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Resumen Lobato y Suriano, Esquemas y mapas conceptuales de Historia

Resumen primeros capítulos del libro de Mirta Lobato y Juan Suriano "La protesta social argentina"

Tipo: Esquemas y mapas conceptuales

2022/2023

Subido el 01/11/2023

camila-urriolabeitia
camila-urriolabeitia 🇦🇷

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La protesta social en la Argentina
Lobato, Mirta; y Suriano, Juan
1. Huelgas, boicots y confrontación social 1880-1930
En las dos últimas décadas del siglo XIX cambió la naturaleza de las protestas populares:
su carácter central era social;
sus protagonistas, los trabajadores y el novel movimiento obrero que comenzaba a
gestarse.
El costado más visible de ese proceso fueron:
las huelgas,
los boicots,
la organización gremial,
y las manifestaciones ideológicas que lo contenían.
El impacto de la protesta fue amortiguado por los siguientes factores:
el ascenso social,
la dificultad para constituir una identidad.
Desde mediados del siglo XIX, la Argentina se transformó:
se convirtió en un país capitalista: cuya base económica se fundaba en la producción
de bienes primarios para la exportación a los países europeos.
el corazón de esas transformaciones fue la región pampeana y metropolitana (hacia
1914 concentraba cerca de 74% de la población del país).
se conformó un mercado de trabajo caracterizado por una demanda excedente de
trabajadores debido a la escasez de mano de obra nativa.
carencia cubierta por la llegada de miles de trabajadores extranjeros: diversas regiones
de Europa, mayoritariamente de Italia y España, pero también de Francia, Alemania,
Rusia, Polonia, Turquía, Grecia o el Líbano.
Este movimiento de población fue posible también por otros factores:
- Apertura llevada adelante por las autoridades nacionales;
- Facilidades otorgadas a los inmigrantes;
- Aceleración de las comunicaciones marítimas;
- Baja de los precios del transporte mundial;
- Las crisis cíclicas de las economías mediterráneas;
- y, en menor medida aunque de modo significativo para la articulación de la
protesta, por los conflictos políticos y sociales que empujaron a miles de individuos
perseguidos políticamente a buscar nuevos horizontes.
La población inmigrante fue mayoritariamente adulta y masculina. La población
económicamente activa saltó de 923 mil personas en 1869 a 3.360 mil en 1914.
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La protesta social en la Argentina

Lobato, Mirta; y Suriano, Juan

1. Huelgas, boicots y confrontación social 1880- En las dos últimas décadas del siglo XIX cambió la naturaleza de las protestas populares:  su carácter central era social;  sus protagonistas, los trabajadores y el novel movimiento obrero que comenzaba a gestarse. El costado más visible de ese proceso fueron:  las huelgas,  los boicots,  la organización gremial,  y las manifestaciones ideológicas que lo contenían. El impacto de la protesta fue amortiguado por los siguientes factores:  el ascenso social,  la dificultad para constituir una identidad. Desde mediados del siglo XIX, la Argentina se transformó:  se convirtió en un país capitalista: cuya base económica se fundaba en la producción de bienes primarios para la exportación a los países europeos.  el corazón de esas transformaciones fue la región pampeana y metropolitana (hacia 1914 concentraba cerca de 74% de la población del país).  se conformó un mercado de trabajo caracterizado por una demanda excedente de trabajadores debido a la escasez de mano de obra nativa.  carencia cubierta por la llegada de miles de trabajadores extranjeros: diversas regiones de Europa, mayoritariamente de Italia y España, pero también de Francia, Alemania, Rusia, Polonia, Turquía, Grecia o el Líbano.  Este movimiento de población fue posible también por otros factores: - Apertura llevada adelante por las autoridades nacionales; - Facilidades otorgadas a los inmigrantes; - Aceleración de las comunicaciones marítimas; - Baja de los precios del transporte mundial; - Las crisis cíclicas de las economías mediterráneas; - y, en menor medida aunque de modo significativo para la articulación de la protesta, por los conflictos políticos y sociales que empujaron a miles de individuos perseguidos políticamente a buscar nuevos horizontes.  La población inmigrante fue mayoritariamente adulta y masculina. La población económicamente activa saltó de 923 mil personas en 1869 a 3.360 mil en 1914.

