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Libro sobre el utilitarismo, historia y explicación sobre el mismo, el documento no es de mi propiedad.
Tipo: Monografías, Ensayos
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U N IV ER SrrAS
CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES
PFU
▼
iÉtk PPU
Barcelona, 1993
Con la aparición de este quinto libro ¿Qué es el utilitarismo? cu brimos una nueva etapa de la serie Materiales para el estudio de la ética. Este nuevo ejemplar se añade a los títulos anteriormente ya publicados en tomo al hedonismo, al estoicismo, al cinismo y al nihilismo. En cuanto al destinatario de estos materiales, podemos consig nar que están especialmente pensados para los estudiantes de en señanza secundaria, en cuyos curricula figura la ética; pero también pueden ser útiles a las personas en fomentar su cultura ética. Nuestro objetivo es ayudarles a lograrlo, proporcionándole un medio instructivo y, a la vez, ameno. Respecto a la estructura, en cada libro se distinguen fácilmente tres partes. La inicial, a modo de introducción, es de informa ción genérica sobre la corriente ética objeto de estudio; com prende la etimología del nombre, definición, características básicas, vicisitudes históricas desde su aparición hasta nuestros días y, finalmente, una perspectiva sincrónica con referencias a la concreción práctica de la ética en cuestión. La segunda parte recoge una serie de textos seleccionados, bien por ser las formu laciones más precisas y claras de las teorías consideradas, bien por ser sus ejemplificaciones prácticas más sugerentes y de ma
INTRODUCCIÓN
La primera cuestión que es menester dirimir sobre el utilitarismo es precisamente su significado. La vía más accesible es buscar el sentido del término que deriva, esto es, lo útil.
En genera] consideramos útil cualquier medio o instrumento del que nos servimos para conseguir algo. Así, cuando decimos por ejemplo que nel dinero no es la felicidad pero ayuda a conseguir la", es obvio que "el dinero" no es algo que se desea por sf mismo, sino que se trata de un medio o instrumento del que nos servimos para alcanzar la pretendida felicidad. A partir de este ejemplo, po demos considerar como "útil" lo que no tiene un valor en sí mis mo, sino este está en función de su naturaleza instrumental. Lo útil se convierte, por tanto, no en un bien que se desea por sf mismo, sino en un medio para otro fin. Lo útil está pues al servicio del hombre como medio para conse guir un objetivo deseable o agradable, esto es, un bien. Bajo esta óptica y en un sentido más amplio, lo útil es una característica pri mordial de la conducta humana. ¿En qué sentido? En el sentido que lo útil es cualquier objeto o cosa de que se sirve al hombre pa ra satisfacer sus necesidades, sean éstas individuales o colectivas,
materiales o espirituales. Es el hombre quien "utiliza" los objetos para conseguir deseos y fines. Una anatomía del comportamiento humano en este sentido implica los siguientes elementos: "agente- acción-fin".
Las acciones que realiza o puede realizar un agente humano pue den ser útiles y no-útiles. El carácter de utilidad o inutilidad de un instrumento no depende de la propia naturaleza del instrumento, sino de la eficacia del mismo. Así, por ejemplo, se lee en los trata dos de Economía que para la buena marcha de una empresa es más eficaz —útil— disponer de una buena organización que de la inversión de grandes capitales. Hemos hablado de lo útil como instrumento, o medio para al canzar un fin; sin embargo, dicho término se utiliza también en un sentido más restringido. Es útil, por encima de todo, lo que sirve para la vida o para la felicidad. Se reserva así la palabra útil para designar aquellas acciones que realiza el hombre con el objeto de garantizar su conservación o bienestar. En este senti do, lo útil adquiere una dimensión ética y nos remite a todas aquellas teorías morales que cifran el bien último del hombre en la felicidad como, por ejemplo, el eudemonismo aristotélico, el hedonismo, el pragmatismo y el utilitarismo.
