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Analisis de un hospital, Diapositivas de Arquitectura

todo el analisis de un hospital

Tipo: Diapositivas

2018/2019
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Subido el 31/05/2019

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Arquitectura Hospitalaria
Una ciudad dedicada a cuidar cada detalle
ESPECIAL
Los hospitales son el reflejo de cómo la sociedad trata a sus ciudadanos durante una enfermedad. Por eso,
cada vez más, la “máquina de curar” pasa a ser un “espacio de bienestar”, donde la arquitectura también
forma par te de la capacidad curativa. En ella intervienen la luz, el espacio, el color, las circulaciones o
la organización funcional, todos ellos factores a considerar a la hora de proyectar un nuevo centro
hospitalario, pues ayudarán –o no- a curar mejor y más rápidamente a los pacientes.
Hospital de Ciudad Real. Foto: Ake E:Son Lindman
rating | riskinformation | marketingintelligence | bpo
¿Le gustaría conocer el valor de cualquier vivienda de
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axesor le facilita las características de cualquier vivienda gracias a
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Entorno y viviendas próximas
Mapa del Catastro y titularidad
Cargas, servidumbres y datos registrales
Informe de valoración de vivienda
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promateriales

Arquitectura Hospitalaria

Una ciudad dedicada a cuidar cada detalle

ESPECIAL

Los hospitales son el reflejo de cómo la sociedad trata a sus ciudadanos durante una enfermedad. Por eso,

cada vez más, la “máquina de curar” pasa a ser un “espacio de bienestar”, donde la arquitectura también

forma parte de la capacidad curativa. En ella intervienen la luz, el espacio, el color, las circulaciones o

la organización funcional, todos ellos factores a considerar a la hora de proyectar un nuevo centro

hospitalario, pues ayudarán –o no- a curar mejor y más rápidamente a los pacientes.

Hospital de Ciudad Real. Foto: Ake E:Son Lindman

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Entorno y viviendas próximas

Mapa del Catastro y titularidad

Cargas, servidumbres y datos registrales

Informe de valoración de vivienda

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

promateriales

L

a arquitectura hospitalaria tiene

además otros retos importantes,

como es reducir drásticamente el

consumo de recursos, pues estos gigantes

tienen un funcionamiento continuo y, por

tanto, un gasto descomunal de energía

y de agua, y generan constantemente

fluidos, residuos y gases que han de

ser gestionados de forma eficiente. La

tendencia demuestra que, en el caso

de las instalaciones -un campo de vital

importancia en el hospital-, se tienden

a separar del edificio hacia módulos

independientes, garantizando no sólo

la seguridad, sino la ecología de los

procesos de suministro, recogida y

transformación que se realizan.

Empiezan a cobrar mucha importancia

también las zonas ajardinadas, tanto

en forma de patios interiores como de

jardines y plazas exteriores, capaces

de mejorar el rendimiento climático del

edificio, ventilar las instalaciones, mejorar

el confort visual de los usuarios o generar

espacios de relación. La comodidad

de los usuarios, sin embargo, no sólo

depende de crear espacios de calidad,

sino también de que los recorridos que

han de realizar los pacientes y el personal

sean más cortos y rápidos, de manera

que un estudio intenso de la posición

de las áreas y las relaciones entre éstas

determinará la verdadera calidad del

proyecto. En el interior del edificio, los

visitantes no se pueden cruzar con los

pacientes encamados que se dirigen

a una operación, ni con el personal, ni

pueden pasear por la zona de urgencias

o de rehabilitación, o entrar en las áreas

de suministros, por ejemplo. Los flujos

de circulación deben estar perfectamente

estudiados para evitar cruces indeseados,

por lo que cada vez más se emplean

elementos más propios de los ensanches

urbanos: calles públicas y privadas,

plazas, manzanas, jardines o barrios,

para organizar la ciudad hospitalaria.

Sin duda, ésta es una de las tipologías

arquitectónicas más complejas en el

mundo del proyectista, pues contiene

en un mismo conjunto gran variedad

de edificios: hotel (hospitalización),

oficinas (administración), centro

sanitario (sector ambulatorio), edificio

industrial (zona de instalaciones),

aparcamientos, zona técnica (bloques de

quirófanos, rehabilitación, tratamiento

o diagnóstico), paisajismo (jardines y

patios) e, incluso, áreas comerciales,

lo que complica aún más la ecuación

sanitaria. La accesibilidad es, en el tema

de las circulaciones, otro punto clave.

