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historia de herramientas de medicion
Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
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2a edición
IMPORTANTE
Los autores y la Editorial de esta obra han tenido el cuidado de comprobar que las dosis y esquemas terapéuticos sean correctos y compatibles con los estándares de aceptación general en la fecha de la publicación. Sin embargo, es difícil estar por completo seguro que toda la información proporcionada es totalmente adecuada en todas las circunstancias. Se aconseja al lector consultar cuidadosamente el material de instrucciones e información incluido en el inserto del empaque de cada agente o farmacoterapéutico antes de administrarlo. Es importante, en especial, cuando se utilizan medicamentos nuevos o de uso poco frecuente. La Editorial no se responsabiliza por cualquier alteración, pérdida o daño que pudiera ocurrir como consecuencia, directa o indirecta, por el uso y aplicación de cualquier parte del contenido de la presente obra.
Nos interesa su opinión, comuníquese con nosotros: Editorial El Manual Moderno S .A. de C.V. Av. Sonora 206, Col. Hipodromo, Deleg. Cuauhtémoc. 06100 M éxico, D.F. (52-55) 52-65-11- info@manualmoderno.com quejas@manualmoderno.com
Evaluación psicológica: historia, fundamentos teórico-conceptuales y psicometría. 2a edición. D.R. © 2015 por Editorial El Manual Moderno, S.A. de C.V. ISBN: 978-607-448-465-6 (versión impresa) ISBN: 978-607-448-466-3 (versión electrónica) Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, Reg. núm. 39 Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida sin permiso previo por escrito de la Editorial. Para mayor información sobre Catálogo de producto Novedades Distribuciones y más www.manualmoderno.com
Aragón Borja, Laura, Edna, autor. Evaluación psicológica : historia fundamentos teórico-conceptuales y psicometría / Laura Edna Aragón Borja. –- 2ª. edición. -– M éxico : Editorial El M anual M oderno, 2015. ISBN: 978-607-448-465-6 (versión impresa) ISBN: 978-607-448-466-3 (versión electrónica)
Director editorial y de producción: Dr. José Luis Morales S aavedra Editora asociada: LCC Tania Uriza Gómez
Diseño de portada: LCS Adriana Durán Arce
Definición y reseña histórica Teoría clásica de las pruebas Confiabilidad Validez Clasificación de las pruebas psicológicas Normas de puntuación Referencias
Capítulo 5. Consideraciones éticas en la evaluación psicológica Empleo de pruebas psicológicas Invasión de la intimidad, confidencialidad y consentimiento informado Normas éticas Referencias
Capítulo 6. Comunicación de resultados: elaboración del reporte de evaluación psicológica ¿A quién se entregan los resultados de una evaluación psicológica? Reporte de evaluación psicológica Referencias
Capítulo 7. Guía para seleccionar una batería de evaluación psicológica Pruebas del área intelectual o académica
ACERCA DE LA AUTORA
La Maestra Laura E. Aragón Borja es Licenciada en Psicología por la Universidad
Nacional Autónoma de México, cuenta con la Especialidad en Matemáticas Aplicadas a Psicología (Convenio de Beca Conacyt-ENEP Iztacala), así como con la Maestría en Modificación de Conducta, por la UNAM. Es Profesora Titular “B”, de tiempo completo en la División de Investigación y Posgrado de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM. Tiene amplia experiencia en evaluación psicológica; desde 1994 se ha desempeñado como Jefa de la Unidad de Evaluación Psicológica, supervisando anualmente la atención de alrededor de 80 usuarios de dicha Unidad, así como la evaluación psicométrica de los aspirantes a diferentes especialidades. Actualmente imparte el Diplomado con opción a titulación “Evaluación Psicológica Integral de niños, adolescentes y adultos”, en la FES Iztacala, UNAM. Este Diplomado se ha impartido consecutivamente desde 2002 a la fecha. Es autora de una prueba para evaluar niños disléxicos y ha realizado la tipificación mexicana de la prueba española BAPAE que mide aptitudes para el aprendizaje escolar, así como de la prueba de inteligencia factor “g” escala 3 de Cattell. Así mismo, ha asesorado al Departamento de Psicología del Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON) en la obtención de normas de puntuación del Inventario Multifásico de Personalidad Minnesota para Adolescentes (MMPI-A) en el Sur de Sonora y del Cuestionario 16 PF de Cattell también para el Estado de Sonora.
