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Coaching anexos numero 4, Apuntes de Psicoanálisis

Anexo de documento de coaching

Tipo: Apuntes

2019/2020

Subido el 03/11/2020

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E
Cómo construir una cultura de
coaching en su organización
Dr. Jonathan Passmore, Universidad de East London, Reino Unido.
xiste
un
debate
importante
sobre
lo
que
es
coaching
y
un
considerable
interés
en
cómo
las
organizaciones
pueden
desarro-
llar una cultura de coaching. Mientras
la evidencia de las investigaciones su-
giere que el uso del coaching dentro
de
las
organizaciones
se
está
exten-
diendo por toda Europa, su transfor-
mación
de
las
culturas
de
coaching
está siendo menos investigada. Pocas
han
evaluado
realmente
el
potencial
de
convertir
sus
organizaciones
en
compañías con cultura de coaching.
Como todavía no se ha llegado a un
acuerdo
para
denir
qué
es
una
or-
ganización
con
cultura
de
coaching,
voy a plantear primero lo que enten-
demos nosotros por tal. Yo sugeriría
que una organización lo es cuando el
coaching se utiliza de forma consis-
tente, por todos los empleados y so-
cios clave, para fomentar el entendi-
miento, las visiones compartidas y la
responsabilidad personal de cuantos
son
responsables
de
los
resultados.
Aunque no es la única forma en que
la
organización
lidera
y
gestiona
los
recursos
humanos
o
colabora
con
sus socios, es el principal estilo de
liderazgo,
desarrollo
y
aprendizaje
utilizado en la organización.
En su andadura hacia la consecución
de una cultura de coaching, las orga-
nizaciones
avanzan
a
través
de
mu-
chos estadios comunes, que resumo
a continuación.
Nivel
uno
Coaches
externos
Muchas organizaciones piensan que
si
utilizan
coaches
externos
dispo-
nen
ya
de
una
cultura
de
coaching.
Sin
embargo,
desde
nuestra
expe-
riencia trabajando con múltiples or-
ganizaciones y rm as de consultoría
del Reino Unido, la selección y ges-
tión
de
los
coaches
muestra
que
el
coaching,
comparado
con
otro
tipo
de
intervenciones,
está
todavía
en
fase de desarrollo. Todavía es habi-
tual en el Reino Unido que el coach
externo
sea
elegido
por
el
director
mediante
una
recomendación
per-
sonal
de
un
contacto
de
negocio,
o
porque el coach y el director se han
conocido
en
un
evento
de
colegas.
En
estas
elecciones
personalistas
suele
haber
poco
feedback
a
la
or-
ganización,
o
pocos
inputs
de
los
Departamentos de Recursos Huma-
nos o de otros sobre los que debería
enfocarse
el
coaching
para
propor-
cionar
el
mayor
benecio
posible
a
la
organización
(que
paga
por
esta
intervención).
Por
estas
razones,
consideramos esto como una cultu-
ra
de
coaching
en
el
nivel
del
piso
bajo o de nivel uno.
Nivel
dos
Coaching
externo
profesionalmente
seleccionado
En
el
nivel
dos
del
viaje
hacia
una
cultura
de
coaching,
sugerimos
que
los coaches sean elegidos de una for-
ma profesional, de manera similar a
como se eligen consultores y forma-
dores. El proceso puede implicar una
selección
formal
de
candidatos,
así
como claridad sobre cómo gestionar
los coaches, cuáles son los criterios
para la supervisión del coach, y mo
la organización utiliza la información
acumulada en el ámbito directivo. Lo
más importante en este nivel dos es
que
la
organización
considere
a
los
coaches como parte de una estrate-
gia de RRHH más amplia, y como un
aspecto
fundamental
de
su
gestión
El
Dr.
Jonathan
Passmore
es
uno
de
los
psicó-
logos, coaches y escritores más prestigiosos del
Reino Unido. Entre sus libros están “L a Excelen-
cia
en
el
Coaching”,
“La s
pruebas
psicométicas
en
Coaching”
y
“La
supervisión
en
Coaching”.
Actualmente
es
editor
del
WileyBlackwell
Psy-
chology
of
Coaching
&
Mentoring
Handbook.
Es
también investigador y sus trabajos han sido pu-
blicados en el Consulting Psychology, el Interna-
tional Review of Industrial y el Organizational Psy-
chology. Sus estudios se centran en la supervisión
en coaching, la formación en coaching y compor-
tamientos efectivos desde el punto de vista de la ética; y la aplicación del
coaching en la conducción, la pérdida de peso y el entorno educativo.
del talento y de los objetivos de desa-
rrollo de la organización.
Para
el
proceso
de
selección
de
coaches
estamos
empezando
a
ver
un
uso
cada
vez
mayor
de
procesos
de
selección
basados
en
sistemas
y
procedimientos
formalizados.
Para
seleccionar
el
coach
más
adecuado
la
organización
necesita
establecer
criterios
claros
y
transparentes,
de
forma parecida a lo que hace en se-
lección de personal. Como sean esos
criterios depende de la organización.
Nosotros
animamos
a
las
organiza-
COACHING EJECUTIVO
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E