E l U t i l i t a r i s m o o L a O p c ió n r a c i o n a l D e L o Ú t i l
En sentido amplio, el utilitarismo es aquella doctrina moral, eco nómica y política, que establece la utilidad como el principio y la fuente de todos los valores, tanto a nivel teórico o del conocimien to, como a nivel práctico o de la acción. Para un partidario del uti litarismo cualquier enunciado del tipo
"x es algo valioso o contiene valor" es considerado como equivalente a "x es útil o contiene utilidad"
c) que el interés o placer personal es justificable cuando coinci de con el interés de los demás.
Para la moral utilitaria, el criterio que hemos de aplicar a las ac ciones humanas para saber de ellas si son moralmente buenas o malas es el principio de utilidad. J. Bentham en Principios de moral y legislación lo formula del siguiente modo: "Por princi pio de utilidad se entiende aquel principio que aprueba o desa prueba cada acción, sea cual fuere, de acuerdo con la tendencia que parezca que aumenta o disminuye la felicidad de la mayor parte cuyo interés está en juego."
Para la moral utilitaria, la acción moral se mide por la utilidad y algo es útil en función de la felicidad que produce. Las catego rías morales tales como: bien, mal, justo, injusto, deber, obliga ción, virtud, etc. se reducen a estos dos términos "lo útil" y "lo no-útil". El problema estriba en saber si dicho principio puede ser demostrado. Según Bentham se trata de un principio de evi dencia empírica, pues por experiencia sabemos que todos los hombres tienden a la felicidad; es decir, todos los hombres bus can el placer y evitan en lo posible el dolor: "La naturaleza ha colocado a la humanidad bajo el poder de dos maestros sobera nos, el dolor y el placer. El criterio de lo bueno y lo malo depen de de ellos." (J. Bentham, Principios de moral y legislación ) La moral utilitaria es deudora sobre todo de la tradición empíri ca inglesa que defiende a ultranza el carácter concreto de la re alidad así como el pragmatismo de la acción. Bajo esta óptica, no es de extrañar que la obligación, el deber y la justicia sólo ad quieren sentido si coinciden con el placer y el interés: "Quitad los placeres y los dolores, y no sólo la felicidad, sino también la justicia, el deber, la obligación y la virtud se convertirán en pa labras huecas." (J. Bentham, Tabla de los móviles de la acción) Los principios de la moral utilitaria se inspiran, por tanto, en un positivismo empirista que rechaza cualquier concepto que reba se los límites de la experiencia. El utilitarismo pretende al mismo tiempo aunar en un solo prin cipio (el principio de utilidad) los intereses personales con los
sociales o colectivos. En efecto, la mejor forma para conseguir la felicidad individual es procurar la felicidad de los otros; he mos de procurar que nuestros intereses concuerden con los inte reses de los demás. Sólo asf, el egoísmo innato del hombre adquiere una dimensión moral por su coincidencia con los egoísmos de los demás.
b r e v e R e c o r r i d o h i s t ó r i c o
A modo de síntesis, los antecedentes históricos del utilitarismo se podrían concretar del siguiente modo: a) Planteamiento del problema: Sócrates y Aristipo de Cirene. b) Orígenes: el hedonismo de Epicuro. c) Fuentes de inspiración: Bacon, Hobbes, Locke y Hume. d) Antecedentes inmediatos: Helvetius y Comte. e) Utilitarismo inglés: Bentham, James Mili, John Stuart Mili, H. Sigdwick. f) Influencias posteriores: Las teorías económicas, ideológicas, sociopolíticas y filosofía pragmatista.
a) PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Aunque el utilitarismo como teoría moral aparece en Inglaterra, primera mitad del s. XIX, con los escritos de J. Bentham y John Stuart Mili, sin embargo su problemática se remonta a los oríge nes de la ciencia moral, en concreto a la concepción de la virtud según Sócrates y la reducción de la virtud al placer con Aristipo de Cirene (433 a.C.). En un diálogo platónico, el Menón (87 c- 89 a), dice Sócrates que para saber qué es la virtud es menester saber lo que es útil al hombre. Pasa así a establecer una relación de las cosas que decimos que nos son útiles como la salud, la fuerza, la belleza, la riqueza, etc. Pero, a continuación Sócrates admite que dichas cosas también pueden sernos peijudiciales, por lo que se pregunta ¿en qué sentido son útiles si a su vez pue den ser consideradas como nocivas? A lo que responde Sócrates
beber hemos calmado la sed y, el placer en movimiento cuando en el acto de beber satisfacemos la sed. De los dos placeres el verdadero es no tener ya sed, esto es, el placer estabilizado.
Por otro lado, mientras los cirenaicos consideraban el placer co mo un estado positivo, Epicuro insiste en su definición negativa: el placer equivale a no tener sufrimientos físicos ni psíquicos. Por último, Epicuro se aparta también de Aristipo en la cuestión de determinar cuáles son los peores sufrimientos. Aristipo pen saba que son los dolores del cuerpo; Epicuro opina que son los dolores del alma. De ello resulta que, según Epicuro, el placer consiste básicamente en la ausencia de dolor físico y en la tranquilidad del alma. El pla cer completo, perfecto y verdadero es la ausencia del dolor — apo nía —. Pero en la práctica si no tenemos presente el futuro, puede suceder que placeres que son intensísimos ahora, sean causa de graves enfermedades, o dolores momentáneos pueden a la larga producimos intensos y permanentes placeres. Se impone, por tanto, un cálculo racional y comedido de los placeres. En suma, la buena vida o la vida feliz no es posible sin la sabiduría.
c) FUENTES DE INSPIRACIÓN
Las consideraciones utilitarias están profundamente arraigadas so bre todo en el pensamiento inglés. F. Bacon crítica los saberes tra dicionales que se han apartado de sus aspectos prácticos y se han convertido en estériles e inaprovechables. Por ello los descubri mientos y avances científicos, los inventos que pueden mejorar las condiciones de vida de los hombres, abandonados en manos de in dividuos que carecen de una adecuada formación teórica y que ig noran el funcionamiento de la naturaleza, son escasos y en todo caso puramente ocasionales. Bacon pretende una reforma del entendimiento, de la sabiduría, de los modos de pensar, que permita alcanzar esos bienes y por ello privilegia la inducción frente a la deducción del silogismo
aristotélico. Es necesario aumentar el poder de la acción del hombre sobre la naturaleza; hay que reformar el pensamiento. Según Bacon, "la verdad y la utilidad son aquí una y la misma cosa, y las propias obras tienen más valor en cuanto garantías de verdad que en cuanto contribuyente a las comodidades de la vi da". En efecto el conocimiento verdadero tiene como conse cuencia producir un aumento de las ciencias, en el campo de lo teórico, y en la práctica produce un progreso en el dominio de la naturaleza, un aumento de poder: la acción se toma eficaz, y es ta eficacia indica la verdad de las ideas que la inspiran.
La verdad se establece y revela "más por el testimonio de las obras que por la lógica". Las técnicas, invenciones, etc. son bue nos en cuanto mejoran la vida de los hombres, y de ello se deri va la bondad esencial del conocimiento de la naturaleza, lo cual produce un mejoramiento de la humanidad en su conjunto.
De modo análogo la utilidad en Hobbes es el origen de la socie dad civil; son los beneficios que ésta reporta a la humanidad en su conjunto lo que la hacen preferible frente al estado de naturaleza, que es un estado de guerra. En éste sólo impera la violencia pues los individuos están autorizados a hacer todo lo necesario para la supervivencia, la consecución del placer y la realización de sus deseos. Pero por otro lado el hombre, por naturaleza desea preser var el máximo bien, su vida, y disfrutar de los otros bienes: aspira a alcanzar un mayor bienestar incluyendo los productos elementa les y los bienes de la cultura, las ciencias y las artes. Esa mayor cantidad de bien, ese bienestar se consigue mediante la transferen cia de los derechos y poderes naturales, mediante un contrato, el poder civil al cual todo sujeto se somete para hacer posible la con vivencia social. Así el origen de la sociedad se encuentra en la uti lidad que reporta al estado de naturaleza y es al mismo tiempo el fundamento de la legitimidad del poder constituido.
