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Modelo de la ocupación humana, volición, habituación y capacidad de desempeño
Tipo: Ejercicios
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I
10 Sección I Explicación de la ocupación humana
C
ada uno de estos individuos difiere en có- mo se motivan para hacer y elegir cosas, en sus patrones de vida diaria y en sus capa- cidades individuales. Con el objetivo de tener una manera común de comprender todas sus circuns- tancias, se necesitan conceptos que expliquen cómo eligen, organizan y llevan a cabo sus ocu- paciones. En el MOHO, los seres humanos se con- ceptualizan como formados de tres componentes interrelacionados:
La volición se refiere a la motivación por la ocupación. La habituación se refiere al proceso por el cual la ocupación se organiza en patrones o rutinas. La capacidad de desempeño se refiere a las capacidades físicas y mentales en que se basa el desempeño ocupacional habilidoso. A pesar de que las secciones siguientes analizan estos componentes en forma separada, es impor- tante tener presente que corresponden a tres aspectos diferentes que forman parte de la per- sona en su totalidad. Dentro del MOHO, la consideración de cual- quier aspecto de la persona (volición, habitua- ción o desempeño) siempre incluye cómo el ambiente influencia la motivación, los patrones y el desempeño de la persona. El ambiente es una influencia constante en la ocupación, y las cir- cunstancias ocupacionales no pueden apreciarse sin la comprensión de éste.
Los seres humanos poseen un sistema nervioso complejo que les proporciona una necesidad intensa y poderosa de actuar (Berlyne, 1960; Florey, 1969; McClelland, 1961; Reilly, 1962; Shibutani, 1968; Smith, 1969; White, 1959). Aún más, presentan un cuerpo capaz de actuar. Finalmente, los seres humanos son conscientes de su potencial para hacer cosas (DeCharms, 1968). Juntos, estos factores se traducen en una necesidad por la acción que es el motivo básico de la ocupación. Algunas veces, otros motivos se encuentran involucrados en una ocupación (Nelson, 1988). Por ejemplo, la recompensa financiera puede motivar parcialmente el traba- jo. Las tareas de la vida diaria se encuentran, en parte, al servicio de necesidades básicas, tales como el hambre; y algunas actividades recreati- vas, como tener una cita, también tienen una dimensión sexual. Sin embargo, el deseo por la acción se manifiesta a través de la ocupación y constituye su principal motivo.
12 Sección I Explicación de la ocupación humana
Lydia 2-
es una residente de Sesotho, de 83 años de edad, que vive en la unidad de cuidados de demencia en Bloemfontein, Sudáfrica. Lydia ama a las personas jóve- nes, debido a que crió a sus 6 hijos. Trata a cualquier persona joven como si fuera su recién nacido, ofreciéndo- les comida o asis- tencia. La mayoría de las personas lo toman con humor o rechazan sus ofreci- mientos, a lo que ella siempre contes- ta: “¿Cómo en la vida voy a lograr que crezcas?”. La naturaleza cariñosa de Lydia y sus fuertes creencias religiosas la hacen ser la favorita entre el personal de la unidad. Participa volun- tariosamente de todos los grupos de terapia ocupacio- nal ofrecidos en la unidad. Es amistosa y tierna con todos y, a menudo, se sienta sola y canta suavemente los himnos que recuerda. A pesar de que rara vez se encuentra orientada en la realidad, Lydia ama rezar por otros. Ella intenta comunicarse en sotho, en xhosa, en afrikaans o en inglés, lo que depende de la preferencia de idioma de la persona con quién interactúa.
2-1 (^) Susan Cahill, Instructor Clínico de la Universidad de Illinois en Chicago, contribuyó con el caso de Drew para este capítulo. 2-2 (^) Erla B. Sveinbjornsdottir y Kristjana Olafsdottir, terapeutas ocupacionales de Kopavogur, Islandia, contribuyeron con el caso de Oli para este capítulo. 2-3 (^) Catalina Edith Sánchez Galicia, estudiante del programa de magíster del Instituto de Terapia Ocupacional de Ciudad de México, México, contribuyó con el caso de Carlos para este capítulo. 2-4 (^) Sanet du Toit de la University of Free State en Blomenfontein, Sudáfrica, contribuyó con el caso de Lydia para este capítulo.
productos. En el taller, Carlos presenta problemas con tareas nuevas que implican seguir instrucciones y no se lleva bien con el supervisor. Carlos se siente frustrado por no ser capaz de controlar más aspectos de su vida y de hacer las cosas que otros jóvenes de su edad son capaces de hacer.
