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Colombia compleja resumen, Apuntes de Ingeniería Ambiental

Es una actividad sobre el libro Colombia compleja

Tipo: Apuntes

2022/2023

Subido el 13/10/2023

leydi-romero-9
leydi-romero-9 🇨🇴

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Capítulo I
19
Colombia Compleja
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Colombia Compleja
el país imaginado
A lo largo de la historia los habitantes de este
territorio que hoy llamamos Colombia nos hemos
imaginado el país donde vivimos (Anderson
1991) y hemos dirigido nuestras energías hacia
la realización de esas ilusiones construidas en
el fondo de nuestros cerebros, fruto de historias
infantiles transformadas por las experiencias
familiares, dotadas de las ideas recogidas aquí
y allá, la mayoría de ellas lejanas e inclusive
opuestas a la complejidad del medio biofísico en
que vivimos (Carrizosa 2003). Esos imaginarios
forman parte de nuestra complejidad; como en el
concepto matemático, lo complejo está compuesto
de lo real más lo imaginario.
Las ideas forjadas en Europa constituyen el
núcleo principal de estos imaginarios y su fuerza
se fundamenta en las posiciones políticas de
quienes las trajeron y de quienes continuamente
las refuerzan y actualizan. Traídas por los
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Capítulo I

C olombia Compleja 19

el país imaginado

A lo largo de la historia los habitantes de este territorio que hoy llamamos Colombia nos hemos imaginado el país donde vivimos (Anderson

  1. y hemos dirigido nuestras energías hacia la realización de esas ilusiones construidas en el fondo de nuestros cerebros, fruto de historias infantiles transformadas por las experiencias familiares, dotadas de las ideas recogidas aquí y allá, la mayoría de ellas lejanas e inclusive opuestas a la complejidad del medio biofísico en que vivimos (Carrizosa 2003). Esos imaginarios forman parte de nuestra complejidad; como en el concepto matemático, lo complejo está compuesto de lo real más lo imaginario.

Las ideas forjadas en Europa constituyen el núcleo principal de estos imaginarios y su fuerza se fundamenta en las posiciones políticas de quienes las trajeron y de quienes continuamente las refuerzan y actualizan. Traídas por los

Capítulo I

Figura 1. El país imaginado: algunos pensadores, actores y creaciones. Original de Santiago Reyes. Elaborado por Yolanda Sierra.

Nuestro lindo

país colombiano

La camisa

negra

Memoria del

cultivo del maíz

La María

Los Miserables

La Vorágine

David Coperfield

El ruido

de las cosas

al caer

El cartel

de los sapos

La vida

es sueño

Amadís

de Gaula

Elegías de

varones ilustres

de Indias

El Desierto

Prodigioso

Oh gloria

inmarcesible

Cien años

de soledad

Don

Quijote

Romance

de El Cid

Historias Sagradas

Santa Bárbara

San Sebastián

Santa Teresa

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J ulio Carrizosa umaña

Las memorias colectivas, “ colecciones de grandes metáforas ” las llama Carlos Rincón (2010), tienen entonces, en nuestro caso, por lo menos dos grandes fuentes: el conjunto de modelos imaginados en Europa y el conjunto de nuestras experiencias sufridas y gozadas en un territorio específico. Este capítulo sintetizará algunos de los procesos que han construido la Colombia imaginada.

el imaginario prehistóriCo

Poco reflexionamos acerca de las gentes de quienes descendemos la mayoría de los colombianos; casi nada sabemos de aquellos que empezaron a construir el territorio hace decenas de miles de años, menos podemos saber lo que imaginaban los grupos que atravesaron a pie el Darién o que navegaron desde las islas que hoy son de los kunas y descansaron en las orillas del golfo de Urabá, pero sin duda fue la mezcla de sus deseos y de sus experiencias la que orientó sus movimientos posteriores que los llevaron hasta la Guajira, y fue su imaginación la que los convirtió muchos años después en agricultores y piscicultores en el Sinú. Es probable que las imágenes de caza y tierras abundantes los condujeran luego hacia el interior, navegando por los ríos Atrato, Cauca y Magdalena y que pasaran otros cientos de años antes de que sus ilusiones los impulsaran a trepar la cordillera hasta la altiplanicie o los dirigieran a adentrarse en la selva amazónica. Algunos grupos no se detuvieron, siguieron caminando o navegando a lo largo de la costa hasta asentarse en lo que hoy son el

Mapa 1. Mapa de las migraciones fuera de Africa. Versión de Naruya Saotou y Masatoshi Nei (2002) del Instituto Nacional de la Genética del Japón.