Los puntos de acceso deben garantizar

el menor tráfico posible de personas y

vehículos en las zonas donde la agilidad

es determinante, como en las urgencias.

En el hospital del siglo XXI, y gracias a las

mejoradas técnicas de intervención y las

tecnologías –y de la arquitectura-, cada

vez se reducen más las largas estancias,

los pacientes se recuperan antes, lo que

hace crecer las zonas de tratamiento

ambulatorio. Esto afecta también al

coste económico tanto de la obra como

del funcionamiento del hospital que,

con la privatización de los servicios

para financiar la construcción de estos

centros, se ha de tener cada día en mayor

consideración. Todos estos factores

obligan a pensar en el hospital como un

sistema global ‘multicomponenente’,

donde la eficiencia -en todos los sentidos

(constructiva, energética, tecnológica,

económica, funcional, de confort y

resolutiva en cuestiones médicas)- se

consigue analizando el programa en

conjunto, y no de forma individual. En

cuanto a los materiales empleados,

éstos han de ser reciclables, sostenibles

y eficientes. En este sentido, cobran

especial relevancia los aislamientos: el

centro debe aislarse de ruidos externos e

internos, de tráfico y de instalaciones, y

evitar en todo momento la contaminación

y la transmisión de enfermedades. Pero

los materiales utilizados tienen además

que ser resistentes y duraderos, dado el

continuo tránsito de personas, camillas,

suministros, etc., y deben prevenir caídas,

golpes y proliferación de bacterias.

Cada detalle es de una importancia vital

para el correcto funcionamiento de un

hospital. El proyecto hospitalario debe

tener muy en cuenta también los rápidos

cambios que se sufren en la medicina,

gracias a la investigación, tanto en el

ámbito quirúrgico como en lo relacionado

con nuevas tecnologías o campos de

investigación. Por ello, cualquier nueva

estructura sanitaria tiene que valorar,

desde la primera fase del proyecto,

futuras modificaciones en los usos de las

salas, los bloques, las unidades, las áreas

o incluso ampliaciones de las mismas:

una ciudad que crece con los años.

Por todas estas razones, los hospitales

están cambiando rápidamente, y la

arquitectura debe saber adaptarse a este

nuevo mundo sanitario impuesto por la

necesidad de confort de la sociedad.

Hospital de Denia. Foto: Brullet - Pineda

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

promateriales

Hospital Can Misses, Ibiza

Vidal y Asociados / Arup

En marzo de este año se ponía la

primera piedra del nuevo Hospital Can

Misses, que sustituirá al actual con

79.000 metros cuadrados y un área de

hospitalización de 247 camas en 199

habitaciones. Diseñado conjuntamente

por Vidal y Asociados y la ingeniería Arup,

el centro que podría estar listo en 2012

culmina, según las Administraciones

ibicencas, la modernización de la red

sanitaria pública de Ibiza y es la solución

definitiva en atención hospitalaria para

todos los habitantes de la isla. El nuevo

Hospital será un edificio reconocible,

de escala humana, donde la eficiencia,

la funcionalidad y la estética de las construcciones de la isla

primen en el diseño. El proyecto propone una organización

funcional en volúmenes fragmentados de poca altura, donde

sus usuarios se orientan fácilmente gracias a la diferenciación

de las circulaciones verticales y a una espina central que

comunica todos los pabellones. El esquema de circulaciones

permitirá reducir el ratio entre superficie construida y útil, y

por tanto también el presupuesto, el mantenimiento e incluso

el consumo energético. Gracias a esta configuración de llenos

y vacíos se proporciona también abundante luz natural y

se facilita el disfrute de las vistas a los

jardines y a las cubiertas verdes, paisajes

equilibrados y armónicos que mejorarán

el tratamiento de los pacientes. Patios

y cubiertas, junto a la protección solar

de los elementos con mayor soleamiento,

la implantación de técnicas de aislamiento

y control termo-acústico, o la gestión eficiente

mediante instalaciones de última generación, serán

fundamentales en Can Misses.