Lydia interactúa con los estudiantes de terapia ocupacional durante una sesión de terapia.
Además de la necesidad o del deseo de actuar, cada persona tiene pensamientos y sentimientos distintos acerca de las actividades que realiza, los cuales son esenciales para la volición. Estos pen- samientos y sentimientos son las respuestas a estas preguntas: ¿Soy bueno para esto? ¿Vale la pena hacer esto? ¿Me gusta esto? Por lo tanto, los pensamientos y los sentimientos volitivos son acerca de lo siguiente:
Por consiguiente, aunque todos los seres humanos se energizan por un impulso universal hacia la acción, quieren hacer las cosas que valo-
ran, para las que se sienten competentes y las que encuentran satisfactorias.
En el MOHO, estos pensamientos y sentimientos volitivos son identificados como causalidad per- sonal, valores e intereses ( Fig. 2.1 ). La causali- dad personal se refiere al propio sentido de capacidad y eficiencia. Los valores se refieren a lo que uno encuentra importante y significativo para hacer. Los intereses se refieren a lo que uno encuentra placentero o satisfactorio hacer. En la vida cotidiana, la causalidad personal, los valores y los intereses se encuentran entrelaza- dos. Por ejemplo, la volición de Drew puede verse en los valores que él ha interiorizado acerca de la importancia del desempeño escolar y su sentido de ineficiencia con respecto a su desempeño en
capítulo 2 Los conceptos básicos de la ocupación humana 13
Valores ¿Qué es importante y significativo hacer?
Causalidad personal Sentido de competencia y eficacia
Intereses ¿Qué es placentero y satisfactorio hacer?
Pensamientos y sentimientos acerca de uno mismo como actor en el mundo propio
F I G U R A 2. 1 Contenido de los pensamientos y de los sentimientos volitivos.
(Heard, 1977; Matsutsuyu, 1971) son compromi- sos para entrar en un curso de acción o para sos- tener un desempeño regular a lo largo del tiempo. Éstas incluyen: asumir un rol nuevo, incorporar una nueva actividad como parte de la rutina per- sonal permanente o llevar a cabo un proyecto. Algunos ejemplos de elecciones ocupacionales incluyen: empezar un trabajo, unirse a un club, comenzar una afición nueva y decidir plantar un huerto de verano. Comúnmente, las elecciones ocupacionales requieren alguna deliberación y pueden incluir: buscar información, reflexionar, imaginar posibilidades y considerar alternativas. Al requerir mantener la acción a lo largo del tiempo, las elecciones ocupacionales también implican compromiso. Por lo tanto, las eleccio- nes ocupacionales se definen como compromi- sos deliberados para entrar en un rol ocupacio-
nal, adquirir un hábito nuevo o llevar a cabo un proyecto personal. Juntas, las elecciones de actividad y las elec- ciones ocupacionales determinan, en gran medi- da, qué tipos de desempeño ocupacional cons- truyen nuestra vida diaria. Estas elecciones son la función de la volición. Ellas reflejan nuestra cau- salidad personal, nuestros intereses y nuestros valores.
El ciclo de experiencia, interpretación, anticipa- ción y elección es un proceso integrado. Como se muestra en la figura 2.2 , cada proceso fluye den- tro del próximo. Uno elige las acciones, el hecho de realizarlas estimula la experiencia. Uno evoca y reflexiona acerca de la experiencia para inter-
capítulo 2 Los conceptos básicos de la ocupación humana 15
Interpretación
Anticipación
Elección de actividad y elección ocupacional
Experiencia
F I G U R A 2. 2 Procesos volitivos.
pretar qué es lo que fue hecho. Finalmente, los significados generados de tales reflexiones llevan a las elecciones siguientes. Por lo tanto, podemos decir que la volición es un patrón de los pensamientos y los senti- mientos acerca de uno mismo como actor en el mundo propio, los cuales ocurren cuando uno anticipa, elige, experimenta e interpreta lo que uno hace. Los pensamientos y los sentimientos volitivos incluyen la causalidad personal, los valo- res y los intereses. A través del ciclo de anticipar, elegir, experi- mentar e interpretar, la volición tiende a perpe- tuarse. Por ejemplo, una vez que sentimos que somos competentes en una ocupación, tendere- mos a anticipar esa ocupación con sentimientos positivos y a elegir hacerla nuevamente. La voli- ción también es un proceso que se despliega a tra- vés de la vida, en el que ocurren cambios. A medi- da que pasan los años y crecemos, y a medida que encontramos nuevas oportunidades y demandas para la acción, podemos encontrar placeres nue- vos, intereses pasados perdidos, o podemos adver- tir que no somos tan adeptos a una actividad en particular. Existen elementos tanto de continui- dad como de cambio en los valores, intereses y causalidad personal a lo largo de la vida.