que otros temas fundamentales: las principales características de las pruebas psicológicas y los conceptos de testing, psicodiagnóstico y evaluación psicológica. Una vez que la evaluación psicológica incorpora la teoría de la medida a sus procedimientos para asegurar su estatus científico, surge la psicometría —conjunto de métodos, técnicas y teorías implicadas en la medición de variables psicológicas—, dedicada al estudio de las propiedades métricas exigibles a las mediciones psicológicas y a establecer las bases para que dichas mediciones se realicen de manera adecuada. El objetivo de la psicometría es proporcionar modelos para transformar los hechos en datos, con la finalidad de asignarles valores numéricos a los sujetos sobre la base de sus respuestas. En psicología, la psicometría es la que avala que los instrumentos de medición elaborados cuenten con las garantías científicas para su uso. En este capítulo 4, explicamos la Teoría clásica de las pruebas, sobre la que descansan la mayoría de las pruebas psicológicas; las garantías científicas que toda prueba debe poseer: confiabilidad y validez, y cuáles son los diferentes tipos de puntuaciones que nos proporcionan las pruebas, así como su interpretación. Sin embargo, antes de iniciar un proceso de evaluación con la finalidad de resguardar los derechos de las personas a las que se ofrece el servicio, debemos tener presentes las consideraciones éticas del proceso de evaluación psicológica. En el capítulo 5 se presentan los principios éticos que deben regir el comportamiento de los psicólogos: respeto a los derechos y a la dignidad de las personas, cuidado responsable, integridad en las relaciones y responsabilidad hacia la sociedad y la humanidad. En el capítulo 6 se expone muy detalladamente la forma en que se elabora por escrito un reporte de evaluación psicológica una vez terminado el proceso de evaluación, con el objetivo de que sea de máxima utilidad tanto para el psicólogo que va a planear el tratamiento como para los usuarios del servicio para que tomen las mejores decisiones. Finalmente en el Capítulo 7, el lector encontrará algunas sugerencias y recomendaciones para seleccionar una batería de evaluación psicológica, describiendo algunas de las pruebas más utilizadas que en la actualidad se pueden comprar en México, el objetivo de las mismas, la información que proporcionan, el tipo de puntuaciones que utilizan y para qué tipo de problemas se recomienda su aplicación. Esperamos que esta obra cumpla sus objetivos: además de profundizar en el conocimiento de la evaluación psicológica y la psicometría, contribuir a que el psicólogo realice un ejercicio responsable de su profesión en esta importante área de la psicología.
Laura Edna Aragón Borja
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA: DE LA ANTIGÜEDAD AL SIGLO XIX
En la historia de la humanidad, en todas las épocas, ha sido evidente el interés por la
medición de los atributos humanos, desde los físicos —estatura, peso, color de ojos y pelo, fuerza, agudeza auditiva y visual— hasta los psicológicos —inteligencia, personalidad, motivación, entre otros. Este interés puede rastrearse desde los filósofos de la antigüedad, la filosofía del siglo XVII, en los grandes avances científicos de la medicina, la física, la química y la astronomía de los siglos XVIII y XIX, hasta la medición psicológica propiamente dicha en los albores del siglo XX con la primera prueba considerada como realmente psicométrica, elaborada por Binet, y el gran auge que la construcción de pruebas y el establecimiento de la psicometría tuvieron con la llegada de las dos guerras mundiales. Desde el punto de vista histórico, ¿cuándo podemos afirmar que inicia la evaluación en psicología? Al respecto, Garaigordobil (1998) menciona que cuando el hombre toma conciencia de que existen variadas diferencias entre él y sus semejantes, intenta buscar procedimientos que le permitan cuantificar el grado de dichas diferencias. Así, la autora establece que para que un procedimiento se considere como evaluación psicológica debe reunir varios requisitos:
Un evaluado y un evaluador, y la necesidad de un objetivo y un contexto para desarrollar dicha evaluación. Un marco teórico que permita la ubicación de las hipótesis. Una técnica o procedimiento de medida y la interpretación de los valores obtenidos. Disposición de los sistemas categoriales pertinentes que permitan la clasificación del evaluado a partir de los resultados que se hayan obtenido al aplicarle los procedimientos de medición.