En el campo los trabajadores se ocuparon:  Litoral pampeano: del cuidado de los ganados ovino y vacuno, de la siembra y la cosecha de diversos cereales (trigo, maíz, lino, sorgo) y del mantenimiento de la infraestructura necesaria;  Mendoza, del cultivo y la recolección de la vid;  Tucumán, de la caña de azúcar;  Patagonia, de la cría del ganado ovino;  Norte: los quebrachales;  Misiones: los yerbatales. Las ciudades:  Crecieron: la población urbana, que en 1869 representaba el 33% de la población, se elevó en 1914 al 58%.  Se conformó un heterogéneo mundo de trabajadores:

  • una minoría de artesanos y obreros especializados;
  • y una inmensa mayoría de peones y trabajadores no especializados provenientes en gran medida de áreas rurales. Sector industrial:  sólo una proporción menor de ellos;  crecía lentamente al amparo de cierto proteccionismo y de la sustitución de algunos productos importados.  El sector más destacado y que empleaba más trabajadores: la alimentación (carne, bebidas, harinas, dulces, galletitas).  Su desarrollo fue relativo antes de la Primera Guerra Mundial, momento a partir del cual logró un importante crecimiento (principalmente, los grandes frigoríficos instalados en Avellaneda, Berisso, Zárate y Rosario).  Una significativa cantidad de mano de obra era utilizada:
  • en la actividad textil, que también creció notablemente desde 1914;
  • en la precaria y extendida industria del vestido, que alimentaba de manera incesante el trabajo femenino a domicilio;
  • en algunas grandes fábricas (fósforos, tabaco);
  • o en centenares de establecimientos medianos y pequeños de carácter artesanal (aserraderos, curtidurías, panaderías, carpinterías, ebanisterías, talabarterías, tonelerías, sombrererías, marmolerías, herrerías, talleres mecánicos). La industria: en la Primera Guerra Mundial y, más precisamente, en la década de 1920:  Se complejizó y comenzaron a desarrollarse de manera relativa los rubros de petróleo, automotores, teléfonos, cemento, electricidad, metalurgia y maquinarias que ocuparían una significativa cantidad de individuos.  Por su parte, miles de obreros (pintores, yeseros, albañiles, peones) trabajaban en la construcción privada y pública (grandes obras de infraestructura), siempre significaron un alto porcentaje de la población económicamente activa.  Uno de los núcleos más importantes del mundo del trabajo urbano se concentró en el sector servicios (conductores de carros y carruajes, portuarios, marineros, foguistas, ferroviarios, tranviarios y municipales, a quienes se sumaban una multitud de empleados de comercio).  Esta composición del mundo laboral otorgaba una connotación particular a la clase trabajadora argentina, bastante diferente de los mundos obreros de los países europeos fuertemente industrializados, como Inglaterra o Alemania, y más parecida a la de ciudades orientadas a satisfacer la demanda de servicios.