La mayor parte de lo que hacemos pertenece a un ciclo cotidiano que damos por sobrentendido. La mayoría de nosotros repite la misma rutina mati- nal conocida de levantarse, asearse y dirigirse al trabajo o al colegio. En el recorrido, caminamos, montamos una bicicleta, conducimos un coche en la misma ruta o tomamos un tren, un metro o un autobús sin tener que pensar en forma conscien- te lo que estamos haciendo. Una vez que llega- mos, nos organizamos para hacer las tareas que hemos hecho con anterioridad una multiplicidad de veces, y las realizamos casi de la misma mane- ra que antes. Nos encontramos con otros y deci- mos lo mismo y hacemos con ellos el mismo tipo de actividades que hemos hecho en el pasado. Hacemos estas cosas de una manera irreflexiva, y el hecho de hacerlas se siente familiar, nos situa- mos, así, en nuestra vida ordinaria y dada por sobreentendida. Más aún, al participar en ciertos comportamientos rutinarios, nos reafirmamos con una cierta identidad. Estos aspectos de la vida diaria rutinaria se despliegan automáticamente. El término habituación se refiere a este patrón de comportamiento semiautónomo, que responde a nuestros contextos temporales, físi- cos y sociales conocidos, como se muestra en la figura 2.3. La habituación nos permite reconocer y responder a claves temporales y marcos de
tiempo (p. ej., el patrón recurrente de las sema- nas), a nuestros mundos físicos conocidos (p. ej., la disposición física de nuestro hogar, de nuestro lugar de trabajo, de nuestro colegio y vecindario) y a las costumbres sociales y patrones que com- ponen nuestra cultura. El mundo que nos rodea, nuestro contexto, presenta cierta estabilidad, y nosotros, a nuestra vez, también presentamos una tendencia habi- tuada a actuar de manera consistente y organi- zada en patrones. Lo que hacemos así es una fun- ción de los hábitos y los roles.
Los hábitos preservan las formas de hacer las actividades que hemos interiorizado a través del desempeño repetido. Generamos hábitos al hacer, habitualmente, la misma cosa en el mismo contexto. Lo que una vez algo requirió atención y concentración, eventualmente llega a ser auto- mático. Por lo tanto, los hábitos son tendencias definidas y adquiridas para responder y desem- peñarse de maneras específicas y constantes en ambientes o situaciones conocidos. En conse- cuencia, para que los hábitos existan:
Mucho de lo que hacemos en el curso de un día o de una semana es guiado por los hábitos. Nuestra rutina diaria, nuestra manera de abordar la mayoría de las cosas que hacemos y la forma particular en que realizamos una tarea determi- nada se reflejan en nuestros hábitos. La lucha de Drew por realizar regularmente sus tareas esco- lares, la práctica habitual de Oli de tocar la bate- ría, la manera en que Carlos realiza sus tareas de empaque, todas, son ejemplos de hábitos.
Nuestros patrones de acción también reflejan roles que hemos internalizado. Esto es, nos iden- tificamos con formas que hemos aprendido a asociar con un estatus social o identidad determi- nados y nos comportamos de acuerdo con ellas. Por ejemplo, cuando las personas se desempeñan como esposos, padre o madre, trabajador o estu-
16 Sección I Explicación de la ocupación humana
El mundo que nos rodea, nuestro contexto, presenta cierta estabilidad; nosotros, a cam- bio, también presentamos una tendencia a actuar en formas habituales y organizadas en patrones.
portamientos relacionados. Comúnmente, las personas tienen varios roles que ocupan los tiem- pos y los espacios de la rutina. Por ejemplo, por lo general, las personas participan en el rol de trabajador durante el tiempo semanal de traba- jo y en el lugar de trabajo. En su mayoría, parti- cipan de los roles de esposo/a o padre/madre en el hogar y fuera de las horas de trabajo. Tener un complemento de roles proporciona un ritmo y un cambio entre diferentes identidades y modos de hacer. Podemos ver cómo funcionan los roles en las vidas de Drew y Oli, quienes presentan problemas para cumplir con las demandas del rol de estudiante; en la vida de Carlos, quien desea tener los roles típicos de un adulto joven, y en la vida de Lydia, quien busca reiniciar su participa- ción en el rol de madre.