Se propone una arquitectura de reducido impacto visual,

jerarquizada y descompuesta en unidades de menor escala, en

las que se puedan reconocer los diversos elementos del programa

y tengamos siempre una referencia de nuestra ubicación.

La configuración en volúmenes y del esqueleto hospitalario,

hacen posible no solo un mejor flujo de pacientes, visitantes y

personal, sino también una máxima flexibilidad para futuras

modificaciones o ampliaciones, ya que cada segmento tiene

posibilidad de crecer hacia fuera, alargándose desde la espina

central por adición de módulos, o hacia arriba, añadiéndose

niveles, dadas las características de la estructura. Para ello se

emplea un módulo único estructural de 720 centímetros. En su

interior además también es posible, gracias a su concepción

modular, cambiar espacios, ampliar o reorganizar con gran

facilidad.

La

propuesta

ambiciona diseñar

un complejo saludable,

ecológico e integrado en un entorno

agradable y, sobre todo, donde los usuarios

estén a gusto en ambientes amables. En Can Misses se ha

dado también especial importancia a las zonas comunes

como el vestíbulo, la plaza de entrada, las terrazas

miradores, etc., donde priman espacios abiertos,

diáfanos, con buena iluminación natural y vistas a

los jardines, y donde poder desarrollar gran cantidad

de actividades comunes. Además, aparecen lugares

de descanso tanto para pacientes y familiares

como para el personal, donde los materiales

atemporales y los colores ayudan a la

relajación. Sin embargo, sus responsables

no han olvidado la sostenibilidad, y

su configuración permite importantes

ahorros económicos y de recursos como

energía o agua, así como una reducción

de emisiones de CO 2

a la atmósfera.

templado. control solar. curvado. doble acristalamiento. manufacturas. tintados. flotados. herrajes. laminados. mateados. screenline

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ARQUITECTURA EN VIDRIO

TODO DEPENDE DEL CRISTAL

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Arriba, alzado sur. Abajo, infografía del Exterior

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

promateriales

Hospital de Nuestra Señora

de Guadalupe, en La Gomera

Alas Carvajal Casariego

/ Cruz Baquerizo Petrement

El municipio de San Sebastián de La

Gomera es el encargado de albergar el

nuevo Hospital General, sustituyendo al

anterior con 14.500 metros cuadrados,

e instalaciones suficientes para evitar la

mayor parte de los desplazamientos de

enfermos a Tenerife –reduciendo así el

consiguiente gasto-, que se llevaban a

cabo hasta su inauguración en abril del

pasado año. A la hora de proyectarlo

se tomó en consideración, además, la

posibilidad de que la población insular

aumentara bajo el impulso del sector turístico. El solar, que

resulta de la suma de varias parcelas de origen agrícola, presenta

geometría y topografía irregulares. Junto a las necesidades

funcionales del hospital, estas premisas constituyeron los

condicionantes de partida. Se ha proyectado un edificio de

volumetría limpia, de sección adaptada al terreno que varía

entre una y dos plantas, situado en la parte central del solar y

con una vía de circunvalación desde el Sureste, que posibilita

dar servicio a las distintas áreas funcionales y, a la vez, segrega

el tráfico público del interno y separa el ingreso de urgencias

para evitar interferencias.

