



Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Prepara tus exámenes con los documentos que comparten otros estudiantes como tú en Docsity
Los mejores documentos en venta realizados por estudiantes que han terminado sus estudios
Estudia con lecciones y exámenes resueltos basados en los programas académicos de las mejores universidades
Responde a preguntas de exámenes reales y pon a prueba tu preparación
Consigue puntos base para descargar
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Comunidad
Pide ayuda a la comunidad y resuelve tus dudas de estudio
Descubre las mejores universidades de tu país según los usuarios de Docsity
Ebooks gratuitos
Descarga nuestras guías gratuitas sobre técnicas de estudio, métodos para controlar la ansiedad y consejos para la tesis preparadas por los tutores de Docsity
fisiologia de higado para nutricion
Tipo: Apuntes
1 / 7
Esta página no es visible en la vista previa
¡No te pierdas las partes importantes!
Muchas de las funciones del hígado guarden relación entre sí. Algunas de ellas son:
Es el órgano más voluminoso del cuerpo. Representa el 2% del peso corporal total (1,5 kg para un adulto tipo). Unidad funcional básica: lobulillo hepático, estructura cilíndrica de varios mm de longitud y de 0,8 a 2 mm de diámetro. Hígado humano: entre 50.000 y 10.000 lobulillos
El lobulillo hepático se constituye alrededor de una vena central (o centrolobulillar ) que desemboca en las venas hepáticas y luego en la vena cava. El propio lobulillo se compone de múltiples placas celulares hepáticas, que se alejan de la vena central como los radios de una rueda. Cada placa hepática se compone de 2 células y entre las cél adyacentes hay pequeños canalículos biliares que drenan en los conductillos biliares, los cuales discurren por los tabiques fibrosos que separan los lobulillos hepáticos.
Los tabiques también llevan vénulas portales que reciben sobre todo la sangre venosa del tubo digestivo a través de la vena porta. Desde estas vénulas, la sangre se dirige hacia los sinusoides hepáticos planos, ramificados, ubicados entre las placas hepáticas y después hacia la vena central. Así las cél hepáticas están constantemente expuestas a la sangre venosa portal.
Los tabiques interlobulillares contienen también arteriolas hepáticas que suministras sangre arterial a los tejidos septales intercalados entre los lobulillos adyacentes: muchas de las pequeñas arteriolas también desembocan directamente en los sinusoides hepáticos, en los situados a un tercio de la distancia de los tabiques interlobulillares.
Aparte de por las células hepáticas, los sinusoides venosos están tapizados por otros 2 tipos de cél:
y fagocitan las bacterias y otros cuerpos extraños de la sangre de los sinusoides.
El revestimiento endotelial de los sinusoides tiene poros muy grandes, algunos con un diámetro de casi 1 μm. Por debajo de esta capa y entre las cél endoteliales y hepáticas hay espacios tisulares estrechos: espacios de Disse o perisinusoidales. Los millones de espacios de Disse se comunican con los vasos linfáticos de los tabiques interlobulares. El exceso de líquido que fluye por estos espacios desaparece por la vía linfática. Dados los poros tan grandes del endotelio, las sustancias plasmáticas se mueven libremente por el espacio de Disse. Incluso grandes porcentajes de las proteínas plasmáticas difunden sin dificultad a su través.
Cada min llegan a los sinusoides hepáticos desde la vena porta aprox 1050 ml de sangre; y desde la arteria hepática, 300 ml más, representando un total de 1350 ml/min aprox, o sea, un 27% del gasto cardíaco en reposo.
La presión en la vena porta a su llegada al hígado se acerca a 9 mm Hg y la de la vena hepática que sale del hígado para terminar en la cava suele ser casi exactamente de 0 mm Hg. Esta pequeña diferencia de presión revela que la resistencia del flujo sanguíneo a través de los sinusoides hepáticos suele ser muy baja, sobre todo si se tiene en cuenta que cada min circulan por esta vía unos 1350 ml de sangre.
El crecimiento hepático está regulado estrechamente por alguna señal desconocida relacionada con el tamaño del organismo, por lo que para mantener una función metabólica óptima se precisa una relación óptima entre el peso del hígado y el del organismo.
La sangre que fluye por los capilares intestinales recoge muchas bacterias del intestino. Antes de su entrada al hígado, una muestra de la sangre de la vena porta casi siempre contendrá bacilos cólicos, mientras que el crecimiento de los bacilos en el colon es muy raro en la sangre de la circulación general.