por la mejor visibilidad otorgada por la ciudad (el conflicto era visto por la sociedad, por las autoridades o por la prensa).  Aunque de similar gravedad, causó mucho más impacto en la opinión pública la Semana Trágica porteña, en 1919, que la huelga y la salvaje e impune represión a los peones rurales en la lejana Patagonia pocos años después. Los conflictos laborales (en Buenos Aires) durante la primera década del siglo XX: modalidades:  abandono del trabajo como señal de protesta;  ocupación del espacio público por parte de los trabajadores a través de actos y mítines en la vía pública. Consecuencias:  Esas acciones eran efectivas, llamaban la atención y preocupaban a los políticos y al gobierno, poniendo en evidencia las falencias de la organización del trabajo así como la ausencia de regulación estatal.  La protesta condujo al Estado hacia el camino de la construcción de políticas sociales.  Y en las áreas urbanas también se concentraban aquellos sectores laborales y gremios más poderosos , como los portuarios o los marineros y foguistas , que, al ocupar un lugar clave en la economía agroexportadora, poseían mayor capacidad de presión y negociación que otros sectores. Si hacían huelga los obreros del puerto o, los marineros y foguistas: las autoridades se veían obligadas a considerar los reclamos gremiales ya negociar (o ciertamente reprimir), frente a la posibilidad de la detención de un bien vital para el país como las exportaciones de carnes y cereales. El trabajo rural, las condiciones laborales también variaban de manera notable.  Eran malas en la próspera pampa húmeda, pero peores en aquellas regiones aisladas (en donde los sectores patronales imponían su voluntad de manera arbitraria, como en los quebrachales del Chaco y el norte de Santa Fe o en los yerbatales misioneros).  En la pampa húmeda, los miles de trabajadores rurales eran peones asalariados que se empleaban de manera estacional (época de la cosecha o en la de la esquila; el peón rural se convertía en trabajador itinerante «golondrina»; entonces, alternaba los trabajos rurales con los urbanos). Sus reclamos se vinculaban:

  • A las largas y extenuantes jornadas de trabajo,
  • a los bajos y cambiantes salarios,
  • a los malos tratos,
  • a las inclemencias del tiempo,
  • al peso de los fardos y bolsas en la estiba,
  • a la demanda de alimentos y alojamiento digno. La impronta itinerante de los trabajadores rurales significó una marcada limitación para la organización gremial (ese escaso nivel de sindicalización les restó fuerza y cohesión, atentando contra la posibilidad de obtener mejoras). En el norte del país:  los quebrachales o en los yerbales (misioneros): aislados de las miradas indiscretas, el lugar de trabajo actuaba como una prisión:
  • no cobraban sus salarios en dinero sino que percibían vales,
  • estaban obligados a consumir en los almacenes de las compañías empleadoras (los trabajadores se encontraban endeudados permanentemente),
  • las condiciones de trabajo eran infrahumanas y casi esclavas,
  • prácticamente no existían posibilidades de organización y protesta.
  • Las empresas gozaban de absoluta impunidad (por la complicidad de las autoridades locales). Cuando, en 1920, el activista de la Federación Obrera Marítima Eusebio Magnasco comenzó a organizar a los trabajadores de los yerbales, fue detenido y condenado a cumplir una larga condena por delitos que no había cometido. Si bien es cierto que las condiciones laborales fueron más graves durante los primeros años del proceso de crecimiento y tendieron a mejorar a medida que se iban conformando y fortaleciendo las organizaciones sindicales obreras o se implementaban algunas leyes de protección laboral y seguridad social, también es cierto que, hasta bien entrado el siglo XX, las malas condiciones laborales y la desprotección perduraron, especialmente en las áreas rurales. No obstante la diversidad y la heterogeneidad laboral señaladas, todos ellos compartían un elemento en común: la explotación. La explotación incentivó la protesta popular por mejores condiciones laborales, salarios dignos, empleo regular y por el derecho a agremiarse y a conformar sus instituciones. Sin embargo, la explotación no fue un rasgo suficiente para dotar al conjunto de los trabajadores de una identidad de clase , pues la organización gremial no había arraigado en extensas zonas del país, lo que dificultaba la conformación de un colectivo con intereses comunes. Aun cuando las instituciones obreras, bajo la forma tanto de sociedades mutuales como gremiales, comenzaron a gestarse y a expresar sus demandas en las décadas de 1870 y 1880, fue a partir de 1890 , luego de la crisis económica y social desatada en ese año, cuando las sociedades de resistencia cobraron fuerza, impulsadas por anarquistas y socialistas, a quienes se agregarían más tarde sindicalistas revolucionarios (1905) y comunistas (1918). Estas tendencias dotaron a los trabajadores y a sus instituciones representativas de un claro perfil ideológico y político que apuntaba a la defensa de sus intereses y al reconocimiento de la identidad de clase. Elementos constitutivos y de autorrepresentación de la clase obrera:
  • sociedades de resistencia,
  • entidades de socorro mutuo,
  • grupos políticos,
  • círculos culturales,
  • diarios y periódicos,
  • literatura, escuelas, bibliotecas, ritos y símbolos. En efecto, en torno de 1880 apareció un sinnúmero de sociedades de resistencia:  Nucleaban trabajadores de un mismo oficio (pintores, panaderos, albañiles, etc.);  Objetivo central: la defensa de sus intereses reclamando mejoras en las condiciones laborales. La tasa de sindicalización , que no representa necesariamente el nivel de protesta, durante las tres primeras décadas del siglo XX fue baja , aunque debe tenerse en cuenta que la afiliación era absolutamente voluntaria por parte de los trabajadores, quienes debían aportar los fondos necesarios para sostener sus locales y la prensa partidaria.