El país imaginado

3 Gerardo Reichel- Dolmatoff (1912-1994). Pensador y antropólogo, autor de numerosos artículos y libros acerca de las etnias colombianas.

Ecuador y el Perú, siempre guiados por necesidades y deseos y constreñidos o impulsados por el azar.

De lo que ellos imaginaban nos quedan las formas que dibujaban en las rocas, los colores de las cerámicas, los adornos de las telas de algodón, las figuras que plasmaron en oro y las obras de ingeniería con las que manejaron el agua y el suelo dondequiera que se asentaron. Rastros de esos pensamientos pueden encontrarse en las crónicas de los europeos que conocieron a sus descendientes y en el lenguaje y las historias de los más de ochenta grupos que han persistido hasta nuestros días.

Los que primero llegaron a nuestro territorio es posible que se asombraran y entusiasmaran al no encontrar más humanos que ellos mismos, o que lo consideraran inicialmente como un refugio más en sus viajes. La gran extensión de la costa plana y sombreada, la presencia de aguas tranquilas en sus numerosas bahías, la abundancia de peces en los corales y de mamíferos y frutos en los bosques, los inmensos caudales de agua dulce que llegaban a las costas y la disminución de los aguaceros permanentes que habían sufrido en el istmo, influyeron en la magnitud y en la estabilidad de estos grupos. Su imagen del territorio adquirió ambiciones adicionales; sin duda era un sitio más agradable que la selva superhúmeda que habían atravesado, es posible que más que un refugio pasajero, transcurridos los primeros años, fuera considerado un sitio adecuado para permanecer, un buen proveedor de agua dulce, alimentos y sol. Esa realidad es posible que fuera el impulso inicial para imaginar como sagradas las montañas de donde descendían esos torrentes de aguas dulces y transparentes.

Durante los miles de años que duró el proceso de ocupación humana de todo el territorio que hoy llamamos Colombia, es posible que esas imá- genes iniciales se transformaran según cambiaba el paisaje al que acce- dían. En la maravillosa serranía de Chibiriquete los dibujos en las rocas muestran humanos que cazan y bailan envueltos en círculos (Castaño 1988), que Reichel Dolmatoff 3 interpretó como flujos energéticos, -tal vez efectos de las hierbas alucinógenas- mientras en las altiplanicies los europeos encontraron humanos vestidos y cultivando la tierra. En la selva el mismo investigador nos dejó una maravillosa interpretación de la hu- manidad como fruto de la fertilidad de una serpiente gigantesca (Reichel Dolmatoff 1968). En las alturas de la cordillera, en San Agustín, otro gru- po profundizó en las esencias del ser humano y plasmó sus pensamientos en piedra (Duque 1982). La magia de esas visiones todavía incide en el país imaginado por los colombianos; en la Sierra Nevada los kogi de hoy insisten en que esa montaña es la que controla la estabilidad del planeta (Reichel Dolmatoff 1985).

El país imaginado

En segundo término es necesario comprender que la Conquista europea se efectúo por contrato. Aquellos que querían conquistar tenían que firmar con la Corona acuerdos escritos en donde se establecían sus obligaciones y derechos, los capitanes arriesgaban sus propios dineros o conseguían el apoyo de algún prestamista. La Corona establecía fuertes condiciones; todo el territorio conquistado era propiedad de los monarcas, todos los vencidos debían ser catequizados en la fe del papa, todo el oro tenía que ser remitido a Sevilla después de que los soldados fueran pagos y los capitanes recibieran un porcentaje del botín.