Cuando una bacteria entra en contacto momentáneo con una célula de Kupffer (los grandes macrófagos fagocíticos que tapizan los sinusoides venosos), en menos de 0,01 seg atraviesa la pared de esta célula y queda atrapada hasta su digestión. Es muy probable que menos del 1% de las bacterias que pasan a la sangre portal desde el intestino logren atravesar el hígado y lleguen a la circulación general.
El hígado es un gran depósito de cél con capacidad de reacción química, que realizan un metabolismo intenso, porque los sist metabólicos comparten sustratos y energía, y en el hígado se procesan y sintetizan numerosas sustancias transportadas a otras regiones del organismo que cumplen miles de funciones metabólicas diferentes.
El hígado cumple las sgtes funciones dentro del metabolismo de los HdC:
El hígado es decisivo para mantener la glucemia dentro de límites normales. El depósito de glucógeno explica por qué el hígado extrae el exceso de glucosa de la sangre, lo almacena y luego lo devuelve a la sangre cuando la glucemia empieza a descender de forma peligrosa. ( función amortiguadora de la glucosa del hígado). La glucemia de una persona con una función hepática insuficiente se duplica o triplica si ingiere una comica rica en HdC, con respecto a la de otra con una función hepática normal.
La gluconeogenia hepática también contribuye a mantener la glucemia dentro de la normalidad, porque sólo se activa en grado importante cuando la concentración de glucosa desciende por debajo de los valores normales. Entonces, grandes cantidades de aa y de glicerol de los triglicéridos se transforman en glucosa y ayudan a mantener la glucemia dentro de los límites relativamente normales.
Las funciones concretas del hígado en el metabolismo de las grasas son:
Para extraer energía de las grasas neutras, primero se escinde la grasa en glicerol y AG, luego se rompen los AG mediante β oxidación en radicales acetilo de 2C que forman el acetil CoA. Ésta ingresa en el ciclo del ácido cítrico para oxidarse y liberar cantidades muy grandes de energía. La β oxidación puede suceder en todas las cél del organismo, pero sobre todo y rápidamente en las hepáticas. El hígado por sí mismo, no puede usar todo el acetil CoA formado, entonces el acetil CoA se transforma en ácido acetoacético , un ácido muy soluble, por la condensación de 2 moléculas de acetil CoA.
El ácido acetoacético de las cél hepáticas pasa al líquido extracel y luego es transportado por el organismo y absorbido por los demás tejidos, que lo reconvierten por su lado, en Acetil Coa y después lo oxidan de la forma acostumbrada. Así, el hígado se responsabiliza de una parte esencial del metabolismo de las grasas.
Aprox. el 80% del colesterol sintetizado en el hígado se convierte en sales biliares que se segregan en la bilis. El resto se transporta con las lipoproteínas por la sangre hacia las células de los tejidos. Los fosfolípidos también se sintetizan en el hígado y se transportan sobre todo con las lipoproteínas. Las cél usan el colesterol y los fosfolípidos para formar las membranas, las estructuras intracelulares y numerosas sustancias químicas esenciales para el funcionamiento celular.
Casi toda la síntesis lipídica del organismo a partir de los HdC y de las proteínas tiene lugar en el hígado. Una vez que se sintetiza la grasa allí, es transportada por las lipoproteínas hacia el tejido adiposo para su almacenamiento.
Las funciones principales del hígado en el metabolismo de las proteínas (de las cuales el organismo no puede prescindir más allá de unos días) son:
Para su aprovechamiento energético o su conversión en HdC o grasas se precisa la desaminación de los aa. Algunos tejidos, particularmente los riñones, pueden realizar una desaminación mínima, bastante menor que la del hígado.
La síntesis hepática de urea elimina el amoníaco de los líquidos corporales. Mediante la desaminación se producen grandes cantidades de amoníaco y las bacterias del intestino fabrican continuamente alguna cantidad supletoria que se absorbe por sangre. Si el hígado no sintetiza urea, la concentración plasmática de amoníaco aumenta rápidamente y provoca un coma hepático y la muerte. Incluso cuando disminuye en exceso el flujo sanguíneo por el hígado, se genera un exceso de amoníaco en la sangre, estado extremadamente tóxico.
Casi todas las proteínas del plasma (excepto algunas gammaglobulinas) se fabrican en las células del hígado, o sea, alrededor del 90%. Las demás gammaglobulinas son los anticuerpos sintetizados en principio por las cél plasmáticas de los tejidos linfáticos. El hígado puede formar las proteínas del plasma con un ritmo máx. de 15 a 50 g/día. Aún si se eliminaran hasta la mitad de las proteínas plasmáticas del organismo, se podrían reponer antes de 1 a 2 semanas.