La habituación resulta como consecuencia de patrones repetitivos de comportamiento que se dan en ciertos contextos temporales, físicos y socio- culturales (Bruner, 1973; Koestler, 1969). A medida que interactuamos una y otra vez con las distintas características de estos contextos (p. ej., distribu- ción física, patrones temporales, actitudes y expec- tativas sociales, comportamientos de otros), inte- riorizamos patrones de actitud y acción. El ambiente tiene una influencia poderosa en la habituación. Como se destacó anteriormen- te, la habituación es la forma que hemos apren- dido a ser en nuestros contextos. Sean la distribu- ción física del mundo o los patrones y normas sociales que nos rodean, las características de nuestros ambientes nos determinan para que desarrollemos ciertas formas habituadas de hacer las cosas. La habituación se define como la disposi- ción internalizada de exhibir patrones habituales de comportamiento, guiados por nuestros hábi- tos y roles, que responden a características ruti- narias de los ambientes temporales, físicos y socioculturales. Como se muestra en la figura 2.4 , la habituación da forma a lo que tendemos a considerar como común y corriente en nuestra vida. Es responsable de nuestro comportamiento de cada día; de nuestra manera habitual de abor- dar tareas; de las formas diversas en que nos manejamos en nuestros hogares, los vecindarios y la comunidad en pleno, y de nuestros patrones de relación con otros.
La capacidad para hacer cosas depende de los siguientes factores:
La capacidad cognitiva de Drew está afecta- da por su dificultad para mantener la atención. La cognición de Carlos y de Lydia se encuentra dañada de diferentes formas. Oli presenta limita- ciones neuromusculares. Como vimos, la capaci- dad de desempeño de estos individuos afecta su ocupación. La teoría y la práctica de terapia ocupacional siempre han reconocido la importancia que estos componentes subyacentes tienen para el desem- peño adecuado. En forma notable, otros mode- los (p. ej., biomecánico, cognitivo perceptivo, integración sensorial, control motor) proveen explicaciones específicas de los componentes físi- cos y mentales, y de su contribución al desempe- ño (Bundy, Lane y Murray, 2002; Katz, 1992; Mathiowetz y Haugen, 1994; Trombly, 1995). Debido a que otros modelos abordan la capaci- dad de desempeño, los terapeutas los usan como una forma de comprender y tratar los problemas específicos de este aspecto. Dentro del MOHO, la capacidad de desempe- ño se toma en cuenta desde un punto de vista distinto, pero complementario, el cual enfatiza la experiencia subjetiva y su rol en dar forma a la manera en que las personas hacen las cosas. En terapia ocupacional y en campos relacionados, el desempeño de las personas y la dificultad para desempeñarse son abordados de forma objetiva. Por ejemplo, se trata de comprender las pérdidas y alteraciones de la capacidad habitual de movi- miento; de las capacidades sensoriales, como la vista o el oído; o de las capacidades cognitivas, como la memoria o el juicio. Se han desarrollado varias formas objetivas de describir, categorizar y medir estas alteraciones. Todas las capacidades y las limitaciones de capacidad que son descritas en forma objetiva son experimentadas por las personas que las pre- sentan. La atención a la naturaleza de estas experiencias y cómo dan forma al desempeño pueden complementar y mejorar la comprensión que tenemos del abordaje objetivo acerca de la capacidad de desempeño.
18 Sección I Explicación de la ocupación humana
Todas las capacidades y las limitaciones de capacidad que son descritas en forma obje- tiva son experimentadas por las personas que las presentan.
capítulo 2 Los conceptos básicos de la ocupación humana 19
Hábitos Tendencias adquiridas a responder y a desempeñarse de maneras específicas y constantes
Roles Incorporación de un estatus definido socialmente o en forma personal y el conjunto de actitudes y comportamientos relacionados
F I G U R A 2. 4 Habituación: los hábitos y los roles influencian el comportamiento en ambientes y situaciones conocidas.