El conjunto, de baja altura y rematado en su mayor parte por

una cubierta vegetal de plantas endémicas, consigue reducir

notablemente su huella en el paisaje sin menoscabar el reflejo

de su importancia social. Se ha cuidado mucho la disposición

de las distintas partes del hospital y su tratamiento exterior,

especialmente en las zonas de instalaciones, para que la lectura

del conjunto desde el entorno sea la de un bancal adaptado a los

desniveles, neto y claro, y con la escala adecuada. El edificio se

organiza entre dos ejes paralelos que albergan las circulaciones

principales: pública la que da al Sur, donde también se sitúan

el acceso y la fachada principales; e interna la orientada más

hacia al Norte. Perpendicularmente a estos dos ejes, en forma

de peine, se sitúan varios bloques conteniendo

los distintos servicios, y se

rematan

en el extremo Este con una pieza rectangular que alberga las

habitaciones de hospitalización. Esta pastilla se articula con

el resto del edificio mediante una rótula configurada por el

acceso principal, y un amplio patio interior al que abren los

ámbitos públicos de la cafetería, biblioteca y salón de actos. Las

habitaciones se proyectan desde la voluntad de proporcionar un

entorno agradable y doméstico a las personas hospitalizadas,

por lo que todas tienen salida exterior a una terraza jardín

y cuentan con atractivas vistas hacia el mar. Para evitar la

entrada excesiva del sol en ellas, se ha colocado una celosía

por delante del acristalamiento que tamiza la luz y evita

deslumbramientos. Durante el día el hospital queda

oculto tras un velo que aparenta ser opaco, y por la

noche el edificio se muestra hacia afuera, revelando

su interior. El hospital se distribuye en dos niveles,

adaptándose a la topografía. En la planta baja, además

de los accesos públicos y privados, se disponen las

áreas de administración y de investigación, servicios públicos

como el salón de actos y la cafetería, y al Sureste servicios

ambulatorios como diálisis y rehabilitación. En la planta alta se

distribuyen las áreas de acceso de camas frecuente y la propia

unidad de hospitalización. Así urgencias, con acceso exclusivo,

bloque quirúrgico (con hospital de día y CMA), y gabinetes de

exploraciones especiales y diagnóstico por imagen se disponen

en este nivel. Una vía de circulación interna

comunica la unidad de hospitalización con

estos servicios, mientras que la circulación de

público se realiza a través de una amplia galería

con cerramiento acristalado, que discurre

paralela a la fachada principal y que acoge las

zonas de espera previas a los servicios antes

mencionados.

Patio Interior. Foto: Luis Asín / Carvajal Casariego

Infografía









     



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        

         

  

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

promateriales

material, que se cierra con una fachada ventilada de chapa

plegada de aluminio, interrumpida por los huecos verticales de

las ventanas, en una solución homogénea en el exterior que

se aligera, al interior, en las fachadas de los diferentes patios

mediante vidrio, permitiendo que el color de los panelados

interiores se manifieste, transmitiendo la caracterización

de los diferentes niveles. Unas pasarelas también de vidrio,

ligeras y nunca superpuestas, rompen el patio longitudinal.

El aparcamiento de sótano se cubre con una losa ajardinada

con elementos prefabricados de hormigón, que componen una

trama verde con espacios de circulación y estancia en su vacío.

Frente a la repetición como base compositiva exterior, en los

interiores se ha utilizado el panel de fenólico como elemento

modular, buscando a través del color, ajeno a la construcción,

la diferenciación de las diferentes zonas asistenciales.

Predominan las mamparas mixtas sobre solado en nave de

terrazo, con soluciones ligeras y modulares también en techos

y distribuciones. Por último, las instalaciones se han diseñado

evitando su presencia mediante soluciones centralizadas de alta

tecnología integradas en la arquitectura.

Fase III del HUMV de Santander

Inglada Arévalo Arquitectos

La Fase III, que podría estar en

funcionamiento en 2011, sustituye el

edificio de residencia general, dedicado

a hospitalización y atención ambulatoria

infantil y obstétrica, con cerca de 49.

metros cuadrados distribuidos en tres

bloques de cinco plantas, en los que

se busca garantizar la luz natural y la

ventilación a todas las estancias. Los

bloques se sobrepondrán a un gran

zócalo, y estarán conectados en varias

alturas por una gran calle que los

atravesará, conectando todo el sistema

de hospitalización con el edificio ‘

de Noviembre’, al Este, junto al que se

habilitará una gran plaza pública acristalada de acceso. A su

vez, se contará con unos corredores subterráneos que unirán

los tres bloques de hospitalización con el ‘2 de Noviembre’, con

Urgencias y con los bloques de la Fase II a través de diversos

núcleos. Para la construcción de la última fase hubo que resolver

algunos problemas iniciales. El terreno presentaba una gran

complicación causada por las aguas subterráneas y grandes

irregularidades con simas difícilmente cimentables. También

ha sido necesario desviar saneamientos que cruzaban todo

el recinto hospitalario. Durante los trabajos de cimentación,

se fueron analizando y resolviendo otros factores del futuro

edificio, como el mobiliario, las habitaciones, el confort, el

ahorro de energía o las zonas ajardinadas.

