EL DATACREDITO DEL CIELO
La convivencia en sociedad es una de las cosas más difíciles de lograr, radica en
que compartimos los mismos espacios personas diferentes, nos atraen diferentes
cosas, nos motivan diferentes cosas, tenemos diferentes creencias, nos gustan
diferentes temas de música, comida, bebidas, lugares; tenemos diferentes
personas favoritas y disfrutamos hacer cosas diferentes, aunque muchos
compartimos gustos similares también hay que analizar que en los detalles está
la diferencia, por ejemplo a los hombres nos gustan las mujeres pero las hay
grandes, altas, rubias, morenas, bajitas, gordas, delgadas, blancas, entre muchas
otras características. Lo mismo sucede con los autos, los viajes, entre otros.
A esto se suma el deseo del ser humano de ser protagonista, de ser importante,
las ansias de poder y de control, de imponer nuestros intereses por encima de los
intereses de los demás.
Ante tanta diferencia y ante tanta maldad en el mundo, pretendo con este escrito
reflexionar en lo básico e invitarlos a volver a nuestras raíces, por eso les presento
este escrito que he titulado: “EL DATACREDITO DEL CIELO”…
En nuestra sociedad actual y ante la ausencia de efectivo para cumplir nuestras
metas y sueños, acudimos a los bancos, cooperativas, entre otros. De entrada todo
va bien porque el ser humano afortunadamente cuando nace tiene su
DATACRETIDO limpio, sin mancha. Pero es bien difícil mantenerlo así cuando
hacemos un préstamo a 10, 15 o 20 años en una sociedad donde el empleo NO
está a la puerta de la esquina, a muchas personas les gusta pagar sus deudas,
sucede que es muy difícil hacerlo cuando su prioridad más importante es la
alimentación de su familia y cuando el dinero es escaso. Al firmar un crédito tan
largo, no se tenía idea que en esos años de crédito nuestra situación financiera y
laboral podría dar tantas vueltas; cuando cometemos una falta ante el sistema
que se han inventado, nuestro nombre es anexado a la lista de DATACREDITO,
lista nada deseable, donde aparecen los mala paga de este país, por decirlo de la
manera correcta (aunque vuelvo y aclaro hay mucha gente que desea pagar pero
no puede).
El dolor se aumenta cuando ante la nueva urgencia de efectivo, acudimos por una
cifra de dinero y por muy pequeña que pueda llegar a ser, se nos niega, por el