El primer requisito puede parecer muy obvio, sin embargo, es necesario precisarlo porque en ocasiones se han dado diagnósticos a la distancia, sin la presencia explícita de
rigurosas durante tres días y tres noches. Finalmente, a los que aprobaban se les aplicaba la última etapa de evaluación en Pekín, donde quienes triunfaban obtenían el puesto de mandarín. De acuerdo con Gregory (2001) y Martínez (1996), este programa de exámenes se amplió poco a poco, y hacia 1370, para ocupar puestos en el gobierno, incluía la evaluación de las aptitudes en equitación, música, aritmética, escritura (donde la belleza de la caligrafía tenía un peso importante, ya que era esencial para una buena comunicación); conocimiento de las leyes civiles, los ritos o ceremonias y los principios de Confucio. Este tipo de exámenes fue finalmente eliminado en 1905 y reemplazado por requisitos educativos, tales como poseer un título universitario. El filósofo Platón (427 – 347 a. C.) menciona, específicamente en La República , que no hay dos personas iguales, que cada una difiere de las otras en sus dotes naturales y que, por tanto, una persona puede ser apropiada para desarrollar una profesión y otra para desenvolverse en alguna totalmente distinta; él consideraba que si bien todos los seres humanos básicamente son iguales, sin embargo diferirían en sus cualidades y aptitudes; en cada persona estarían desarrolladas por naturaleza unas capacidades más que otras, por lo tanto él proponía que de acuerdo a dichas capacidades se estableciera una República formada por tres clases de ciudadanos, esto es, una división social del trabajo: los filósofos, que serían los encomendados a gobernar por poseer la virtud de la sabiduría; el pueblo, formado por los artesanos y los labradores, trabajarían en actividades productivas; los guerreros, fuertes y valientes, con la virtud de la fortaleza, estarían destinados a velar por el orden y la defensa. Así, proponía llevar a cabo una serie de funciones para evaluar las aptitudes militares con el propósito de seleccionar a los mejores soldados. Anastasi (1980) considera que estas acciones propuestas por Platón con la finalidad de evaluar los rasgos que se consideraban esenciales para determinar la destreza militar representan la primera prueba de aptitud de la cual existe memoria descrita sistemáticamente, cuyo objetivo era la asignación de los individuos a tareas específicas para los que estaban dotados. Aristóteles (384 – 322 a. C.), otro gran filósofo griego, discípulo de Platón, se percató de la existencia de las variaciones individuales. En sus escritos, plantea que hay diferencias en las características mentales y morales de los individuos de acuerdo con el nivel social, la raza y el sexo, y las atribuye a factores innatos. En su Ética nicomáquea , Aristóteles plantea que la plena excelencia sólo podría ser alcanzada por el varón adulto y maduro perteneciente a la clase alta, y la cual nunca sería alcanzada por las mujeres, los niños, los bárbaros o no griegos, y los asalariados o trabajadores manuales; de esta manera, él consideraba naturales las relaciones de poder del hombre sobre la mujer, los padres sobre los hijos y los amos sobre los esclavos. Consideraba que aunque un hombre se propusiera ser el mejor, no lo conseguiría, a menos que estuviera en su naturaleza, y que al comparar a unos hombres con otros, se evidenciaría que en la gimnasia, la medicina, la construcción, la navegación, las ciencias en general y cualquier actividad no científica existirían diferentes niveles de aptitud. Asimismo, consideraba que los hombres poseían determinados rasgos o cualidades — como la ira, la audacia, la inmoralidad— de manera diferencial, ya sea en exceso, en
término medio o de modo deficiente (Anastasi, 1980). De igual manera, Aristóteles proponía el análisis del carácter y los hábitos psicológicos de las personas con base en sus características corporales (fisiognomía). Se atribuye a Aristóteles un tratado llamado “Physiognomonica” , en el cual se relacionan los signos corporales con el carácter y las facultades mentales de las personas. Estas teorías fisiognómicas ya habían sido anteriormente postuladas tanto por Empédocles (450 a. C.), como por Hipócrates (400 a. C.), en sus conocidas Doctrinas Humorales de Personalidad. Estas Doctrinas establecen que el cuerpo humano está compuesto por cuatro humores: sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema, que a su vez corresponden a los siguientes elementos de la naturaleza, respectivamente: aire, tierra, fuego y agua, y que de acuerdo al humor que