Planta de Acceso - Fase III

Hospital General de Ciudad Real

AFA Arquitectos

El nuevo Hospital de Ciudad Real ocupa una parcela de

162.263 metros cuadrados, aunque sus 136.000 metros

cuadrados construidos en edificaciones de hasta 6 niveles,

permiten la liberación de gran parte de

la parcela para urbanización, espacios

ajardinados y plazas de aparcamiento

en superficie, así como para futuras

ampliaciones. El proyecto, compuesto

de 42 bloques independientes, se

compone como una estructura moderna

que separa las áreas sanitarias de las de

circulación de intervinientes externos,

con espacios abiertos y llenos de luz, y

un funcionamiento altamente efectivo.

Dentro de la segmentación del hospital,

se diferencian cuatro grandes bloques,

denominados C (Central), E (Este), W

(Oeste) y Sur. El bloque C se desarrolla

verticalmente entre el E (accesos y

zonas públicas) por delante y el W (zona

médica) por detrás, escondiendo así

las áreas menos públicas del programa

a sus espaldas. En

C se encuentran las

unidades de hospitalización,

configurando bloques que van

conectando en rótulas, además

de los dormitorios de los médicos

de guardia en planta quinta y el módulo

penitenciario, en la cuarta, con alojamiento

de reclusos. El nivel 1 del bloque C alberga

además otras partes del programa, como la UCA

(unidad de cirugía ambulatoria) o el hospital de día, y en

planta baja se ubican psiquiatría, hemodiálisis, rehabilitación e

hidroterapia, y en un extremo la cafetería de público. El último

edificio del bloque C, que dispone de solo cuatro niveles, es

donde se sitúan los despachos del personal médico, la zona de

informática y el centro de proceso de datos. El bloque W, de dos

alturas, contiene los servicios de apoyo y tratamiento clínico

del hospital: cocina, cafetería de personal, farmacia, vestuarios,

esterilización, laboratorios, talleres, tanatorio, archivo,

radioterapia, consultas externas, bloque obstétrico, bloque

quirúrgico, UCI, urgencias, corta y larga estancia, reanimación

o diagnóstico por imagen. El bloque E, de una altura y carácter

horizontal extendiéndose ante la fachada del bloque C,

comprende las áreas de admisión, administración y docencia,

además de capilla, salón de actos y biblioteca. Conectado con

el hospital por medio de dos galerías subterráneas se encuentra

el edificio independiente de instalaciones. Junto a la entrada de

urgencias se ha realizado un helipuerto elevado que comunica

con la entrada de urgencias mediante una pasarela.

El acceso principal del edificio enlaza la plaza ajardinada

exterior con un amplio hall iluminado naturalmente, donde se

encuentra la admisión de pacientes de hospitalización. Hacia

el lado izquierdo se accede a los servicios de psiquiatría y

hemodiálisis, biblioteca y salón de actos; de frente se encuentran

los núcleos verticales de hospitalización y el acceso a la primera

planta, con el área de cuidados infantiles,

el hotel de madres y la unidad de cirugía

mayor ambulatoria. Hacia el lado derecho

se encuentran las dependencias de

atención al usuario, dirección y gestión,

rehabilitación y un acceso específico

al hospital de día onco-hematológico,

situado también en la primera planta.

En el lado Norte del edificio se sitúa el

acceso a consultas externas, a través de

la cual los pacientes serán derivados a las

respectivas áreas ambulatorias. Al Oeste

de la parcela se encuentra el acceso de

urgencias, que se realiza a través de una

rampa o desde el helipuerto. El diseño

cromático del hospital está relacionado

con su funcionalidad: el cuerpo central

y más vertical, con predominio del

color rojo mediante fábrica de ladrillo,

corresponde en su mayor parte al área

de hospitalización. En la parte posterior

del edificio C predomina el color gris

en la fachada, compuesta por un panel

prefabricado de acero galvanizado. Los

edificios del bloque W tienen fachada de

ladrillo clinker rojo o blanco, mientras

la fachada que da al Norte (consultas

externas) es de mármol travertino. Las

cubiertas de los bloques se han ejecutado

mayoritariamente como planas con grava

de colores, aunque ciertas cubiertas son

inclinadas y se han ejecutado de zinc, y en

algunos bloques de cobre.