Todas las ocupaciones ocurren en un ambiente complejo y multidimensional. La ocupación se encuentra siempre en el ambiente, es influencia- da por el ambiente y toma significado a través de su contexto físico y sociocultural. El ambiente incluye los espacios que los seres humanos ocupan, los objetos que ellos usan, las personas con quien ellos interactúan y las posibi- lidades y significados del hacer que existen en el colectivo humano del cual forman parte. Cada ambiente ofrece oportunidades y recursos poten- ciales, demandas y limitaciones. El modo en que las características de un ambiente específico interactúan con los valores, intereses, causalidad personal, hábitos, roles y capacidades de desem- peño de cada persona determinará la influencia que tiene el ambiente en esa persona. La oportu- nidad, el apoyo, la demanda y las limitaciones que los aspectos físicos y sociales del ambiente ejercen sobre una persona en particular se deno- minan impacto ambiental. Este impacto puede capacitar o incapacitar a un individuo. A menu- do, el ambiente es la dimensión crítica que apoya o interfiere con la ocupación de un individuo. El ambiente escolar de Drew presenta expectativas que él encuentra difíciles de cumplir. Oli tiene oportunidades y desafíos variados en su ambien- te escolar (p. ej., la banda del colegio frente al trabajo del aula). Lydia tiene los apoyos suficien- tes que le permiten funcionar a su nivel y estar a salvo a pesar de su demencia.
Al comienzo de este capítulo, se indicó que la volición, la habituación y la capacidad de desem- peño correspondían a partes integradas de cada persona. Como se muestra en la figura 2.6 , éstas operan armoniosamente y forman un todo cohe- rente. Cada una, la volición, la habituación y la capacidad de desempeño, contribuyen con fun- ciones diferentes, pero complementarias a lo que
hacemos y cómo lo experimentamos. No pode- mos comprender totalmente las ocupaciones de personas, como Andrew, Oli, Carlos y Lydia, sin referirnos a estos tres factores y al ambiente. Esta amplia visión reconoce la complejidad inherente de la ocupación humana.
Anticipación: Notar y reaccionar ante expectativas y potenciales de acción. Elecciones de actividad: Decisiones deliberadas a corto plazo para entrar y salir de las actividades ocupa- cionales. Experiencia: Los pensamientos y los sentimientos inmediatos que emergen desde lo íntimo del desempe- ño y en respuesta al desempeño. Hábitos: Tendencias definidas y adquiridas a res- ponder y a desempeñarse de maneras específicas y habituales en ambientes o situaciones conocidos. Habituación: Disposición internalizada de exhibir patrones constantes de comportamiento, guiados por nuestros hábitos y roles, que responden a característi- cas rutinarias de los ambientes temporales, físicos y socioculturales. Impacto ambiental: La oportunidad, el apoyo, la demanda y las limitaciones que los aspectos físicos y sociales del ambiente ejercen sobre una persona en particular. Intereses: Lo que uno encuentra placentero o satis- factorio hacer. Rol internalizado: Incorporación de un estatus definido socialmente o en forma personal y el conjun- to de actitudes y comportamientos relacionados. Interpretación: Evocar y reflexionar acerca del des- empeño en términos del significado que tiene para uno mismo y el mundo propio. Elecciones ocupacionales: Compromisos delibera- dos para entrar en un rol ocupacional, adquirir un hábi- to nuevo o llevar a cabo un proyecto personal. Capacidad de desempeño: La capacidad de hacer cosas que proviene de la condición de los componentes físicos y mentales subyacentes y de la experiencia sub- jetiva correspondiente. Causalidad personal: Sentido de capacidad y efica- cia. Valores: Lo que uno encuentra importante y signi- ficativo. Volición: Patrón de pensamientos y sentimientos acerca de uno mismo como actor en el mundo propio que ocurren cuando uno anticipa, elige, experimenta e interpreta lo que uno hace.
capítulo^2 Los conceptos básicos de la ocupación humana 21
La ocupación se encuentra siempre en el ambiente, es influenciada por el ambiente y toma significado a través de su contexto físi- co y sociocultural.
22 Sección I Explicación de la ocupación humana
Habituación
Capacidad de desempeño
Volición
F I G U R A 2. 6 Integración de la volición, la habituación y la capacidad de desempeño en la totalidad de la persona.