La reducción de las proteínas del plasma acelera la mitosis de las cél hepáticas y el crecimiento del hígado. Estos efectos se unen a una rápida salida de proteínas del plasma, hasta que la concentración plasmática se normaliza. Cuando hay una enfermedad crónica del hígado (por ej cirrosis), las proteínas del plasma, del tipo de la albúmina, descienden hasta valores muy bajos.
Una de las funciones esenciales del hígado consiste en sintetizar algunos aa y otros compuestos qcos importantes a partir de éstos. Por ej, los aa no esenciales se pueden sintetizar todos en el hígado. Para eso, primero se sintetiza un cetoácido, cuya composición qca (salvo la del oxígeno cetónico) es la misma que la del aa formado. Luego se transfiere un radical amínico, a través de varios pasos de transaminación , desde el aa disponible hasta el cetoácido, que ocupa el lugar del oxígeno cetónico.
El hígado es depósito de vitaminas y constituye una gran fuente de ciertas vitaminas terapéuticas. La vitamina A es la que más se deposita. También hay grandes cantidades de vitamina D y B 12. El hígado puede almacenar cantidades suficientes de vitamina A para prevenir su carencia hasta 10 meses. Las cantidades de vitamina D bastan para evitar una carencia durante 3 a 4 meses y las de vitamina B 12 durante
como mínimo, un año y quizá varios más.
hacia el plasma.
La bilirrubina libre se une inmediata e intensamente a la albúmina del plasma, que la transporta por la sangre y los líquidos intersticiales. Esta bilirrubina, aún ligada a la proteína plasmática, sigue llamándose “bilirrubina libre” para separarla de la “bilirrubina conjugada”.
En muy pocas hs, la bilirrubina libre se absorbe por la membrana del hepatocito. Al entrar dentro del hepatocito, se desliga de la albúmina plasmática y muy pronto se conjuga, en un 80% con el ácido glucurónico para generar glucuronato de bilirrubina , en un 10% para formar sulfato de bilirrubina y en un 10% final con muchas de otras sustancias. Así, la bilirrubina sale de los hepatocitos a través de un mecanismo de transporta activo y se excreta a los canalículos biliares y desde aquí, hacia el intestino.
Casi la mitad de la bilirrubina “conjugada” se transforma, una vez dentro del intestino y por el efecto bacteriano, en el compuesto urobilinógeno , muy soluble. Parte del urobilinógeno se reabsorbe por la mucosa intestinal hacia la sangre, pero la mayoría vuelve a eliminarse por el hígado hacia el intestino. Aprox el 5% se elimina por los riñones con la orina. Después de la exposición de la orina al aire, el urobilinógeno se oxida hacia la urobilina. Si se trata de heces, el urobilinógeno se modifica y oxida para dar la estercobilina.
La ictericia significa tinte amarillento en los tejidos corporales, entre otros de la piel y de los tejs profundos. La causa habitual es la gran cantidad de bilirrubina, tanto libre como conjugada, de los líquidos extracelulares. La concentración plasmática normal de bilirrubina, casi exclusivamente libre, alcanza 0,5 mg/dl de plasma aprox. En algunos estados anómalos, el valor puede aumentar hasta 40 mg/dl, en su mayoría de bilirrubina conjugada. La piel empieza a denotar la ictericia cuando la concentración aumenta hasta 3 veces el valor normal, o sea por encima de 1,5 mg/dl.
Causas más comunes de ictericia:
cantidades normales de bilirrubina ( ictericia obstructiva ).
La ictericia hemolítica obedece a la hemólisis de los eritrocitos. La función excretora del hígado no se altera en la ictericia hemolítica, pero los eritrocitos se destruyen tan rápidamente que las cél hepáticas no logran eliminar la bilirrubina con la prontitud necesaria. Por eso, la concentración plasmática de bilirrubina libre se eleva por encima de lo normal. Análogamente, la velocidad de síntesis de urobilinógeno en el intestino aumenta y gran parte de este compuesto se absorbe hacia la sangre para su eliminación posterior con la orina.
La ictericia obstructiva obedece a la obstrucción de la vía biliar o a enfermedades hepáticas En la ictericia obstructiva, debida a una obstrucción de la vía biliar (casi siempre del colédoco por un cálculo biliar o por un cáncer) o por la lesión de los hepatocitos (por ej. en la hepatitis), la velocidad de síntesis de la bilirrubina es normal, pero una vez formada no puede pasar de la sangre al intestino. La bilirrubina libre suele entrar en el hepatocito y se conjuga habitualmente. Esta bilirrubina conjugada regresa luego a la sangre, quizá por la rotura de los canalículos biliares congestionados y por el vertido directo de la bilis a la linfa que sale del hígado. Por eso, casi toda la bilirrubina del plasma es conjugada, en lugar de libre.