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

promateriales

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

Acceso y Fachada. Fotos: Ake E:Son Lindman

Infografía General del Hospital

Detalle de las distintas fachadas. Foto: Ake E:Son Lindman

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

promateriales

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

Hospital de Burgos

Inglada Arévalo Arquitectos

El Hospital de Burgos, con 210.000 metros

cuadrados –incluyendo aparcamientos

Norte y Sur- se construye sobre una

parcela de 175.500 metros cuadrados.

El diseño busca ser flexible y dinámico,

con gran protagonismo del confort,

tanto en el estudio de las circulaciones

como en la calidad de los espacios. La

topografía y la orientación Sur del solar

llevó a establecer la construcción en la

parte central, creando una plataforma

escalonada alargada según la orientación

Este-Oeste, perfilada por una red viaria

perimetral que permite la creación de

zonas de vegetación y ajardinamiento

que reduzcan el impacto de la edificación

en el terreno. El punto de partida de

la estética es el paisaje de campos

labrados, que se traslada al hospital en

forma de vigas flotantes paralelas, unas

de otras a 7,20 metros, que recorren el

complejo de Este a Oeste actuando como

cubierta del edificio. Sobre esta cubierta

permeable sobresalen los edificios

más altos, en los que se engloban las

áreas de hospitalización y oficinas. El

acceso principal se realiza mediante una

gran plaza mayor acristalada, en la zona Noroeste del solar,

conteniendo la cafetería, tiendas, salón de actos, etc. Este

espacio más público es el punto de partida de las calles de acceso

a las distintas zonas del hospital. La zona de hospitalización

se desarrolla en cinco bloques de 4 a 6 alturas, perforados por

patios interiores que aportan iluminación, ventilación y confort.

La distancia entre los bloques (28,80 metros) produce una mayor

sensación de ligereza, y facilita el asoleamiento y la intimidad.

La tipología utilizada para las unidades de hospitalización es la

de doble corredor con habitaciones situadas al Este y al Oeste

en su gran mayoría. Las habitaciones situadas al Sur permiten

contemplar la visión de la ciudad, mientras las situadas al Norte

tienen como fondo el bosque de árboles. La galería Norte que

conecta estos volúmenes facilita el acceso de familiares, mientras

la galería Sur se destina a circulación interna, comunicando con

las zonas de tratamiento y diagnóstico del bloque técnico. Éste,

en la zona Sur y cerca de los accesos, se configura a base de

bloques alargados separados por zonas ajardinadas, de manera

que sus usos sean fácilmente intercambiables sin modificar la

arquitectura. La zona de administración se configura como un

edificio independiente que, situado junto al vestíbulo principal,

se eleva verticalmente desde el núcleo de circulaciones

configurando un hito visual que identifique el hospital desde el

entorno lejano. El edificio industrial, que contiene los servicios

de limpieza, almacén, hostelería, instalaciones y mantenimiento,

se encuentra en el extremo Sureste.

El acceso del público al edificio se produce por el lado Suroeste

mediante un gran atrio cubierto de cristal, que surge como

continuación de una plaza exterior, la ‘Plaza Mayor’ del hospital,

bien conectada por accesos y aparcamientos públicos. Desde

este punto surgen dos grandes galerías (calles) de circulación

tanto para público como para personal. La situada en la parte

Norte tiene un carácter eminentemente público sin restricciones

de movimiento, mientras que la situada hacia el Sur es de uso

restringido para personal y pacientes hospitalizados. Las áreas

comunes para la atención al ciudadano se disponen a lo largo del

eje Norte de uso público, como una gran galería que atraviesa

el hospital desde el extremo Suroeste al Noreste, y da servicio

además al área de asistencia ambulatoria y hospitalización.

La gran galería es un espacio continuo entendido como una

calle flexible que se adapta a las distintas zonas a las que

da servicio. En la zona más próxima a la entrada dispone de

zonas de descanso, comercial y núcleos de conexión vertical

(ascensores y escaleras). A la entrada de cada pieza existe un

control de acceso y punto de información, así como una zona

de espera. La galería Sur

con doble circulación,

(ambulatoria /de personal)