Cómo construir una cultura de

coaching en su organización

Dr. Jonathan Passmore, Universidad de East London, Reino Unido.

xiste un debate importante sobre lo que es coaching y un considerable interés en cómo las organizaciones pueden desarro- llar una cultura de coaching. Mientras la evidencia de las investigaciones su- giere que el uso del coaching dentro de las organizaciones se está exten- diendo por toda Europa, su transfor- mación de las culturas de coaching está siendo menos investigada. Pocas han evaluado realmente el potencial de convertir sus organizaciones en compañías con cultura de coaching. Como todavía no se ha llegado a un acuerdo para definir qué es una or- ganización con cultura de coaching, voy a plantear primero lo que enten- demos nosotros por tal. Yo sugeriría que una organización lo es cuando el coaching se utiliza de forma consis- tente, por todos los empleados y so- cios clave, para fomentar el entendi- miento, las visiones compartidas y la responsabilidad personal de cuantos son responsables de los resultados. Aunque no es la única forma en que la organización lidera y gestiona los recursos humanos o colabora con sus socios, sí es el principal estilo de liderazgo, desarrollo y aprendizaje utilizado en la organización. En su andadura hacia la consecución de una cultura de coaching, las orga- nizaciones avanzan a través de mu- chos estadios comunes, que resumo a continuación.

Nivel uno – Coaches externos

Muchas organizaciones piensan que si utilizan coaches externos dispo- nen ya de una cultura de coaching. Sin embargo, desde nuestra expe- riencia trabajando con múltiples or- ganizaciones y firmas de consultoría del Reino Unido, la selección y ges- tión de los coaches muestra que el coaching, comparado con otro tipo de intervenciones, está todavía en fase de desarrollo. Todavía es habi- tual en el Reino Unido que el coach externo sea elegido por el director mediante una recomendación per- sonal de un contacto de negocio, o porque el coach y el director se han conocido en un evento de colegas. En estas elecciones personalistas suele haber poco feedback a la or- ganización, o pocos inputs de los Departamentos de Recursos Huma- nos o de otros sobre los que debería enfocarse el coaching para propor- cionar el mayor beneficio posible a la organización (que paga por esta intervención). Por estas razones, consideramos esto como una cultu- ra de coaching en el nivel del piso bajo o de nivel uno.

Nivel dos – Coaching externo

profesionalmente seleccionado

En el nivel dos del viaje hacia una cultura de coaching, sugerimos que los coaches sean elegidos de una for- ma profesional, de manera similar a como se eligen consultores y forma- dores. El proceso puede implicar una selección formal de candidatos, así como claridad sobre cómo gestionar los coaches, cuáles son los criterios para la supervisión del coach, y cómo la organización utiliza la información acumulada en el ámbito directivo. Lo más importante en este nivel dos es que la organización considere a los coaches como parte de una estrate- gia de RRHH más amplia, y como un aspecto fundamental de su gestión El Dr. Jonathan Passmore es uno de los psicó- logos, coaches y escritores más prestigiosos del Reino Unido. Entre sus libros están “La Excelen- cia en el Coaching”, “Las pruebas psicométicas en Coaching” y “La supervisión en Coaching”. Actualmente es editor del Wiley–Blackwell Psy- chology of Coaching & Mentoring Handbook. Es también investigador y sus trabajos han sido pu- blicados en el Consulting Psychology, el Interna- tional Review of Industrial y el Organizational Psy- chology. Sus estudios se centran en la supervisión en coaching, la formación en coaching y compor- tamientos efectivos desde el punto de vista de la ética; y la aplicación del coaching en la conducción, la pérdida de peso y el entorno educativo. del talento y de los objetivos de desa- rrollo de la organización. Para el proceso de selección de coaches estamos empezando a ver un uso cada vez mayor de procesos de selección basados en sistemas y procedimientos formalizados. Para seleccionar el coach más adecuado la organización necesita establecer criterios claros y transparentes, de forma parecida a lo que hace en se- lección de personal. Como sean esos criterios depende de la organización. Nosotros animamos a las organiza-

