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Caral y Bandurria diapositivas, Diapositivas de Historia Política

Ubicación, actividades económicas, actividades agrícolas, organización social, religión, importancia histórica y educativa

Tipo: Diapositivas

2024/2025

Subido el 04/07/2025

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO
FACULTAD DE EDUCACIÓN Y CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN
“El Formativo Temprano: La Civilización Caral y Bandurria”
Integrantes:
Aguilar Narváez Alex
Abanto Verónica Lisbeth
Agustín Rodríguez Maricielo
Mantilla Sánchez Lorena
Reyna López Jean Marco
Rojas Escalón Hernán
Ruiz Torres Emiliano
Tantaquispe Roldan Karen
Vidal Sánchez Bianca
Carrera Profesional:
Educación Secundaria mención en Historia y Geografía
Ciclo:
V
Asignatura:
Historia del Perú I: Prehispánico
Docente:
Fernandez Salas Emilio César
Fecha:
3 de Junio del 2025
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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE EDUCACIÓN Y CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN

“El Formativo Temprano: La Civilización Caral y Bandurria”

Integrantes: Aguilar Narváez Alex Abanto Verónica Lisbeth Agustín Rodríguez Maricielo Mantilla Sánchez Lorena Reyna López Jean Marco Rojas Escalón Hernán Ruiz Torres Emiliano Tantaquispe Roldan Karen Vidal Sánchez Bianca Carrera Profesional: Educación Secundaria mención en Historia y Geografía Ciclo: V Asignatura: Historia del Perú I: Prehispánico Docente: Fernandez Salas Emilio César

Fecha: 3 de Junio del 2025

ÍNDICE

Introducción

1. Civilización Caral

1.1. Ubicación Espacial y Temporal

1.1.1. Localización y Temporalidad

1.1.2. Medio Geográfico

1.2. Descubrimiento y Estudios Arqueológicos

1.2.1. Estudios de Ruth Shady Solis

1.2.2. Reconocimiento de Caral

1.3. Organización Social y Política

1.3.1. Sociedad Jerarquizada

1.3.2. Gobierno Teocrático

1.3.3. Sociedad Pacífica

1.4. Arquitectura y Urbanismo

1.4.1. Características

1.4.2. Tipos de Edificaciones

1.5. Economía y comercio

1.5.1. Agricultura y técnicas de irrigación

1.5.2. Pesca y recolección marina

1.5.3. Comercialización

1.6. Religión y Cosmovisión

1.6.1. Construcciones orientadas astronómicamente

1.6.2. Evidencia de rituales y ofrendas

1.6.3. Culto a las divinidades

1.7. Aportes culturales y legado

1.7.1. Tecnología en Arquitectura y desarrollo urbano

1.7.2. El idioma Proto Quechua

ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 1: “Ubicación geográfica de Caral” Figura 2: “Ubicación regional de Caral” Figura 3: “Ubicación de Caral en Google Earth” Figura 4: “Reconocimiento a la arqueóloga Ruth Shady” Figura 5: ”Esqueleto de Caral” Figura 6: “Distribución del espacio en Caral” Figura 7: “Flautas traversas y cornetas” Figura 8: “Ojos de Dios” Figura 9: “Ofrenda enrejada” Figura 10: “La cuenca de Supe y la ubicación de los 20 asentamientos de la civilización Caral” Figura 11: “Pirámide escalonada” Figura 12: “Quipu recuperado en Caral” Figura 13: “Diferencia entre el quipu de Caral y uno incaico” Figura 14: “Objetos de textil recuperados en Caral” Figura 15: “Uso del algodón en la confección textil ceremonial y cotidiana en Caral" Figura 16: “Flautas traversas” Figura 17: “Cornetas” Figura 18: “Antaras” Figura 19: “Sonajero de caracoles marinos” Figura 20: “Ubicación geográfica de Bandurria” Figura 21: “Restos de pequeños troncos in situ” Figura 22: “Foto aérea de Bandurria en 1945” Figura 23: “Foto aérea de Bandurria, después de destrucción de parte de la zona Doméstica del sitio” Figura 24: “Ofrenda 1: Canasta globular en la arena eólica de la plaza circular” Figura 25: “Fechados radiocarbónicos obtenidos para Bandurria” Figura 26: “Detalle del muro de la plaza circular de cantos rodados” Figura 27: “Proto-shicra encontrada en el relleno de la Plataforma de la Unidad 6” Figura 28: “Relleno constructivo de piedras termofracturadas, ceniza y desechos orgánicos de la Plataforma de la Unidad 6 Figura 29: “Vista general de la zona arqueológica”