¿Por qué los conquistadores aceptaban arriesgarse a morir y a empobrecerse en esas condiciones? ¿Por qué siempre consiguieron reclutar suficientes soldados? Las explicaciones que dan los historiadores se sintetizan en tres palabras: poder, oro, y honra (Gómez 2009). Los conquistadores respondían al mundo imaginario del Cid y de los caballeros andantes y eran parte de la realidad ibérica forjada por la reina Isabel I. Hijos o nietos o vecinos de los guerreros que lograron expulsar a los moros y se convirtieron en gentes famosas, poderosas y ricas sabían cuáles podían ser los réditos de las aventuras de las casas reales. La gran mayoría de sus soldados y marineros tenían poco que perder, las Indias eran el territorio en donde se realizarían sus sueños; en ese contexto la Conquista fue un proceso de ascenso político, social y económico, que favoreció a algunos de los humillados, segregados y desposeídos de la península. Los imaginarios de esas personas se sumaron y confundieron con la imagen del espacio conquistable para la religión y la monarquía y se opusieron inmediatamente a lo pensado y deseado por las etnias que allí encontraron.

el sUeño imperial en el trópiCo eCUatorial

En aproximadamente cincuenta años los invasores europeos ocuparon la parte más poblada del territorio que hoy es Colombia: la llanura del Caribe, las cordilleras y sus principales caminos, poblados y áreas agrícolas y mineras. Se ha calculado que los cien y más grupos indígenas que la habitaban sumaban alrededor de tres millones de personas (Colmenares 1975), las seis expediciones principales que los vencieron reunían menos de tres mil soldados^4 , los esclavos africanos que empezaron a ser introducidos a principios del siglo XVI es posible que en los siguientes 300 años ascendieran a ochenta mil (Gutiérrez 1980); los civiles europeos, hombres y mujeres que siguieron a los conquistadores, no pasaron de cien mil (Pardo 1979). Todos ellos se organizaron inicialmente en el trópico ecuatorial como súbditos del Carlos V, rey de España y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. A finales del Siglo XVI ya el imperio y los papas que lo apoyaban eran parte de la Contrarreforma, iniciada en España con el trabajo de San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas.

4 La expedición de Gonzalo Jiménez de Quesada se inició en 1537 con 1400 soldados; la de Sebastián de Belalcázar se inició en el Perú con 300 soldados españoles y miles de indios; la de Nicolás de Federmán con 140 soldados y la de Jorge Robledo con menos de 200 soldados. Don Pedro de Heredia llegó con 177 compañeros y Rodrigo Durán, en 1534, con 300 personas.

Gonzalo Jiménez de Quesada

Isabel I

J ulio Carrizosa umaña

Se dice que el oro americano fue factor principal -como soborno- en la elección como emperador de Carlos Habsburgo. El Imperio Romano Germánico era el último intento de los nobles germánicos para revivir el imperio romano. Al ser designado por los Electores, Carlos se convirtió en el monarca absoluto de un territorio en que nunca se ponía el sol ; en los años siguientes hizo valer con las armas su poder derrotando al ejército francés, saqueando a Roma y tomando como rehenes al papa y al rey de Francia. Lo que hicieron las tropas de Carlos V en las Indias fue narrado en verso y en detalle por un testigo, el guerrero, poeta y fraile Juan de Castellanos^5 :

“Y así fue que los hombres que vinieron En los primeros años fueron tales Que sin refrenamiento consumieron Innumerables indios naturales ..............................................

Ser parte de un imperio tan poderoso es posible que haya influido en las imágenes que motivaron lo sucedido en esos años terribles. Se sabe que algunos de los soldados que derrotaron a los “naturales” habían participado en las campañas europeas y se habían educado en las prácticas imperiales. Lo que sucedió en los años siguientes, cuando desaparecieron los “innumerables indios” y se agotaron los depósitos de objetos de oro, fue inimaginable. La respuesta de algunos, incluyendo al Rey Felipe II, hijo de Carlos V, fue parecida a la de Don Juan, el conquistador poeta: llorar, gemir y refugiarse en la Iglesia. La Compañía de Jesús trató de llevar a la práctica en sus haciendas las ideas católicas. El primer cacique mestizo, don Diego de Torres, Cacique de Turmequé (Martínez 2010: 83) fue capaz de entregar personalmente a Felipe II un memorial de agravios en el que resumía las contradicciones entre el sueño católico en el que fue educado y la realidad imperial.