predomine en cada individuo, éste presentará alguno de los cuatro tipos de temperamento y personalidad: sanguíneo y optimista, melancólico y triste, colérico e iracundo, y flemático y apático. Esta postura influyó posteriormente en los trabajos tipológicos de Kretschner, en 1925, y su discípulo Sheldon, en 1949, sobre el temperamento (Pervin, 1984): tipo pícnico o endomorfia (tendencia a la obesidad, que caracteriza a los individuos como amables, dependientes, joviales y extrovertidos, de fácil expresión y emoción; muestra amor por el confort, tiende a evitar el dolor y es dependiente de la aprobación social), tipo atlético o mesomorfia (gran desarrollo muscular y esquelético, que distingue a los hombres como agresivos, con gran energía física, coraje, poder, aserción, cierta indiferencia y tolerancia al dolor físico, necesidad de acción y ejercicio) y tipo asténico o ectomorfia (escaso desarrollo de las estructuras musculares, frágil estructura ósea, que caracteriza a los individuos como introvertidos, tímidos, románticos, solitarios, pensativos y muy reflexivos). Por su lado, René Descartes (1596 – 1650) en su Discurso del método , establece una separación radical entre el mundo material (los cuerpos), regidos por una necesidad mecánica de moverse, y el alma, que es una propiedad exclusivamente humana caracterizada por el pensamiento inteligente; los cuerpos se mueven y obran de acuerdo a leyes mecánicas, las almas pueden decidir por libre albedrío. El cuerpo humano es una máquina y está unida al alma a través de la glándula pineal, por lo que alma y cuerpo se encuentran en interacción constante, considerando que las impresiones sensoriales, a través de los nervios y los espíritus animales en ellos contenidos, hacen sentir a las almas de los sujetos distintas pasiones o emociones que ella se encargará, a través de su albedrío, de fortalecer o rechazar. De esta forma, Descartes plantea que no es posible estudiar al hombre de manera objetiva, por lo que hay que utilizar la intuición para acceder a los datos de la conciencia. En una carta dirigida a Hyperaspistes, en 1641, él plantea que no se puede establecer una verdad universal sobre el comportamiento humano al modo geométrico, es decir, como la lograda en el conocimiento matemático, por lo que aquí se deduce el carácter subjetivo de la conducta humana (Rocha, 2004). Su filosofía influyó posteriormente en los enfoques fenomenológicos y humanistas, que consideran que no es posible llevar a cabo evaluaciones objetivas cuantificadas, y subyace en la creación de las pruebas subjetivas o proyectivas. En Inglaterra, entre los siglos XVII y XVIII, se desarrolla la doctrina filosófica del
telescopio. Kinneybrook fue despedido porque sus mediciones diferían en promedio más de medio segundo después de las realizadas por Maskelyne, lo cual provocaba errores considerables en los cálculos astronómicos (Nunnally, 1973; Anastasi, 1980). En 1816, el astrónomo alemán Friedrich Bessel se interesó por el incidente de Kinneybrook y decidió medir las diferencias en segundos de las estimaciones entre dos observadores. Bessel publicó datos sobre parejas de observadores entrenados y descubrió divergencias en cualquier par de observadores, así como diferencias de medición de cada sujeto comparado consigo mismo en distintos momentos, Bessel llegó así a la conclusión de que los errores en los cálculos de los astrónomos se debían a las personas, es decir, a los tiempos de reacción de los astrónomos a la hora de observar por el telescopio, lo cual, por lo tanto, daba como resultado la diferencia en los cálculos. Este trabajo es considerado como el primer registro publicado sobre las diferencias individuales, lo que fue conocido posteriormente como la ecuación personal, es decir, la tendencia característica a estimar las observaciones asignándoles una determinada cantidad, ya sea por exceso o por defecto (Anastasi, 1980; Nunnally, 1973). Este incidente tuvo tres consecuencias afortunadas: primero, reconocer que las personas difieren en sus juicios y que tales diferencias individuales pueden ser medidas, lo cual reafirmaba que en los atributos humanos hay diferencias individuales; segundo, que el ser humano como un instrumento de medición puede cometer errores, y tercero, que como cualquier otra herramienta de medición, los instrumentos de la ciencia psicológica (incluido el ser humano) también poseen un margen de error que hay que considerar y tener en cuenta, así como incorporar dichos errores al análisis de los datos, lo que a la larga sería el fundamento del concepto de confiabilidad.