INTRODUCCIÓN

En la costa noroeste del Perú, los asentamientos de Caral y Bandurria destacan como dos de los centros urbanos más antiguos de América, con una antigüedad que supera los 5,000 años. Estas civilizaciones, desarrolladas en el periodo precerámico andino, desafían las concepciones tradicionales sobre el origen de las sociedades complejas, que suelen asociar el progreso con la presencia de escritura, metalurgia o prácticas bélicas. Investigaciones lideradas por la arqueóloga Ruth Shady en Caral, y otros estudios en Bandurria, han revelado una organización social altamente estructurada basada en redes de intercambio, religiosidad, planificación urbana y una notable estabilidad sociopolítica.

A diferencia de los modelos euroasiáticos de civilización, que privilegian la guerra y el control territorial como motores del desarrollo, estos asentamientos andinos antiguos evidencian que es posible alcanzar altos niveles de complejidad cultural y tecnológica desde otras lógicas organizativas. Tanto Caral como Bandurria se desarrollaron sin escritura ni armas, pero con una arquitectura monumental, economía diversificada y una ideología religiosa integradora que fortalecía la cohesión social.

Estudiar estas culturas no solo permite reconstruir los orígenes de la civilización andina, sino que también invita a replantear nuestras ideas sobre qué factores permiten a una sociedad prosperar. Este informe tiene como objetivo analizar críticamente el desarrollo cultural, social y económico de Caral y Bandurria, comprender la complejidad de sus logros en un contexto precerámico, y valorar el legado histórico de ambas como parte esencial de la identidad cultural del Perú y su contribución a la historia universal.

Figura 1: “Ubicación Geogràfica de Caral” Figura 2 : “Ubicación regional de Caral”

Figura 3 : “Ubicación de Caral en Google Earth” La Civilización Caral se desarrolló durante el Periodo Arcaico Tardío, aproximadamente entre los años 3500 a.C. y 1800 a.C. Este rango temporal sitúa a Caral como una de las

aprovechados para la construcción y elaboración de artesanías. Esta diversidad vegetal refleja una economía agrícola bien desarrollada y adaptada a las condiciones locales

  • Fauna La fauna local incluía animales silvestres propios del valle y la costa, como zorros, aves y reptiles. La dieta de Caral se complementaba con recursos marinos obtenidos en el litoral cercano, especialmente en el sitio pesquero de Áspero, ubicado en la desembocadura del río Supe. Allí se pescaban anchovetas, moluscos, crustáceos y otros productos marinos que eran fundamentales para la alimentación y el comercio. La combinación de agricultura y pesca fue una característica distintiva de esta civilización, que logró un equilibrio entre recursos terrestres y marinos
  • Orografía El valle de Supe es una llanura aluvial rodeada por colinas bajas y dunas, con un relieve mayormente plano que facilitó la construcción de grandes estructuras monumentales. El río Supe atraviesa el valle y fue la fuente principal de agua para la agricultura y la vida urbana. La orografía permitió la construcción de terrazas, canales y sistemas de irrigación que mitigaron las limitaciones del clima árido. Esta topografía favorable fue clave para la planificación urbana y la consolidación de Caral como centro político y ceremonial

1.2. Descubrimiento y estudios arqueológico s

Caral fue estudiada por la arqueóloga, antropóloga y docente peruana Ruth Shady Solis en 1990, gracias a sus investigaciones en el Valle de Supe, y al estudio de los restos arqueológicos hallados se pudo identificar a esta ciudad como la civilización más antigua del Perú y América.

1.2.1. Los Estudios de Ruth Shady Solis

Hace 21 años la Dra. Ruth Shady junto a un grupo de alumnos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos investigó en el valle del distrito de Supe, provincia de Barranca, la ciudad Sagrada de Caral, evidencia incuestionable de la civilización Caral, la más antigua de nuestro país y del continente americano. En 1984, Paul Kosok y Richard P. Schaedel recorrieron el valle de Supe en búsqueda de un complejo arquitectónico de notable extensión, del cual Kosok había tenido noticia previamente mediante fotografías aéreas tomadas en 1965. Al corresponder dicho sitio a terrenos pertenecientes a las ex haciendas Chupacigarro Grande y Chupacigarro Chico,

decidieron nombrar al conjunto de restos arqueológicos con el nombre de Chupacigarro. Llamó especialmente su atención la presencia en el lugar de plazas circulares hundidas y de huancas o pedrones alargados plantados en el suelo, además de su enorme extensión y su indudable carácter de centro administrativo y ceremonial.

