurable, y se somete a la lógica del mercado. En el capitalismo financiero actual, los valores llegan incluso a ser eliminados. El régimen neoliberal introduce la época del agotamiento. Ahora se explota la psique. De ahí que enfermedades como la depresión y el síndrome de burnout acompañen a esta nueva época. La permanente optimización personal, que coincide totalmente con la optimización del sistema, es destructiva. Conduce a un colapso mental. La optimización personal se muestra como la autoexplotación total.

- SHOCK El libro La estrategia del shock, en el que Naomi Klein desarrolla una teoría conspirativa, tiene como primer protagonista a «Doctor Shock». Se refiere al psiquiatra de Montreal Ewen Cameron. Este doctor creía poder eliminar lo malo en el cerebro por medio de la administración de choques eléctricos y construir a partir de esta tabula rasa nuevas personalidades. Mediante electrochoques ponía a sus pacientes en un estado caótico, fundamento para el renacimiento como el sano ciudadano modélico. Cameron concibió estos actos de destrucción como una especie de creación. El alma era entregada a una «desimpregnación» y una «nueva impregnación» violentas. Debía ser formateada y reescrita. El segundo protagonista de Naomi Klein, el segundo Dr. Shock, se llama Milton Friedman, el teólogo del mercado neoliberal. Naomi Klein desarrolla una analogía entre

digital. En este uno se siente libre. Precisamente esta libertad sentida, que está ausente en el Estado vigilante de Orwell, es un problema. El panóptico digital se sirve de la revelación voluntaria de los reclusos. La iluminación propia y la autoexplotación siguen la misma lógica. Se explota la libertad constantemente. En el panóptico digital no existe ese Big Brother que nos extrae informaciones contra nuestra voluntad. Por el contrario, nos revelamos, incluso nos ponemos al desnudo por iniciativa propia.

- EL CAPITALISMO DE LA EMOCIÓN El régimen neoliberal presupone las emociones como recursos para incrementar la productividad y el rendimiento. A partir de un determinado nivel de producción, la racionalidad, que representa el medio de la sociedad disciplinaria, topa con sus límites. La racionalidad se percibe como coacción, como obstáculo. De repente tiene efectos rígidos e inflexibles. En su lugar entra en escena la emocionalidad, que corre paralela al sentimiento de libertad, al libre despliegue de la personalidad. Ser libre significa incluso dejar paso libre a las emociones. El capitalismo de la emoción se sirve de la libertad. Se celebra la emoción como una expresión de la subjetividad libre. La técnica de poder neoliberal explota esta subjetividad libre. La objetividad, la generalidad, así como la permanencia son distintivas de la racionalidad. Así, esta se opone a la emocionalidad, que es subjetiva, situacional y volátil. Las emociones surgen con el cambio de los estados, con los cambios de percepción. La racionalidad, por el contrario, corre paralela a la duración, la constancia y la regularidad. Da preferencia a las relaciones estables. La economía neoliberal, que en pos del incremento de la producción permanentemente destruye continuidad y construye inestabilidad, impulsa la emocionalización del proceso productivo. Asimismo, la aceleración de la comunicación favorece su emocionalización, ya que la racionalidad es más lenta que la emocionalidad. La racionalidad es, en cierto modo, sin velocidad. De ahí que el impulso acelerador lleve a la dictadura de la emoción. El capitalismo del consumo introduce emociones para estimular la compra y generar necesidades. El emotional design modela emociones, configura modelos emocionales para maximizar el consumo. En última instancia, hoy no consumimos cosas, sino emociones. Las cosas no se pueden consumir infinitamente, las emociones, en cambio, sí. Las emociones se despliegan más allá del valor de uso. Así se abre un nuevo campo de consumo con carácter infinito. La coyuntura presente de la emoción está condicionada por el nuevo modo de producción inmaterial, en el que la interacción comunicativa gana continuamente

importancia. Ahora no solo se busca la competencia cognitiva, sino también la emocional. Ahora se explota lo social, la comunicación, incluso el comportamiento mismo. Se emplean emociones como «materias primas» para optimizar la comunicación. En la dirección empresarial se está produciendo un cambio de paradigma. Las emociones son cada vez más relevantes. En lugar del management racional entra en escena el management emocional. Las emociones, en cuanto inclinaciones, representan el fundamento energético, incluso sensible de la acción. Constituyen un nivel prerreflexivo, semiinconsciente, corporalmente instintivo de la acción, del que no se es consciente de forma expresa. La psicopolítica neoliberal se apodera de la emoción para influir en las acciones a este nivel prerreflexivo. Por medio de la emoción llega hasta lo profundo del individuo. Así, la emoción representa un medio muy eficiente para el control psicopolítico del individuo.