Curva normal: Quetelet
Durante el siglo XIX, ya los astrónomos habían estado utilizando la curva normal de Gauss para describir el comportamiento de los errores de medición, pero fue Adolphe Quetelet (1796 – 1874), un astrónomo, matemático, naturalista y sociólogo belga, quien pensó que esta distribución normal podía también ser usada para explicar algunos aspectos de la conducta humana; él afirmaba que era posible identificar regularidades de comportamiento que caracterizaran al hombre promedio y así contrastarlas contra el comportamiento de individuos aislados a través de las desviaciones de los mismos sobre una curva normal (Nunnally, 1973). Quetelet se dedicó a reunir una gran cantidad de información en poblaciones europeas: datos sobre la locura, los suicidios, la delincuencia, el número de niños en las familias, el número de niños nacidos en distintos años, así como características físicas de las personas.En una ocasión tomó las medidas de la estatura de cien mil soldados franceses, en otra, las medidas torácicas de poco más de 5,700 soldados escoceses; encontró que al graficar estas medidas, seguían una distribución de curva normal. Llegó a la conclusión de que una distribución normal de las características humanas mostraba el error de la naturaleza de los seres humanos, es decir, que la meta de la naturaleza era crear al hombre normal o promedio, y que los accidentes
o errores de la naturaleza se podrían poner de manifiesto en los extremos de la curva normal.
Psicofísica: estudios de Weber y Fechner
Históricamente, se podría considerar que el primer problema de medición psicológica abordado de manera sistemática fue el estudio de las sensaciones. Uno de los primeros intentos que se hizo para emplear el método experimental en psicología se dirigió hacia la solución del problema de la relación entre las sensaciones percibidas por las personas al cambiar los estímulos que se les presentaban. Para Miller (1983), la posibilidad de medir las sensaciones fue la prueba de que la psicología podría algún día convertirse en ciencia. Si las sensaciones eran factibles de ser medidas, podría entonces también medirse cualquier fenómeno de la percepción, analizándolo mediante su reducción a los componentes elementales y mensurables de la experiencia. Poco después del interés por el estudio de la ecuación personal, tanto los filósofos como los primeros psicólogos se interesaron por estudiar el umbral de conciencia, a lo que se le llamó limen, que es el punto o el umbral en el cual se llega a adquirir conciencia visual, auditiva o cinestésica de la existencia de un objeto. Por ejemplo, si un sonido o una luz son demasiado débiles o tenues para poder escucharse o verse, decimos que se encuentra por debajo del umbral o limen de la percepción auditiva o visual; a estos estímulos que no pueden detectarse se les llama subliminales, y a los que sí se pueden detectar supraliminales. Al punto en el que el ojo, el oído o el sentido del tacto perciben un objeto se le llama limen absoluto. Como dato interesante, podemos agregar que esta manera de medir los umbrales diferenciales todavía se utiliza; por ejemplo, en los exámenes de agudeza auditiva, para determinar los umbrales auditivos se le presentan al sujeto sonidos en diferentes niveles de intensidad y se le pide que mencione cuándo empieza a oír el sonido, o bien, cuándo deja de escucharlo. Para Garret (1975), la psicofísica comenzó con la obra del fisiólogo alemán Ernst Heinrich Weber (1795 – 1878), quien como profesor de anatomía en la Universidad de Leipzig, de 1829 a 1834, publicó una serie de experimentos sobre las sensaciones cutáneas y cinestésicas. Weber estaba interesado en descubrir con cuánta exactitud las personas podrían apreciar pequeñas diferencias de peso cuando dos pesos se levantaban con la mano, o bien, cuando se dejaban libremente en la superficie de la piel, así como cuál sería la diferencia más pequeña entre dos líneas que pudiera ser discernida por el ojo humano; a esto se le llamó limen diferencial, que comprende tanto la diferencia mínima perceptible como la diferencia mínima no perceptible. La primera, la diferencia mínima perceptible, es la diferencia que el ser humano puede percibir entre dos estímulos —visuales (por ejemplo, una luz con cierta intensidad), auditivos (un sonido con determinados decibeles) o cinestésicos (un objeto con determinado peso)— que comienzan siendo iguales, para luego uno de ellos variar de intensidad y dejar al otro fijo, hasta que la persona pueda determinar que uno es más o menos intenso que el otro. Por otro lado, en la diferencia mínima no perceptible, se le