Otros trataron de construir sus pequeños imperios personales; Castellanos los describe en versos que pone en labios de sus personajes indígenas:

Las caras os dio Dios de pelos llenas Y de maldad tenéis los pechos llenos .............................................. No tenéis hijos, no traéis mujeres No tenéis pueblo, no hacéis asiento .............................................. Trabaja, trabaja gentes sin freno Y no queráis comer sudor ajeno.

Diego de Torres Cacique de Turmequé

Pedro Calderón de la Barca

Juan de Castellanos

Carlos V

San Ignacio de Loyola

5 Juan de Castellanos (1522-

  1. participante en la Conquista de América, autor de uno de los poemas épicos más grandes de la literatura en español (ver Ospina 2007).

J ulio Carrizosa umaña

española apenas podía ejercerse en pueblos, ciudades y en algunos caminos y, sobre todo, eran pocos los ingresos que se recibían de un país tan rico.

La imagen que se conformó en la cabeza de los nuevos dirigentes era la de un país que debía y podía salvarse si se aplicaban tanto las ciencias civiles como las militares y así procedieron los virreyes que se impusieron sobre cabildos y audiencias. Casos importantes fueron la llegada de nuevos inmigrantes, el despojo de las tierras indígenas, el diseño de redes de pueblos españoles, la conquista del territorio de los chimilas y la organización de la Expedición Botánica.

Desde principios del siglo XVIII aumentó la inmigración de españoles que esta vez llegaban en compañía de sus familias, unos huyendo de la nueva monarquía, otros siguiendo las ideas progresistas de los Borbones, entre ellos llegaban militares y burócratas iluminados y entrenados en los mecanismos estatales. Unos y otros fueron ideólogos y ejecutores de una nueva visión del territorio (Herrera 2002), en la cual las tierras estaban mal aprovechadas por los indígenas, era necesario construir pueblos en los que se ejerciera la autoridad de la monarquía y era indispensable ocupar militarmente aquellas regiones en donde reinaban indios de guerra ; indígenas libres como los motilones, los yariguíes, los cunas y los chimilas que atracaban y asesinaban a viajeros y funcionarios.

Paralelamente la imagen ilustrada exigía fortalecer el pensamiento científico y organizar el pago de los tributos de las colonias a la monarquía; se suponía que un mayor contacto con la ciencia lograría aumentar la producción y que ese aumento incidiría en un incremento de los fondos que se enviaban desde la colonia. Ambas estrategias fueron ejecutadas lentamente dentro de todas las dificultades que presentaba la realidad geográfica de la colonia y que surgían de la oposición de la iglesia a la nueva ciencia y de los criollos a los tributos mayores. Paradójicamente la conformación completa de la imagen ilustrada no se completaría hasta el surgimiento de nuevas formas de ver el territorio: imágenes de un país libre e independiente.

el sUeño de la aUtonomía y los dereChos

Poco a poco la ilustración despótica, como la vivió Voltaire, dio paso a las revoluciones contra el antiguo orden en América y en Francia. En España murió el rey ilustrado y lo sucedió un Borbón incapaz y desinteresado; en Francia Napoleón se convirtió en emperador. No era el mejor momento para ser independiente y libre en América, pero puede alegarse que esas imágenes de un territorio en el cual podría llegar a serlo, eran tan antiguas Thomas Jefferson como la presencia del hombre en lo que es hoy Colombia.

Francisco José de Caldas

José Celestino Mutis

El país imaginado

En efecto puede pensarse que las migraciones masivas tienen detrás una búsqueda de la autonomía de los grupos y una afirmación de los derechos personales, y que la organización que encontraron los europeos en nuestro territorio era el resultado de éxitos de cada uno de los cientos de grupos indígenas en la consolidación de su independencia, al contrario de lo sucedido en México y en el Perú. Se puede afirmar que mucho antes de la redacción y publicación de los Derechos del Hombre, esos derechos se habían logrado en la práctica de los esclavos africanos que se fugaron y fundaron palenques o en la historia de los chimilas que lograron mantener su propio territorio independiente en medio de las posesiones de la monarquía, en el bajo Magdalena, durante casi doscientos años.