- LA LUDIFICACIÓN Para generar mayor productividad, el capitalismo de la emoción se apropia del juego, que propiamente debería ser lo otro del trabajo. Ludifica el mundo de la vida y del trabajo. El juego emocionaliza, incluso dramatiza el trabajo, y así genera una mayor motivación. A través de una rápida experiencia exitosa y de un sistema de gratificación instantánea se aumentan el rendimiento y el producto. Un jugador con sus emociones muestra mayor iniciativa que un actor racional o un trabajador meramente funcional.En el juego habita una temporalidad particular. Se caracteriza por las gratificaciones y las vivencias inmediatas de éxito. Las cosas que requieren una maduración lenta no se dejan ludificar. La duración y la lentitud no son compatibles con la temporalidad del juego. La ludificación del trabajo explota al homo ludens. Mientras uno juega, se somete al entramado de dominación. Con la lógica de la gratificación del me gusta, de los amigos o los seguidores, la comunicación social se somete actualmente al modo juego. La ludificación de la comunicación corre paralela a su comercialización. Destruye la comunicación humana. El hombre es un ser lujoso. El lujo, en su sentido primario, no es una praxis consumista. Es, por el contrario, una forma de vida que está libre de la necesidad. La libertad se basa en desviarse y hacer lujos respecto de la necesidad. El lujo transciende la intencionalidad de darle la vuelta a la necesidad. Hoy el consumo acapara el lujo. El consumo excesivo es una falta de libertad, una coacción que es propia de la falta de libertad del trabajo. De la misma forma que el juego, el lujo, en cuanto libertad, solo es pensable más allá del trabajo y del consumo. Visto así, el lujo es afín al ascetismo. La verdadera felicidad se debe a lo que se espacia, a lo dejado, a lo abundante, a lo vaciado de sentido, a lo

movimiento o partes adiposas del cuerpo. En la meditación se miden las pulsaciones. Incluso en la relajación lo que cuenta es el rendimiento y la eficiencia. Se toma nota de las sensaciones, de los estados de ánimo y de las actividades cotidianas. A partir de la automedición y el autocontrol se han de incrementar el rendimiento corporal y espiritual. Sin embargo, la mera multitud de datos que se acumulan no responde a la pregunta: ¿quién soy yo? El Quantified Self es también una técnica dadaísta que descompone al yo en datos hasta vaciarlo de sentido. El lema del Quantified Self es: Self Knowledge through Numbers, autoconocimiento por medio de los números. Los datos y los números, por mucho que abarquen, no proporcionan el autoconocimiento. Los números no cuentan nada sobre el yo. El dataísmo vacía el Self-Tracking de toda ética y verdad, y lo convierte en una mera técnica de autocontrol. Los datos recopilados también se publican y se intercambian. De esta forma, el Self- Tracking se equipara cada vez más a la autovigilancia. El sujeto de hoy es un empresario de sí mismo que se explota a sí mismo. El sujeto explotador de sí mismo se instala en un campo de trabajo en el que es al mismo tiempo víctima y verdugo. En cuanto sujeto que se ilumina y vigila a sí mismo, está aislado en un panóptico en el que es simultáneamente recluso y guardián. El sujeto en red, digitalizado, es un panóptico de sí mismo. Así pues, se delega a cada uno la vigilancia. EL REGISTRO TOTAL DE LA VIDA Hoy se registra cada clic que hacemos, cada palabra que introducimos en el buscador. Todo paso en la red es observado y registrado. Nuestra vida se reproduce totalmente en la red digital. Nuestro hábito digital proporciona una representación muy exacta de nuestra persona, de nuestra alma, quizá más precisa o completa que la imagen que nos hacemos de nosotros mismos. Al Big Brother se le oculta lo que los presos realmente piensan o lo que desean. Frente al quizá muy olvidadizo Big Brother, el Big Data no olvida nada. Solo por eso el panóptico digital es más eficiente que el benthamiano. En las elecciones estadounidenses, el big data y el data mining se muestran como el huevo de Colón. Los candidatos adquieren una visión de 360 grados sobre los electores. Se recopilan enormes datos, incluso se compran e interrelacionan, de manera que se puedan generar perfiles muy exactos. De este modo también se adquiere una visión sobre la vida privada, incluso sobre la psique de los electores. Se introduce el microtargeting para dirigirse con precisión a los electores con mensajes personalizados y para influenciarlos. El microtargeting como praxis de la microfísica del poder es una psicopolítica movida por datos. Asimismo, algoritmos inteligentes permiten hacer