Preocupado por corregir la excesiva importancia que Hobbes concede al egoísmo del individuo, Hutcheson, claro precedente de la moral utilitarista, afirma que la bondad de las acciones se juzga por la cantidad de felicidad que proporciona el mayor nú mero de personas. Así una acción es buena si produce un benefi-
Comte, la teoría de Helvecio constituye la fuente de inspiración inmediata de las morales utilitarias.
Claude Adrien Helvetius (1715-1771) pretendió aplicar el empi rismo de Locke a la conducta moral y social del hombre. Según él, lo que mueve al hombre a obrar es el interés. No se trata de un impulso de naturaleza espiritual, sino de índole sensible y mate rial. Para superar el carácter egoísta del comportamiento humano basado en el interés personal. Helvecio afirma que mediante la educación y las sanciones de las leyes políticas es posible que los intereses del individuo coincidan con los de la colectividad.
No hay duda de que el pensamiento de Comte jugó un papel im portante en la elaboración de los sistemas utilitarios. Bentham, considerado como el fundador de la moral utilitaria, construye la ciencia moral sobre la base de los principios empíricos y según el método positivo que se inspira en la filosofía de Comte. Pero ¿en qué consiste el nuevo método de la filosofía positiva o posi tivismo? Para Comte lo positivo significa lo que es dado por la experiencia, esto es, lo puesto o establecido por ella. La ciencia y la filosofía dejan de ser conocimientos de realidades en sí y abstracciones, y se convierten en investigaciones de los hechos o fenómenos.
El positivismo proclama como doctrina primordial que sólo los hechos de experiencia constituyen los únicos objetos de nuestro conocimiento. Es por ello que el positivismo como método se atiene exclusivamente al estudio de los hechos, prescindiendo de toda interpretación que desborde o vaya más allá de la experien cia sensible. El campo de la filosofía queda limitado a la investi gación de tos hechos o fenómenos de observación con la exclusión de toda especulación metafísica o metaempírica. En su obra Curso de la filosofía positiva Comte dice que "el espí ritu humano, reconociendo la imposibilidad de obtener nociones absolutas, renuncia a buscar el origen y el destino del universo y a conocer las causas íntimas de los fenómenos, para dedicarse a descubrir, por el uso combinado de razonamiento y la observa ción, sus leyes afectivas, es decir, relaciones invariables de suce
sión y semejanza." Pero la finalidad de la ciencia no se limita a observar y describir fenómenos actuales, pretende además consi derar los fenómenos como sujetos a leyes. A través del conoci miento de las leyes, el científico puede prever los hechos futuros. En palabras de Comte: conocer para prever a fin de proveer. La ciencia adquiere, por tanto, una dimensión no sólo práctica, sino también útil al hombre.
La moral tampoco está al margen de la ciencia positiva; ella in vestiga aquellos fenómenos llamados morales mediante el método de la observación para descubrir sus leyes. Hemos afirmado que para Comte toda ciencia posee una finalidad utilitaria, y lo mismo acontece en cuanto a la ciencia moral. En efecto, para la moral po sitivista, algo es bueno en cuanto útil, siendo lo útil cualquier ob jeto que pueda satisfacer las necesidades tanto particulares como colectivas de los hombres. El principio de utilidad — lo bueno es lo útil — constituye la base racional del sistema moral comtiano.
e) EL UTILITARISMO INGLÉS
El utilitarismo inglés como una teoría moral, que se inspira en las tesis de la teoría del conocimiento empirista y en el método positivista, surge en Inglaterra en la primera mitad del siglo XIX. Entre sus representantes destacan por su importancia: Jere mías Bentham (1743-1832) considerado como el iniciador de esta tendencia, James Mili (1773-1836) y John Stuart Mili (1806-1873), máximo exponente de la moral utilitaria.