Años más tarde, en 1987, Frédéric Engel llevó a cabo las primeras exploraciones arqueológicas en el lugar. Posteriormente, Carlos Williams elaboró el catastro arqueológico del valle de Supe, contribuyendo a la sistematización de los sitios de la zona. Desde entonces, diversos investigadores han comentado sobre la importancia de Chupacigarro, entre ellos destaca Peter Kaulicke. El valle de Supe era conocido previamente por la existencia de asentamientos con arquitectura monumental. (Shady & Leyva, 2003). Sin embargo, antes de la intervención del equipo dirigido por Ruth Shady, no se habían emprendido excavaciones sistemáticas para evaluar la antigüedad y significación de estos sitios en el proceso cultural peruano. Después sitios como Áspero, un asentamiento de pescadores del Arcaico Tardío, habían sido registrados antes (por Uhle en 1905 y excavado preliminarmente por Willey y Corbett en 1954). Inicialmente, al no encontrar cerámica, se equivocaron en su datación, asumiendo que era contemporáneo con un cementerio cercano e interpretando la falta de alfarería como una distinción funcional. Más tarde, en 1970, Willey y Moseley se dieron cuenta de que las elevaciones que habían supuesto naturales eran montículos artificiales. Las excavaciones de Feldman ese mismo año aportaron evidencias que sustentan que el sitio era mucho más antiguo de lo estimado y apoyaron la hipótesis de un cacicazgo marítimo precerámico. La prospección arqueológica sistemática del valle bajo y medio de Supe comenzó en 1994, utilizando fotos aéreas y catastros existentes. Se reconocieron cientos de sitios, identificando dieciocho con rasgos arquitectónicos recurrentes que se atribuyeron a un mismo período temprano (Shady & Leyva, 2003). Esto motivó la excavación en al menos uno de ellos. En 1996, se decidió iniciar las excavaciones en Caral, elegido por ser uno de los asentamientos más extensos, por la distribución ordenada de su traza urbana y por su variada arquitectura monumental. Los resultados iniciales confirmaron que Caral era un asentamiento especial, de primera magnitud, con un contexto cultural recurrente del Período Arcaico Tardío, cuya antigüedad contrastaba con su tamaño y la monumentalidad de sus construcciones. La investigación de campo y gabinete ha continuado gracias al apoyo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, municipalidades y otras instituciones.

1.2.2. El Reconocimiento de Caral

En 2009, UNESCO declaró a Caral como Patrimonio de la Humanidad. Caral-Supe es presentado como el sitio arqueológico más representativo de la etapa de los orígenes de la civilización en el Perú. Las investigaciones allí realizadas demuestran la existencia de una ciudad antigua con un alto grado de civilización durante el Período Arcaico Tardío, aproximadamente entre 3000 y 1500 años a.C. Su cultura tiene mucho que ver con el origen de la civilización, la formación del Estado y el origen de las ciudades en el Perú. La cronología de Caral, establecida entre 3500 y 1800 a.C., la posiciona entre las civilizaciones primarias más antiguas del mundo, contemporánea con el desarrollo de las primeras ciudades-estado en Mesopotamia, el florecimiento del Reino Antiguo en Egipto, y el desarrollo de la civilización del Valle del Indo. Esta contemporaneidad es de importancia crucial para la comprensión del desarrollo civilizatorio mundial, ya que demuestra que la civilización emergió de manera independiente en América durante el mismo período en que se desarrollaba en el Viejo Mundo, refutando antiguas teorías difusionistas que negaban la capacidad innovadora de las sociedades americanas prehispánicas. El impacto científico de los descubrimientos de Caral ha sido reconocido internacionalmente a través de múltiples publicaciones en revistas científicas de prestigio, presentaciones en congresos arqueológicos internacionales, y la incorporación de Caral en la narrativa mundial sobre los orígenes de la civilización.