pronósticos sobre el comportamiento de los electores y optimizar la alocución. Las alocuciones individualizadas apenas se distinguen de los anuncios personalizados. Cada vez se asemejan más votar y comprar, el Estado y el mercado, el ciudadano y el consumidor. El microtargeting se convierte en praxis general de la psicopolítica. El censo demográfico, que representa una praxis biopolítica de la sociedad disciplinaria, provee un material explotable demográficamente, pero no psicológicamente. La biopolítica impide un acceso sutil a la psique. La psicopolítica digital, por el contrario, es capaz de llegar a procesos psíquicos de manera prospectiva. Es quizá mucho más rápida que la voluntad libre. La capacidad de prospección de la psicopolítica digital significaría el fin de la libertad. EL INCONSCIENTE DIGITAL El Big Data quizá hace legibles aquellos deseos de los que no somos conscientes de forma expresa. En una situación concreta llegamos a desarrollar inclinaciones que escapan a nuestra conciencia. A menudo ni siquiera sabemos por qué de repente sentimos una necesidad específica. Si el Big Data proporcionara un acceso al reino inconsciente de nuestras acciones e inclinaciones, sería pensable una psicopolítica que interviniera hasta en lo profundo de nuestra psique y la explotara. La microfísica del Big Data haría visibles actomes, es decir, microacciones que escaparan a la conciencia. El Big Data podría poner de manifiesto patrones de comportamiento colectivos de los que el individuo no es consciente. De este modo se podría acceder al inconsciente colectivo. La psicopolítica digital sería entonces capaz de apoderarse del comportamiento de las masas a un nivel que escapa a la conciencia. BIG DEAL El Big Data no solo aparece en la forma de Big Brother, sino también de Big Deal. El Big Data es un gran negocio. Los datos personales se capitalizan y comercializan por completo. Hoy se trata a los hombres y se comercia con ellos como paquetes de datos susceptibles de ser explotados económicamente. Ellos mismos devienen mercancía. El Big Brother y el Big Deal se alían. El Estado vigilante y el mercado se fusionan. El Big Data da lugar a una sociedad de clases digital. Los individuos que son clasificados en la categoría «basura» pertenecen a la clase más baja. Además del panóptico entra en escena el Bannoptikum. El panóptico vigila a los residentes recluidos en el sistema. El Bannoptikum es un dispositivo que identifica a las personas alejadas u hostiles al sistema como no deseadas y las excluye. El panóptico clásico sirve para disciplinar. El Bannoptikum se ocupa de la seguridad y eficiencia del sistema. El Bannoptikum digital identifica a los hombres sin valor económico