los conventillos (exigían: rebaja de los alquileres y mejoras de habitabilidad). Más de 200 mil inquilinos, dejaron de pagar los alquileres y realizaron varias movilizaciones (especialmente mujeres y niños).  Sindicalistas revolucionarios: planteaban que la base de la organización y la acción era el sindicato (su fortalecimiento). Rechazaban la política parlamentaria pero no veían problemas en negociar con el gobierno si ello favorecía en última instancia a las organizaciones sindicales.  Diversos grupos comunistas: conformados a partir del estallido de la Revolución Soviética y producto de desprendimientos del socialismo o del anarquismo, que en 1920 confluirían en la formación del Partido Comunista-, plantearon la lucha de clases y la formación de un partido de clase como objetivo básico. Fueron estos agrupamientos políticos quienes crearon una cultura de izquierda y dotaron al conjunto de los trabajadores de sus ritos, símbolos y formas de organización y manifestación. Pero, sin dudas, la construcción simbólica y ritual más significativa fue la celebración del 1° de Mayo , fecha trascendental del calendario de la izquierda y motivo de la protesta obrera con mayor grado de conciencia (la Internacional Socialista reunida en el Congreso de París la declaró, en 1889, como la celebración de la clase obrera en homenaje a los líderes obreros ajusticiados en Chicago dos años antes). Las corrientes ideológicas asignaban diferentes sentidos al 1º. de Mayo:  El socialismo: una jornada festiva en la que los trabajadores se manifestaban pacíficamente y reclamaban sus mejoras.  El anarquismo: la considerada una jornada de luto y dolor por los centenares de trabajadores encarcelados, muertos y heridos por la «explotación capitalista». Hubo manifestaciones reflejaban el grado de organización y lucha del movimiento obrero. En las autoridades reprimieron con dureza a los trabajadores, como ocurrió en 1904 y, especialmente, en 1909 , cuando la represión policial provocó la muerte de varios manifestantes. La respuesta de las organizaciones obreras fue inmediata: declararon la huelga general por tiempo indeterminado y llevaron adelante una de las protestas solidarias más significativas del periodo, hecho conocido como la Semana Roja. Las demandas incluían el esclarecimiento sobre los responsables de la represión y su castigo así como la abolición del Código de Penalidades porteño. La huelga duró una semana: Buenos Aires, Rosario y a varias ciudades del interior de la provincia de Buenos Aires. La capital quedó paralizada. Miles de trabajadores adhirieron espontáneamente y organizaron piquetes. La policía volvió a reprimir a los manifestantes en el sepelio de las víctimas del 1° de Mayo. Finalmente, el gobierno cedió ante algunos de los reclamos: se abolió el Código de Penalidades , se liberó a los detenidos durante esa semana y se reabrieron los locales y periódicos obreros. Si bien algunos sectores estaban insatisfechos por no haber logrado el castigo a los responsables, otros vivieron el desenlace como un triunfo. Las instituciones obreras formaban parte de una cultura de izquierda internacionalista (la transformación de la sociedad era un hecho en el que debía estar involucrado el conjunto de los trabajadores del mundo). Las federaciones se solidarizaran con causas lejanas , con declaraciones y también de medidas concretas, como la huelga general realizada en 1909 por la FORA en protesta por el fusilamiento del educador catalán Francisco