puede considerar como el antecedente remoto del método del cuestionario. En su obra Elementos de Psicofísica , publicada en 1860, Fechner consideraba a la psicofísica como el estudio de las relaciones que hay entre los sucesos del mundo físico y las respuestas psicológicas, en donde el mundo físico estaba representado por los estímulos físicos y el mundo psíquico por las sensaciones que esos estímulos provocan en el organismo. Definía a la psicofísica como la ciencia de la relación funcional entre el cuerpo y la mente, entre lo material y lo espiritual, entre lo físico y lo psíquico (Nunnally, 1973; Garret, 1975). Al método creado por Fechner —de presentar de manera precisa y sistemática los estímulos físicos para suscitar las respuestas manifiestas— se le llamó psicofísico y es una de sus principales contribuciones a la medición de juicios humanos en psicología. Su método de comparación por pares se utiliza actualmente en los exámenes de agudeza visual, donde se le pide al sujeto que mencione si existe diferencia entre una dioptría u otra que el oftalmólogo le presenta (¿con cuál ve mejor, con ésta o con ésta?). Este método también se utiliza en la comparación y clasificación de perfumes, licores, tabacos y, en psicología, en algunas pruebas de orientación vocacional, en donde el sujeto tiene que elegir entre tres estímulos aquello que más le gusta y lo que menos le gusta. Otro método psicofísico creado por Fechner y que se refiere a la graduación de los estímulos en diferentes intensidades es el antecedente remoto de las escalas de actitudes tipo Likert, utilizadas hoy en día para evaluar los atributos psicológicos. La obra de Fechner, a quien se le considera el padre de la psicofísica, es importante porque demostró de manera concluyente que los problemas de la psicología pueden analizarse mediante métodos cuantitativos, y además se ve reflejada en el amplio desarrollo posterior de las pruebas psicológicas. En palabras de Kantor (2005), si bien Fechner es el fundador de un culto que decía medir la relación entre el cuerpo y la mente, desde el punto de vista de la psicología científica se le reconoce como auténtico estudioso de la conducta, y por tanto, como líder del avance científico.
Establecimiento de la psicología como ciencia experimental: Wundt
Derivado de los estudios de Weber sobre los umbrales diferenciales y de Fechner con la creación de sus métodos psicofísicos, se abre el camino hacia la medición de lo subjetivo mediante técnicas de autoinforme. Si bien estos avances contribuyeron al progreso de la medición en psicología, el antecedente científico fundamental del psicodiagnóstico es, según Garaigordobil (1998), la constitución de la psicología como disciplina experimental en 1879, cuando Wilhem Wundt establece en Leipzig, Alemania, el primer laboratorio de psicología experimental con la finalidad de estudiar fenómenos psicológicos con la metodología propia de la investigación fisiológica de esa época; su objetivo era determinar la relación de los fenómenos psíquicos con su sustrato orgánico, particularmente cerebral. Lo que Wundt entendió por psicología experimental, según Kantor (2005), fue la psicología fisiológica, esto es, una psicología que utilizaba las técnicas de la fisiología, estudiando actividades tales como la sensación, la percepción, la
atención y el tiempo de reacción. Wundt desempeñó un papel decisivo en la constitución de la psicología experimental, anexándole la fisiología y la anatomía; su meta fue elaborar una psicología admitiendo solamente hechos y recurriendo a la experimentación y a la medición (Mueller, 2004). En dicho laboratorio se formaron psicólogos de la talla de Brentano, Ebbinghaus, Dilthey, Hull, James y el propio Wundt; casi la mitad de los directores de los primeros laboratorios de psicología de Estados Unidos se formaron en el laboratorio de Wundt (Hogan, 2004). Para Wundt, la única forma de estudiar la conciencia era reduciéndola a sus elementos más simples, entender la forma en que estos elementos se hallan conectados para poder determinar las leyes de esa conexión; al igual que los químicos habían analizado la materia reduciéndola a átomos y los anatomistas reduciendo los sistemas vitales a células, así entonces se debía analizar la mente reduciéndola a las sensaciones y sentimientos elementales que la constituyen (Miller, 1983). Así, las aportaciones de Wundt a la evaluación psicológica son (Garaigordobil, 1998; Hogan, 2004):
Teoría de la evolución de Charles Darwin
El biólogo inglés Charles Darwin (1809 – 1882) tuvo una gran influencia no sólo en el campo de la biología, sino también en la psicología. En 1859, publica su magna obra El origen de las especies , en la que concebía a los animales y las plantas en un estado de cambio constante en el que progresan gradualmente de una forma a otra para adaptarse a los medios cambiantes. También establece que las diferentes especies, mediante un mecanismo de selección natural, se adaptan y subsisten, y otras se extinguen, a lo que llamó “la supervivencia del más apto” (Nunnally, 1973). La teoría de la evolución de Darwin favoreció el estudio de las diferencias individuales en psicología, ya que si estas diferencias en las plantas y animales explicaban su diversa capacidad para adaptarse y sobrevivir, las mismas tendrían en los seres humanos una importancia funcional; y si las plantas y los animales heredaban características