Figura 4: “Reconocimiento a la arqueóloga Ruth Shady”

1.3. Organización social y política

La diferenciación interna entre los centros urbanos de Caral-Supe revela no solo una significativa disponibilidad de bienes, sino una organización social y política jerarquizada con notorias distinciones dentro del sistema. Asimismo, la complejidad evidenciada en la cultura material indica notorios avances en la producción de conocimientos y su aplicación tecnológica, y la existencia de especialistas dedicados a esos trabajos, la conducción política y la administración de los recursos y bienes. Esto se refiere a una civilización caracterizada por una mayoría dedicada a la producción de alimentos y especialistas encargados de la conducción política y religiosa de la población, así como de la producción de conocimientos y su aplicación para mejorar las condiciones de la vida social. (Shady, 2006)

1.3.1. La Sociedad jerarquizada

Las actividades de pesca con redes y la agricultura irrigada por canales generaron excedentes productivos y las poblaciones mantuvieron un intercambio permanente con acceso a bienes y a experiencias variadas que fomentaron la producción de conocimientos, potenciaron el desarrollo tecnológico y crearon las condiciones para mejores posibilidades de vida. Según Shady (2004), estas nuevas condiciones sustentaron la preeminencia de una élite y la formación de estratos sociales jerarquizados con una desigual distribución de la producción económica entre

Figura 5: “Esqueleto de Caral” Figura 6: “Distribución del espacio en Caral” Así mismo, según de Shady (2006), basada en la información arqueológica, confrontada con los datos registrados por Lizárraga, Cieza de León, Pachacuti Yamqui Salcamaygua y Duviols, se identificó un sistema sociopolítico prehispánico que se asumió como marco teórico para contrastar los datos que se obtienen en las investigaciones de los siete asentamientos coetáneos a Caral. En esta organización política, cada uno de los complejos piramidales representaría un linaje o ayllu. Cada ayllu estaba constituido por un grupo de familias emparentadas que trabajaban en tierras irrigadas por un mismo canal; su autoridad o principal era descendiente del fundador del ayllu. Los edificios que conforman subconjuntos habrían pertenecido a linajes o ayllus vinculados. Dichos ayllus estaban diferenciados jerárquicamente entre sí y se agrupaban, con sus respectivas autoridades, en secciones distribuidas en las dos mitades de la ciudad. Luego, el conjunto de los ayllus del centro urbano habría conformado la pachaca, donde los miembros que lo componen estaban integrados por vínculos de carácter económico, así como por lazos religiosos, culturales y sociales, y cada pachaca era representada por una autoridad o curaca, además de los principales de los ayllus que la conformaban. Las pachacas funcionaban con autonomía durante los primeros siglos de ocupación del valle, pero, posteriormente, la necesidad de centralizar la administración de las aguas para la agricultura del valle y resolver los conflictos habría creado las condiciones para la formación de un Estado territorial mayor. En el ámbito del valle de Supe se observa la distribución de las pachacas en secciones y estas, asimismo, en dos mitades o sayas, una en cada margen del río, en cantidad similar. Así, cada saya estaba integrada por un número de asentamientos o pachacas, tanto en la margen izquierda como en la derecha. Cada parcialidad o saya habría estado bajo la autoridad de un icho huari y de un allauca huari, tal como refieren los cronistas. Por encima de las autoridades de ambas parcialidades estaba el curaca general del territorio o valle, que era el hunu o uno.

1.3.2. El Gobierno Teocrático

En la ciudad de Caral se realizaban, de manera periódica, reuniones que involucraban una serie de actividades en las que se interrelacionaban intereses religiosos, económicos y sociales. Las autoridades los conjugaban y, de este modo, potenciaban los resultados en los ámbitos respectivos. La religión fue la ideología a través de la cual se cohesionó, pero también se ejerció coerción sobre la sociedad, por lo que varias actividades públicas y privadas incluyeron el

componente religiosos ceremonial a cargo de las autoridades de la élite teocrática como sacerdotes o líderes religiosos. Todas las edificaciones mayores o menores contaban con elaborados fogones para la incineración de ofrendas de todo tipo: cabello humano, restos de animales y vegetales, artefactos y objetos de piedra, hueso o madera, textiles, etc. Asimismo, se han encontrado objetos, que aún se utilizan como símbolos, tales como los denominados “Ojos de Dios”. Y estas actividades religiosas y sociales fueron realizadas en medio de prácticas musicales. Destaca un conjunto musical compuesto por 32 flautas traversas, así como otro integrado por 38 cornetas. Estos instrumentos evidencian una ejecución musical colectiva en la Ciudad Sagrada de Caral. (Shady, 2004)