Ferrer en España o la formidable campaña en los años veinte para anular las condenas a muerte que el gobierno norteamericano había impuesto a los obreros Nicola Sacco y Bartolomé Vanzetti. A partir de los años ochenta y por varias décadas, las protestas se convirtieron en manifestaciones inherentes al mundo del trabajo en la Argentina. Ciudades en donde era visibles las protestas:  en las grandes ciudades como Buenos Aires y Rosario;  en decenas de ciudades intermedias de la región pampeana -como Junín, Zárate, Campana, Pergamino, Berisso, Bahía Blanca, Mar del Plata, La Plata-  en varias localidades del interior: -Córdoba, Tucumán y Santa Fe. Los reclamos fueron a través de una serie de repertorios de confrontación novedosos para el país (pero con una larga tradición bien consolidada en el viejo continente desde fines del siglo XVIII y comienzos del XIX):  huelgas,  boicots,  sabotajes  y manifestaciones callejeras. De todas las formas de protesta mencionadas, la huelga fue la herramienta de lucha más utilizada por los trabajadores y sus organizaciones y se convirtió en la característica saliente de la protesta popular durante todo el siglo XX, aunque en las últimas dos décadas su peso ha declinado sensiblemente a causa de la notable desestructuración y reconversión del aparato productivo. Tipos de huelgas que hubo:  parciales y generales,  reivindicativas y solidarias,  pacíficas y violentas,  de carácter meramente reivindicativo y políticas. Pasos frecuentes de la huelga:  Se iniciaba con la presentación de un petitorio en el que se expresaban claramente las demandas;  si la respuesta era negativa, los trabajadores abandonaban las tareas.  El rechazo de los reclamos inducía a los trabajadores a apostarse en los alrededores de las fábricas y a conformar piquetes de huelga para impedir la entrada de quienes no adherían a la medida de fuerza o, en el caso de que los hubiera, atacar a los rompehuelgas contratados por las empresas.  La policía intensificaba la vigilancia (no pocas ocasiones impedía la reunión de los manifestantes y muchas veces la confrontación terminaba con una violenta represión).

