Hola, mi nombre es Rocío Linares, para los que no me conocen. Hoy a la
mañana me levanté y encontré esto:
Buen día, hermosa: ¡Hijo de puta!
Para cuando leas esta carta, (esto no es una carta, Matías. Esto es una
servilleta de papel) ya no voy a estar acá. Sabemos que los últimos días no
fueron lo mejor de nuestra relación. Después de lo que pasó el otro día en la
quinta (¿De qué quinta me estás hablando? Yo no fui a ninguna quinta,
Matías. ¿Qué quinta? No te entiendo) llegué a la conclusión que no quiero
ser como todos los demás. Vos, para mí, sos exactamente igual al resto de
los hombres que conozco. Unos cagones, hijos de puta, abandónicos. Usan,
usan y tiran. Eso es lo peor, Matías Galetto.
Aunque sé que faltan 2 meses para el gran evento (El gran evento, te voy
avisando una cosa, Mati, es nuestro casamiento), le pido disculpas ¿a tu
viejo?. Sé que está todo pago, pero bueh… Pero bueh, o sea, yo levanto el
teléfono, pero bueh, y le digo a la gente, se canceló el casamiento, pero
bueh, ahora me meto todo el casamiento en el culo, pero bueh.
Necesito tomarme unos días/semanas. Si realmente creés en el amor que
hay entre nosotros, (¿De qué amor me estás hablando, Matías, si lo único
que hay es abandono acá? Vos me estás dejando con una servilleta, Matías)
te pido, por favor, que respetes este tiempo. Esta decisión es por el bien de
los dos.
No me llames, no voy a at- “esto es lo mejor” * se ríe mordiéndose los labios
*
Posdata: me dejé unas cosas , ¿ las- me las guardás ? Las va a pasar a
buscar el puto de Fito. Te amo cucaracha, Matu.
Matu, Matías Galetto, con doble T de trava hijo de puta, garca de mierda,
chanta, mentiroso, forro. Me estás usando con esto. ¿Cómo me vas a dejar
una servilleta? Hijo de puta, ¿qué te pasa? ¿No te sube oxígeno a la
poronga? ¿No podés pensar? ¿Qué tenés, mierda, en la cabeza? Hijo de re
mil puta. Matías, tenés un día para explicarme qué mierda es esta servilleta
que me dejaste. Ya, como quieras. Mandame un mensaje, señales de humo,
una paloma mensajera, lo que se te cante el ojete, pero me explicás qué es
esto. Y al final mi viejo tenía razón: sos un pelotudo. * revolea la servilleta *