Es probable que Nariño y los abogados, comerciantes, botánicos, zoólogos y astrónomos que impulsaron la rebelión en la Nueva Granada estuvieran pensando en algo diferente pero al fin y al cabo esas dos versiones de la libertad y la independencia se han reunido en la imaginación de los colombianos: una la de tradición ibérica fundamentada en la fortaleza de las organizaciones campesinas y el individualismo de los hidalgos medioevales, otra la posición natural de quienes, como los africanos y los indígenas, no aceptaban la imposición de yugos y tributos.

las ideas Utilitaristas

Durante la primera mitad del siglo XIX ambas visiones de la libertad y la independencia se enriquecieron y precisaron con ayuda de la filosofía utilitarista y con el impulso dado por los modelos de libre comercio y mínima intervención del Estado elaborados por los primeros economistas ingleses y escoceses. Bentham y Smith se enseñaron intensamente en las universidades como alternativa al Estado central y fuerte imaginado por Bolívar en sus últimos años.

Uno de los grupos del naciente partido liberal colombiano adoptó esas ideas como solución radical que debía ser plasmada en la Constitución Política y de ahí surgió una republica federal que unía con débiles lazos un territorio dividido en nueve Estados Soberanos que comerciaban entre sí y con el resto del mundo. La educación y el mantenimiento del orden eran, según las nuevas normas, las actividades fundamentales de cada Estado y el Presidente de la República debería mantenerse neutral en caso de que guerrearan entre ellos. Nunca ninguna constitución le había otorgado tantas libertades a sus ciudadanos, así lo comprendió el novelista más famoso de la época, Víctor Hugo, cuando orgullosos algunos colombianos lograron que la leyera.

Antonio Nariño

Simón Bolívar

Abate Sieyes

Francisco de Paula Santander

Adam Smith

Jeremy Bentham

El país imaginado

un nuevo llamamiento a la unión entre las izquierdas y derechas modera- das. Después de la guerra civil que duró casi tres años y de la dictadura del general Reyes se trataba de jurar que el país tomará nuevos rumbos (Posa- da, E. citado por Esquivel, F. en Rincón et al. 2010: 274), en un momento en el que Colombia ha querido, al celebrar la primera centuria de vida independiente, dar una muestra de cultura y progreso” (Marroquín, J. M. citado por Gómez, L. en Rincón et al. 2010: 322).

El primer centenario fue conmemorado con numerosos actos públicos, erec- ción de monumentos a héroes y escritores y una gran exposición que trataba de mostrar los logros de la República, entre ellos los artísticos, los científi- cos y los económicos. Al incluir entre ellos representantes de todas las ten- dencias políticas la exposición seguía la orientación de optimismo, conci- liación, concordia e integración que más tarde se denominó “ centenarista ”.

El centenarismo fue construido por un grupo relativamente pequeño: “un grupo de muchachos, el de la generación del centenario, se lo dio para cuatro décadas casi, durante las cuales la patria fue venturosa y respetada” (Lozano y Lozano en Nieto C. (1958) 1974). El país imaginado por ellos iba mucho más adelante de lo que fue posible en esos cuarenta años: “Después de haber realizado tantos viajes a través de estas tierras de promisión hay el derecho de realizar el viaje imaginario por esa Colombia del futuro, que será bella y próspera como pocas regiones del mundo ” (Nieto C. 1923 en Nieto (1958) 1974).

Daniel Samper Ortega era uno de los muchachos centenaristas que dedicaron su vida a la educación de las generaciones que deberían construir ese país. El título de uno de sus libros proporciona un nombre a esa imagen: el país sería “ lindo ” (Samper 1938). Por primera vez una categoría estética resumía el país imaginado.

la violenCia imaginada y sU realizaCión

Pocos años después de la publicación de Nuestro lindo país colombiano la imagen “ venturosa y respetada ” construida por los centenaristas empezó a modificarse tanto en el cerebro y la realidad de los colombianos como en las personas que desde el exterior pensaban en Colombia. El proceso se inició unos meses después de la posesión de Mariano Ospina Pérez, el primer presidente conservador en treinta años. En abril de 1947 Jorge Eliécer Gaitán denunció que la policía y los pájaros (grupos de civiles armados) que actuaban a nombre del partido conservador ejercían actos violentos contra los liberales en 53 municipios de 12 departamentos (Torres 2011); un año después Gaitán fue asesinado.