La protesta irrumpió en la primavera de 1920 como una extensión del conflicto mantenido por carreros y marítimos y por la propaganda de la Sociedad Obrera de Oficios Varios de Río Gallegos, adherida a la FORA del IX Congreso, que organizó a los peones. Estalló finalmente la huelga general, apoyada por anarquistas y sindicalistas, que paralizó el trabajo en toda la región y contó con una activa participación de sus actores, que, en ocasiones, recurrieron a la violencia (ocupación de estancias) ante la arbitrariedad patronal y gubernamental. Los llamamientos de la Sociedad Rural y de la Liga de Comercio a la represión, favorecidos por la ambigüedad del gobierno de Yrigoyen, generaron la participación del ejército así como de las guardias blancas de la Liga Patriótica. De esta forma se desencadenó una inédita represión, que apeló a la aplicación de la ley marcial y a fusilamientos sumarios , lo que provocó la derrota de la protesta y centenares de víctimas enterradas en fosas comunes. En las áreas urbanas:  Hasta 1901 se llevaron a cabo únicamente huelgas de carácter parcial. A partir de ese año hicieron irrupción las huelgas generales que hasta 1930 fueron dieciocho. Nueve de ellas se realizaron entre 1901 y 1910, impulsadas por los anarquistas, y en menor medida, por los socialistas. Las huelgas generales fueron masivas en 1902, 1907 y 1909, y tuvieron distinto grado de adhesión en los casos restantes.  En las dos décadas siguientes, las huelgas fueron convocadas por las diversas centrales en las que se dividía el movimiento obrero. Prácticamente todos los paros generales realizados entre 1910 y 1930 fueron parciales y limitados al ámbito de la ciudad de Buenos Aires. Hubo dos momentos en los que la protesta adquirió connotaciones importantes y que se destacaron claramente del resto.Período entre los años 1902 y 1907: se realizaron más de 1.300 huelgas , las más importantes protagonizadas por portuarios, carreros, cocheros y ferroviarios. Estas huelgas se originaron en causas diversas, algunas fueron de carácter solidario pero la mayoría se relacionó con la demanda de aumentos salariales; el resto exigía la jornada de ocho horas, el descanso dominical, la libertad de los presos obreros, el derecho de asociación o la oposición a la ley de Residencia, a los despidos, a la aplicación de multas, al maltrato patronal, al trabajo a destajo, al trucksystem (sistema de vales). Sin abandonar estas políticas, lentamente comenzaron a articularse respuestas que buscaban integrar a los trabajadores a mecanismos institucionales, entre los que debería agregarse la sanción del sufragio obligatorio y secreto masculino en 1912. Se sancionaron las primeras leyes de carácter laboral y, en 1907, se creó el Departamento Nacional del Trabajo, destinado a investigar las causas de los conflictos así como a regularlos.  El segundo periodo años 1917 a 1921 : sin duda, el de mayor conflictividad en toda esta etapa. Durante ese lustro se produjeron 965 huelgas que involucraron a 851. huelguistas, lo que significó una pérdida de más de 11 millones de jornadas de trabajo.

El fortalecimiento de las organizaciones gremiales como la FOM, la FOF, La Fraternidad o los obreros y empleados municipales. El presidente Yrigoyen impulsaba la intervención del Departamento Nacional del Trabajo o participaba como mediador personalmente. La protesta denominada “La Semana Trágica”: que, quizás, fue la protesta obrera más importante hasta el Cordobazo en 1969. En enero de 1919 , mientras se desarrollaba una huelga en demanda de aumento de salarios y reducción de la jornada laboral en los talleres metalúrgicos Vasena , se produjo un incidente entre huelguistas y rompehuelgas, que finalizó con una represión policial que provocó varios muertos. La FORA del V Congreso (anarquista) llamó a la huelga general para el día 9 de enero , a la que se incorporó de manera ambigua la FORA del IX Congreso (sindicalista). Durante todo el día se produjeron incidentes entre piquetes de huelguistas y la policía, hasta que esta última reprimió el cortejo fúnebre de las víctimas obreras anteriores, provocando nuevas muertes entre los manifestantes. El ejército intervino de manera unilateral y el gobierno primero intentó hallar una salida negociada para luego optar por la represión no sólo estatal sino también paraestatal, en tanto que alentó a la acción a grupos de civiles a los que dejó actuar libremente. Estos grupos saquearon locales obreros, golpearon a manifestantes y atacaron el barrio judío del Once. A mediados de 1919 presentó varios proyectos referidos a contratos colectivos de trabajo, conciliación y arbitraje de conflictos y asociaciones profesionales. Dos años más tarde, el Poder Ejecutivo envió a las Cámaras un proyecto de Código de Trabajo que profundizaba el rol regulador del Estado y consagraba el derecho de huelga y legalizar la sindicalización. Estos proyectos no fueron tratados en el Parlamento, poco interesado en reformas sociales, y la ausencia de conflictos graves durante el gobierno de Marcelo T. de Alvear (1922-

  1. contribuyó a su olvido. Este descenso de la conflictividad social se vinculaba, principalmente, a una coyuntura económica favorable, caracterizada por el incremento sostenido de las exportaciones y cierto descenso del costo de vida así como el consecuente aumento del salario real, que mejoró relativamente los niveles de vida de los trabajadores.