Bentham y el cálculo de la felicidad
J. Bentham pretendió elaborar una moral que resultara de la apli cación del método experimental según la versión positivista. Parte de la idea de que tanto la filosofía moral como la social y política se constituyen a partir del principio de utilidad cuya formulación puede expresarse del siguiente modo: "La mayor felicidad posible para el mayor número de hombres" Se trata de un principio de
de carácter institucional y jurídico, propuso centros penitencia rios ( Panóptico , 1791), concebidos con criterios de economía, seguridad y humanitarismo, contribuyó a la formación y desa rrollo de nuevas instituciones educativas, y en general atacó los abusos sociales de su tiempo.
El utilitarismo idealista
La teoría moral de James Mili, discípulo de Bentham, se basa en la aplicación de la ley asociativa a los asuntos de la vida según los postulados del utilitarismo. Los hechos primitivos, motores de la conducta humana, son el placer y el dolor y constituyen la fuente de los demás sentimientos. La ética de James Mili se ins pira, por tanto, en el naturalismo emotivo de Hume. En virtud de la ley asociativa la consulta individual se conformará con la co lectiva. Esta asociación unirá el placer personal con el placer de los otros hasta tal punto que el deseo del bien de los demás se convertirá en el único interés personal. Con John Stuart Mili, el utilitarismo alcanza su máximo desarro llo. Su tesis programática la resume del modo siguiente: "La creencia que acepta, como fundamento de la moral, la utilidad o el principio de bienestar mayor, tiene por cierto que las acciones son buenas en proporción del bienestar que reportan, y malas si tienden a producir lo contrario." J.S. Mili introduce, sin embar go, una nueva orientación al carácter hedonista de la moral de Bentham. Según él, no es suficiente el criterio cuantitativo o acumulativo de placeres, lo que importa es su mayor calidad. Así, los placeres del espíritu han de considerarse como supe riores a los sensibles. Mili reitera constantemente que el princi pio de utilidad no se restringe al campo de lo individual, sino que también tiene en cuenta el interés colectivo. Es a través de la sociedad que adquieren sentido los términos de virtud, deber, justicia y se adaptan a la moral utilitaria. Debemos cultivar estos sentimientos (deber, justicia, etc.) porque ellos nos permiten ar monizar los propios intereses con los de los demás.
La racionalidad positiva de los principios éticos de J.S. Mili Fue no sólo teórica sino también práctica. Durante tres años (1865-
El utilitarismo ha sido defendido, cuestionado y reelaborado nu merosas veces. Por eso, más apropiado que hablar del utilitarismo sería hablar de los utilitarismos. La escuela utilitarista inglesa y su órgano de difusión, la revista "Westminster Review ", ejerció una gran influencia en el terreno político e inspiró numerosas reformas sociales de base liberal y económica (T.R. Malthus, D. Ricardo, R. Owen). Pero al mismo tiempo provocó la oposición de gran parte de algunos seguidores románticos, kantianos y defensores de la moral católica. H. Sidgwick (1838-1900) considera que el utilitarismo es una teo ría descriptiva de la psicología humana, según la cual los indivi duos persiguen a través de sus actos voluntarios la propia felicidad y placer. Pero al mismo tiempo es también una teoría normativa, cuyo principio, la máxima felicidad posible para el mayor número posible, resulta indemostrable. Una conducta es correcta si se diri ge a la búsqueda de la felicidad general, que H. Sidgwick denomi na benevolencia social. En este sentido algunos definen la utilidad a partir de las conduc tas observadas de los individuos, de las que se inducen sus deseos o preferencias. A partir del lema "dime lo que haces y te diré quien eres" la utilidad se concibe como aquéllo que satisface los deseos manifiestos de los individuos. El bienestar social se logra a