John Dewey

Henri Bergson

Eduardo Santos

Carlos E. Restrepo

Winston Churchill

Benito Mussolini

J ulio Carrizosa umaña

El aumento en todas las formas de violencia que sucedió en los siguientes años fue extraordinario pero tenía antecedentes a lo largo de la historia del país. La imagen del territorio como espacio en donde todo se podía lograr ejerciendo violencia contra los otros era antigua; lo nuevo fue la cantidad de ciudadanos que aceptaron esa imagen como guía de su comportamiento; decenas de miles de colombianos se convirtieron en asesinos y violadores o en promotores de secuestros, desplazamientos y torturas alegando “legítimas” razones de índole política.

Poco lograron hacer en contra de ese país, imaginado como violento, las imágenes optimistas que habían construido los centenaristas. La imagen del país como un espacio donde era posible y necesario ser violento para sobrevivir y enriquecerse estaba en los modelos mentales de los grupos indígenas que guerreaban entre sí y en las mentes de los invasores europeos. Las imágenes, construidas desde la religión y el humanismo, de un país pacífico, ordenado y moderado, se debilitaron en muchos colombianos a mediados del siglo XX por diversas razones, entre ellas la persistencia de pobrezas, inequidades y humillaciones, las angustias surgidas por la pérdida de acceso al poder del Estado, los rencores no satisfechos, la debilidad de las instituciones judiciales y policíacas y muchas otras urdidas en cada cerebro por circunstancias personales. Es posible que las características físicas del territorio, sus montañas, sus calores, constituyeran un ambiente más adecuado para la guerra que para la paz y facilitaran sinergias en donde la unión de varios de los anteriores factores con las historias de familias y comunidades, condujeran a una realidad peor que todo lo imaginado.

Es también posible que las anteriores circunstancias se hayan fortalecido con las imágenes que los colombianos recibimos del exterior durante esos años. Mientras el país estaba en relativa paz transcurrieron las dos guerras mundiales y sus relatos fueron partes de nuestra educación informal; dos conceptos el de guerra justa y el de guerra total se introdujeron en nuestros modelos mentales junto con las innumerables historias de aventuras heroicas y de venganzas debidas. Imposible saber cuánto influyeron en las mentes de algunos que escogieron el camino de las armas.

dos ilUsiones ContrapUestas : desarrollo y revolUCión

Algunos analistas identifican el período entre 1965 y 1975 como uno de relativa paz y prosperidad; fue en esos años cuando dos nuevas imágenes ideológicas se introdujeron masivamente al país. Ambas venían respaldadas políticamente por los actores de la Guerra Fría: la revolución era la consecuencia lógica del triunfo de la Unión Soviética y del ascenso de Fidel

León María Lozano “el Cóndor Lozano”

Guadalupe Salcedo

Fidel Castro

J ulio Carrizosa umaña

César Gaviria

John Rawls

sin poder salir de la pobreza, gentes que veían cómo sus vecinos corruptos vivían con más comodidades que los honestos, inclusive gentes con padres relativamente ricos que envidiaban los excesos de los multimillonarios.

Cuando muchos trataron de entrar al negocio ilegal la competencia se resolvió con instrumentos también ilegales; el asesinato se convirtió en parte de las facilidades del proceso. Dos imágenes del país, violencia y dinero fácil, se encontraron en los cerebros de los colombianos y decenas de miles las aceptaron como viables y necesarias.

imaginarios y dereCho

En el clímax de la violencia de los paras y los narcotraficantes, después de que habían sido asesinados cuatro candidatos a la Presidencia de la República, un grupo de jóvenes estudiantes propuso el cambio de la Constitución como estrategia para recobrar el Estado de derecho. Durante unos pocos años decenas de personas de buena voluntad trataron de hacer realidad este sueño y la nueva constitución alimentó las esperanzas de casi toda la población, hasta que el poder del narcotráfico hizo valer nuevamente la corrupción como instrumento electoral.