por un lado sirve como

arteria principal para el

uso interno del hospital

y, por otro, da servicio a

las visitas que se dirigen

al bloque técnico. Su uso

de carácter restringido

articula no sólo funcional,

sino geométricamente, la

totalidad del edificio. En

el bloque técnico, todos

los módulos de consultas

externas se agrupan en

dos plantas en las cinco

primeras piezas, a las

que se da acceso desde la

galería Norte. Gracias a su

ubicación y conexión con

el gran hall del edificio, se

hace posible un acceso rápido y directo a las consultas. Los

módulos se sitúan en alas paralelas entre patios y conectadas con

una doble circulación en ambos extremos, la Norte de pacientes

y la Sur de personal. Las esperas se sitúan en cabeza de forma

que la circulación interior de cada módulo sea ya controlada

y de personal, evitando así realizar una doble circulación por

módulo que provoca dejar las consultas sin luz y ventilación

natural. Así, las circulaciones funcionan como un doble peine,

uno de pacientes ambulantes que distribuye Norte-Sur y otro

de personal que distribuye en sentido contrario. En ambos se

sitúan núcleos de circulación vertical situados estratégicamente

y, en el caso de la circulación ambulatoria, se ha previsto una

circulación rápida con escaleras en conexión con el vestíbulo

principal. Los accesos a urgencias se realizan segregados, uno

para ambulancias y otro para pacientes a pie. Las circulaciones

que van por los pasillos longitudinales de Sur a Norte, atraviesan

los distintos recintos que responden al programa funcional.

Estas piezas son fácilmente intercambiables entre sí, dado que

sus dimensiones y características físicas son similares, de forma

que puede seleccionarse el modo de agrupación de los espacios

y la seriación en el proceso de tratamiento del paciente de un

proceso urgente.

Planta Acceso y Fotografía de la Maqueta

Esquema de distribución de las zonas

Proceso de construcción

Foto: Inglada Arévalo

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

promateriales

promateriales

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

Hospital Universitario Río Hortega, en Valladolid

Inglada Arévalo Arquitectos

En enero de 2009 comenzó a funcionar el nuevo Río Hortega,

construido sobre una parcela de 99.000 metros cuadrados

sensiblemente triangular, con un ligero desnivel de 5 metros

que condiciona los puntos de contacto del edificio con el

terreno, dando lugar a los diferentes accesos. El edificio de

cuatro plantas adapta sus 113.000 metros cuadrados ocupando

al máximo el terreno, para evitar crear sótanos. El hospital se

encuentra situado en una zona industrial, por lo cual se optó

por una tipología urbana de ciudad jardín, volcado al interior

situando patios ajardinados –concebidos por el paisajista

Luis Vallejo- entre los diferentes edificios, donde la luz es

fundamental. En su interior se emplea un colorido de tonos

cálidos, grandes ventanales y una organización de áreas que

reduzca al mínimo las circulaciones. El diseño flexible que

requiere este tipo de edificio se ha diseñado bajo un sistema

triple. Una primera capa primaria permanente, que durará entre

50 y 80 años de vida del hospital, engloba elementos fijos

como la urbanización, la envolvente, la estructura portante o las

instalaciones. La segunda capa es adaptable, preparada para los

cambios a medio plazo (5 a 15 años), con elementos modulares

en las distribuciones interiores, revestimientos, falsos techos o

canalizaciones. Por último, una capa modificable a corto plazo

(0 a 5 años), está compuesta por el mobiliario o los equipos no

fijos. Además, se optó por no superponer verticalmente usos

diferentes o incompatibles en los distintos bloques.

El hospital está compuesto por tres zonas diferenciadas.