ciones a seleccionar ocho o diez cri- terios clave, incluyendo la formación que ha recibido el coach. Una vez que los coaches han sido seleccionados, las organizaciones en el nivel dos tienen una manera más sofisticada de gestionar y revisar la misión asignada al coaching. Como hemos mencionado antes en el nivel uno, la mayoría de las organizaciones no están implicadas activamente en el proceso de gestionar la relación con los coaches. Esto podría resolverse con reuniones tripartitas de selección y revisión y supervisión, e instruccio- nes para los coaches, dentro de una agenda organizacional más amplia. En primer lugar, las reuniones tri- partitas, que se realizan al encargar el proyecto de coaching, y la revi- sión final ofrecen una oportunidad al coach, al cliente individual y al re- presentante de la organización – que puede ser un directivo, de RRHH o no– para aclarar y acordar la agenda del proyecto de coaching. La agenda no debe referirse a asuntos ya dis- cutidos con el cliente individual, sino a una mezcla de las prioridades de éste y las de la organización, estable- cidas sobre la base de una informa- ción valorada, un feedback y los futu- ros planes de desarrollo (gestión de talento) con esa persona. La agenda debe también estar alineada con la estrategia organizacional de RRHH, dentro de un marco de competen- cias, de forma que el progreso pueda ser medido. Al final del proceso, la reunión tripartita puede proporcio- nar una revisión de los logros y los próximos pasos para el desarrollo del cliente indidivual. Un tercer aspecto en la fase dos es el uso de la supervisión del coaching proporcionada por la organización. Supone reunir a todos los coaches externos, para apoyarles en su desa- rrollo, poner en común asuntos orga- nizacionales y temas que están emer- giendo (sin romper la confidencialidad individual), y ofrecer la oportunidad al departamento de RRHH de informar a los coaches sobre el desarrollo or- ganizacional en marcha y la estrate- gia de Recursos Humanos. De esta forma, los coaches pueden entender las cambiantes dinámicas de la orga- nización, y pueden dar feedback anó- nimamente sobre temas comunes y asuntos que pueden ayudar a RRHH en la gestión de personas. Construir una cultura de coaching, enfocada a que todo el mundo contribuya al éxito del negocio, será un requerimiento cada vez más demandado para el éxito Un gran reto común dentro del feed- back es que el coaching es confi- dencial para la persona. Creemos que el coaching no es un beneficio personal, sino una herramienta para fortalecer el desempeño del indivi- duo y, por tanto, de la organización. El feedback, cuando se gestiona me- diante un supervisor independiente y externo, proporciona mucha infor- mación relacionada con la presión en el trabajo, la moral o el acoso laboral. Puede servir para que la or- ganización considere una respuesta adecuada. Incluso, ofreciendo infor- mación a los coaches, estos pueden comprender los planes futuros de la organización y enfocarse en aspectos específicos que puedan impulsar y fortalecer la estrategia de desarrollo de la organización.

Nivel 3 – Coaching interno

El tercer nivel en la construcción de una cultura de coaching implica ha- cer coaching para toda la plantilla, no sólo para los seniors managers o los ejecutivos. En este punto, las or- ganizaciones tienden a moverse ha- cia la preferencia de crear un cuadro interno de coaches, ya que coaches externos para toda la plantilla es caro y para la mayoría de las orga- nizaciones está fuera de su alcance. El primer paso en este proceso es construir un pool de coaches in- ternos. Esto significa seleccionar y entrenar a individuos de la orga- nización. Nuestra experiencia nos dice que es muy eficaz pedir volun- tarios, ya que como tales están más dispuestos a implicarse en el futuro programa y dedicarle tiempo que aquellos que no lo desean pero han sido reclutados para ser coaches internos. En segundo lugar, a la hora de seleccionar voluntarios hay tres factores que las organizacio- nes deben considerar. Se trata de las habilidades de comunicación de los voluntarios, su vida útil dentro del pool de coaching y el tiempo que tienen para emprender el coaching como parte de su rol. A veces se ofrecen voluntarios que carecen de habilidades básicas de comunicación, que se pueden en- trenar. Si el individuo es extremada- mente introvertido y tiene dificultad para mantener contacto visual, en nuestra opinión esto le hace inade- cuado para el entrenamiento en coaching, al menos hasta que haya podido desarrollar sus habilidades básicas de comunicación. Además, las organizaciones algunas veces eligen personas que están a punto de jubilarse o que van a despedir. Mientras que esto puede ser un buen regalo de despedida para el individuo, lo cierto es que disminui- rá rápidamente el pool de coaches internos. En un programa del que uno de nosotros formaba parte, el 40% de los coaches internos volun- tarios ser marcharon (y algunos de ellos para ejercer como coaches por su cuenta) dentro de un periodo de unos 12 meses que conformaban su entrenamiento. Esto tuvo como consecuencia la costosa puesta en marcha de una segunda generación de coaches internos en un periodo de tiempo mucho más corto y antes de haber obtenido algún beneficio.