Al iniciarse el siglo XXI varios grupos de líderes e intelectuales colombianos se reunieron para dialogar y reflexionar acerca del futuro del país; el gobierno de Andrés Pastrana había iniciado conversaciones con las Farc y se esperaba que fuera posible construir un acuerdo de paz. La imagen del país que surge del análisis de algunos de los textos que se escribieron en esos días muestra el avance en tres años desde una posición crítica hacia una optimista; algo común en esos escritos es la ausencia de consideraciones acerca de las características físicas y biológicas del territorio en donde se vive, se critica y se recomienda; se trata de construir una casa en el aire para que vivas tú, como en el vallenato.

En una de estas críticas escrita en febrero de 1999 (Gómez 1999), las causas de los problemas del país pueden sintetizarse en un “ almendrón ” de características políticas y sociales. En recomendaciones surgidas en enero del 2002 todo se resuelve con un nuevo contrato social que revalúe lo público y conduzca a un Estado Social de Derecho (Garay 2002). Tanto las críticas como las recomendaciones son intachables desde las ciencias sociales, políticas y económicas dominantes y de hecho varias de ellas se han aplicado con algún éxito durante los años siguientes. Estos dos conjuntos de ideas en donde la geografía física del país existe, pero no tiene mayor relación ni con los problemas actuales ni con el futuro del país, estaban reemplazando algunas de los imaginarios anteriores, cuando surgió la propuesta de Álvaro Uribe Vélez.

Richard Nixon

Carlos Castaño

El país imaginado

John Maynard Keynes

Mahatma Gandhi

Juan Mamuel Santos

Alvaro Uribe V.

Ludwig von Mises

Joseph A. Schumpeter

todos a marChar haCia la ilUsión de la viCtoria Final

Uribe logró ser elegido con un mensaje muy claro: lograr derrotar a la guerrilla, recuperar la seguridad y terminar con la corrupción. La imagen que construyó tenía elementos ya introducidos en otros períodos: el uso intenso de las armas y de la religión, la respetabilidad del Estado, el desarrollo como solución económica. La patria imaginada por beneméritos, regeneradores y desarrollistas revivió en el escenario disciplinado, provisto por la globalización y por la lucha internacional contra el terrorismo.

La disciplina, la confianza en la economía, la compasión por los pobres y el llamamiento a lo sagrado, conformaron un país imaginado que satisfacía las ilusiones de millones de colombianos.

imaginando la paz

Ante el relativo fracaso de la alianza entre la disciplina y el mercado, el imaginario actual se enfoca hacia algo que raramente ha tenido el país: un grupo de abogados y de economistas, guiados tanto por Keynes y Gandhi, como por pensadores más pragmáticos y menos duros, discípulos de Dewey y de Nietzche como Krugman y Vattimo, tratan de construir un país real en paz.

sUeño tras sUeño

Vida, oro, poder, honor, religión, razón, independencia, libertad, orden, belleza, violencia, desarrollo, riqueza, derecho, disciplina, paz, imágenes que se fueron conformando con la historia, dominando unas a otras, persistiendo algunas en la tradición de familias y comunidades y reviviendo inesperadamente. A nuestra diversidad biológica y cultural corresponde una diversidad de imaginarios, pero pocos alcanzan la profundidad necesaria para construir sobre ellos soluciones que comprendan la complejidad biofísica que sintetizamos más adelante y que ha influido en las características de nuestra gente, las cuales describimos sintéticamente en el punto siguiente.

la gente

Capítulo II

Los que nos llamamos la gente colombiana, los que hemos conformado sus sistemas ambientales, somos el resultado de la integración, durante los últimos cuatrocientos años, de varios y largos procesos de evolución y cambio de nuestras características físicas, biológicas, psicológicas y culturales. Como sucede en los Estados Unidos de Norteamérica, en México, en Argentina, en el Perú y en otros países del planeta, en Colombia se mezclan continuamente las raíces africanas, europeas y asiáticas, pero aquí esa mezcla se realiza en multitud de ambientes físicos complejos y diferentes. Es así como se conforman los sistemas ambientales, que describiremos en un capítulo posterior; allí se consolidan y diversifican las interrelaciones entre el medio físico y las tradiciones sociales y es también en esos territorios donde los genes y la educación de las personas configuran, en ese contexto, los grupos humanos de cada sistema.

En estos procesos de conformación de nación hay eventos y procesos que compartimos todos los colombianos y que trataré de sintetizar en este capítulo para aportar a la comprensión de lo que significa la gente colombiana.