Figura 7: “Flautas traversas y cornetas” Figura 8: “Ojos de Dios” Figura 9: “Ofrenda enrejada”

1.3.3. Una sociedad pacífica

Las evidencias de Caral muestran que en la etapa de formación del primer estado la religión tuvo ese rol coercitivo, de control social sin el despliegue de guerreros, acciones bélicas ni de construcciones defensivas. Se aceptó la existencia de un gobierno centralizado por el convencimiento que su gestión era necesaria para garantizar la reproducción de las condiciones de vida. (Shady, 2002)

Según Shady y Leyva (2003), la ideología prestigiada por el Estado supano habría actuado como el nexo de cohesión más importante de los grupos sociales que se encontraban bajo la dominación del gobierno centralizado. Los dioses, posiblemente presididos por Huari, como lo indican documentos sobre el área, les habrían enseñado a preparar sus chacras, trazar sus canales, sembrar las plantas y construir sus hitos. Al sol, al agua y a la tierra había que rendir cultos

ninguno de ellos iguala a Caral en cuanto al tamaño de las construcciones, el volumen de los monumentos ni el orden en el que están organizados los espacios. Shady, R. (2006).

Por eso es que hablaremos específicamente de Caral ya que sobresale por su diseño monumental, su avanzada planificación urbana y el uso eficaz de materiales locales. Entre sus estructuras destacan pirámides escalonadas, plazas circulares hundidas y conjuntos residenciales organizados, lo que refleja una sociedad jerarquizada y compleja.

1.4.1. Características:

En Caral, los constructores hicieron uso de los recursos naturales disponibles en el valle de Supe, demostrando un buen conocimiento del entorno y una adaptación adecuada a sus condiciones. (Cabrejos, 2018) menciona que utilizaron piedras para levantar estructuras sólidas, mientras que el adobe y el barro se emplearon como elementos de unión o recubrimiento. La caña se destinó a partes más livianas de las edificaciones, como techos o paredes internas, y la madera de huarango, conocida por su dureza, sirvió como soporte estructural.

También utilizaron una ingeniosa técnica constructiva conocida como shicras, que consistía en bolsas tejidas con fibras vegetales, rellenadas con piedras. Estas se colocaban como parte de la base de las edificaciones, actuando como una especie de amortiguador natural frente a los movimientos sísmicos. Gracias a su flexibilidad y capacidad para distribuir el peso, las shicras ayudaban a estabilizar las construcciones y reducían el riesgo de derrumbes. Además del uso de shicras, los antiguos constructores de Caral reforzaban las bases y esquinas de sus edificaciones con grandes piedras angulares cuidadosamente colocadas. Este refuerzo estructural aumentaba significativamente la estabilidad y resistencia de los edificios frente a fenómenos naturales como los sismos. La elección de estas piedras no solo respondía a criterios funcionales, sino también a una comprensión empírica de cómo distribuir mejor las cargas en la construcción. (Gob.pe, 2021).

1.4.2. Los Tipos de Edificaciones:

Pirámides escalonadas: El Colegio de Arquitectos del Perú (2015) menciona que en Caral se han identificado 7 grandes pirámides de carácter monumental, rodeadas de otras varias pequeñas, sumando 32

montículos en total. Sus constructores organizaron esta ciudad en 2 sectores: uno alto (al norte) y otro bajo (al sur).

Estas pirámides están construidas en forma escalonada, es decir, con varios niveles superpuestos que disminuyen en tamaño a medida que ascienden. Cada una de estas estructuras presenta una escalera central que no solo facilitaba el acceso a la cima, sino que estaba alineada astronómicamente con determinadas estrellas, lo que revela conocimientos en observación celeste y su vinculación con la espiritualidad. En la parte superior, se encontraba un altar ceremonial que incluía un fogón central, de forma circular o cuadrangular, donde se realizaban ofrendas o rituales religiosos posiblemente relacionados con el culto a los astros, la fertilidad o la naturaleza. Estas construcciones evidencian la importancia del aspecto religioso y simbólico dentro de la vida social de Caral, así como una arquitectura diseñada con precisión y propósito espiritual.

Figura 11: “´Pirámide Escalonada”