El Big Data carece de concepto y de espíritu. El conocimiento absoluto que pretende el Big Data coincide con el desconocimiento absoluto. El concepto es una unidad que deduce y concibe sus momentos dentro de sí. Tiene la forma de un silogismo en que todo está comprendido. El Big Data es puramente aditivo y no consigue nunca el silogismo o la conclusión. Frente a las correlaciones y adiciones que genera el Big Data, la teoría representa una forma de conocimiento narrativa.El espíritu es un silogismo, una totalidad en la que las partes son integradas con sentido. La totalidad es una forma de silogismo. Sin espíritu, el mundo queda reducido a lo meramente aditivo. El espíritu forma su interioridad y el recogimiento que reúne todo dentro de sí. También la teoría es un silogismo que deduce y concibe las partes dentro de sí. El «fin de la teoría», que anuncia Chris Anderson, significa en último término el fin del espíritu. El Big Data deja que el espíritu se atrofie. La ciencia del espíritu, movida puramente por datos, ya no es en realidad una ciencia del espíritu. El conocimiento total de datos es un desconocimiento absoluto en el grado cero del espíritu. Hoy la percepción no es capaz del silogismo, puesto que zapea sin fin por la infinita red digital. Se dispersa totalmente. Solo un demorarse contemplativo es capaz del silogismo. Cerrar los ojos es un símbolo del silogismo. El cambio acelerado de imágenes e informaciones imposibilita el cerrar los ojos, el silogismo contemplativo. Si todo lo racional es un silogismo, entonces la era del Big Data es una época sin razón. ACONTECIMIENTO La actual euforia con el Big Data se asemeja a la euforia con la estadística del siglo XVIII, que con todo disminuyó rápidamente. La estadística es, en efecto, el Big Data del siglo XVIII. Frente a la razón estadística pronto surgió una resistencia, principalmente por parte del Romanticismo. La aversión hacia la media y la normalidad es un afecto fundamental del Romanticismo. A lo probable estadísticamente se opone lo singular, lo improbable, lo repentino. El Romanticismo cultivaba lo raro, lo anormal y lo extremo frente a la normalidad estadística. Para Nietzsche, los números estadísticos solo prueban que el hombre es un animal gregario, que «los hombres aumentan en igualdad». Esta uniformización es también característica de la actual sociedad de la transparencia y de la información. Si todo ha de ser visible, las desviaciones apenas son posibles. De la transparencia surge una coacción a la conformidad que elimina lo otro, lo extraño. El Big Data hace visible, sobre todo, modelos de comportamiento colectivos. El dataísmo mismo intensifica el aumento de igualdad. El data mining no se distingue sustancialmente de la estadística. Las correlaciones que descubre representan lo estadísticamente probable. Así, el Big Data no tiene ningún acceso a lo único. El Big Data es totalmente ciego ante el acontecimiento. No lo estadísticamente

probable, sino lo improbable, lo singular, el acontecimiento determinará la historia, el futuro humano. Así pues, el Big Data es ciego ante el futuro.

- MÁS ALLÁ DEL SUJETO Todo acontecimiento que destruye lo válido hasta el momento, el orden existente, es tan imprevisible y repentino como un acontecimiento natural. Escapa a todo cálculo y predicción. Simplemente da lugar a un estado totalmente nuevo. El acontecimiento pone en juego un afuera que hace surgir al sujeto y lo arranca de su sometimiento. Los acontecimientos representan rupturas y discontinuidades que abren nuevos espacios. Experiencia significa transformación. Ser-sujeto significa estar-sometido. La experiencia lo arranca de su sometimiento. Se opone a la psicopolítica neoliberal de la vivencia o de la emoción que anuda al sujeto todavía más al estar sometido. El arte de la vida se opone al «terror psicológico» que se impone en pos de la subjetivización. La psicopolítica neoliberal es la técnica de dominación que estabiliza y reproduce el sistema dominante por medio de una programación y control psicológicos. El arte de la vida como praxis de la libertad tiene que adoptar la forma de una des-psicologización. Desarma la psicopolítica como medio de sometimiento. Se des-psicologiza y vacía al sujeto a fin de que quede libre para esa forma de vida que todavía no tiene nombre. - IDIOTISMO Todo filósofo que genera un nuevo idioma, una nueva lengua, un nuevo pensamiento, habrá sido necesariamente un idiota. Solo el idiota tiene acceso a lo totalmente otro. El idiotismo descubre al pensamiento un campo inmanente de acontecimientos y singularidades que escapa a toda subjetivización y psicologización. Hoy parece que el tipo del marginado, del loco o del idiota ha desaparecido prácticamente de la sociedad. La total conexión en red y la comunicación digitales aumentan la coacción a la conformidad considerablemente. La violencia del consenso reprime los idiotismos. A la vista de la coacción a la comunicación y a la conformidad, el idiotismo representa una praxis de la libertad. El idiota es por esencia el desligado, el desconectado, el desinformado. Habita un afuera impensable que escapa a la comunicación y a la conexión.El idiota es un hereje moderno. Herejía significa elección. El herético es quien dispone de una elección libre. Tiene el valor de desviarse de la ortodoxia. Con valentía se libera de la coacción a la conformidad. El idiota como hereje es una figura de la resistencia contra la violencia del