La zona de acceso se encuentra en la franja Norte del solar,

determinada por el desnivel existente, en la que se habilita el

aparcamiento en dos niveles. La zona central está ocupada por

el hospital, en orientación Este-Oeste, dividido en contenedores

funcionales. La zona de servicios, de carácter industrial y alejada

de los pacientes, se encuentra al Sur, conectada por galerías

de suministro y distribución. La accesibilidad a cada una de las

zonas se garantiza mediante la red perimetral de circulación por

el interior del solar. El hospital propiamente dicho se encuentra

enmarcado en un rectángulo de 268 x 148 metros, formado

por pabellones conectados dentro de un bosque artificial que

aporta aire puro, luz natural, vegetación y confort ambiental. En

la parte central, cuatro torres cuadradas de 39 metros de lado

configuran el área de hospitalización, separadas entre sí por

zonas verdes de 12 metros de anchura. El sistema circulatorio

está formado por dos ejes paralelos Este-Oeste y otros dos

Norte–Sur. Al Norte, delante del primer eje de circulación,

se sitúa un bloque alargado de dos alturas que contiene las

áreas administrativas y los dos accesos principales -a niveles

diferentes- que conectan con los dos ejes de circulación

Norte–Sur. El eje del lado Oeste soporta el tráfico de personas

que acceden a consultas externas, cafetería, gabinetes de

exploración y hospitalización de psiquiatría. Sobre este eje se

apoya un edificio formado por diez bloques rectangulares en

forma de peine, conteniendo en tres plantas urgencias, partos,

psiquiatría, consultas externas y gabinetes de exploración. El

eje del lado Este se destina fundamentalmente a circulación de

pacientes y visitas a hospitalización, rehabilitación, docencia

e investigación, diálisis, banco de sangre y laboratorios en

un edificio formado por pabellones, similar al del lado Oeste

pero en dos plantas. En el lado Sur, tras el correspondiente

espacio verde, un edificio alargado alberga el bloque técnico

y los núcleos verticales de comunicación, sobre la galería

restringida del lado Sur, que se utiliza para comunicar las áreas

perimetrales y externas con las zonas internas de tratamiento y

diagnóstico (bloque técnico). En la zona industrial, además de

instalaciones, almacenamiento, lencería y salida de residuos, se

encuentra un edificio independiente que da cabida al tanatorio,

unido mediante una galería específica con el hospital.

Hospial Moissès Broggi, en Sant Joan Despí

Albert de Pineda y Manuel Brullet

El Hospital Comarcal Moissès Broggi, en

Sant Joan Despí, comenzó a funcionar en

febrero de este mismo año. El centro de

46.000 metros cuadrados construidos

se encuentra junto a la B23, una importante vía de acceso a

Barcelona. La organización y disposición del hospital dentro

de la parcela, así como su volumetría, está determinada

por los accesos a la misma, la orientación y las condiciones

topográficas del terreno. El acceso principal se sitúa al Suroeste

de la parcela, en la cota más alta, desde donde se puede acceder

al aparcamiento, al Sur de la parcela, o a la zona ambulatoria,

aunque ésta cuenta con acceso independiente en la fachada

Norte. El acceso de urgencias se sitúa en el extremo Noreste de

la parcela, en la cota más baja y en una planta inferior al acceso

principal. Finalmente, el acceso al muelle de carga y descarga se

encuentra en la banda Este. La imagen del Hospital es la de un

edificio accesible, sin barreras, compacto, que busca resolver

varios aspectos fundamentales. En cuanto a las circulaciones,

se diferencian públicas y restringidas, que hagan posible que

los usuarios tengan, en todo momento, una buena orientación

dentro del complejo y relacionen interior y exteriormente su

situación. Por esta razón, las zonas asistenciales se encuentran

en el primer sótano, evitando la confusión que generaría

la aparición de camas en la planta de acceso. La propuesta

de un acceso independiente para las consultas externas y

para el resto de servicios ambulatorios consigue también

diferenciar los recorridos de estos pacientes. Las unidades de

hospitalización se construyen en sistema de peine de cuatro

bloques, que nacen hacia el Sur perpendiculares al bloque de

hospitalización principal, con orientación Este-Oeste. Estas

unidades interconectadas por un gran pasillo longitudinal,

consiguen mayor tranquilidad mirando hacia la zona ajardinada

que separa el edificio del aparcamiento.

El área de consultas externas se separa de las unidades de

hospitalización para mejorar la funcionalidad de ambas zonas.

Para este espacio se han construido crujías más profundas que

se adaptaran al horario diferenciado, y se ha potenciado la

entrada de luz natural a través de grandes conos captadores

de iluminación cenital. Así se evita la realización de patios,

se consigue un edificio compacto y se reducen los costes de

funcionamiento. Se ha buscado un equilibrio entre la pretensión

de conseguir un edificio extenso y la voluntad de preservar

un espacio importante como zona ajardinada, a la vez que se

minimizan los recorridos internos de los usuarios,

con el fin de hacer más racional el funcionamiento

del hospital y facilitar la labor de los trabajadores.

El hecho de ubicar gran parte del programa bajo

rasante, junto a la creación de patios que permitan

iluminar la mayor parte de los espacios del edificio,

consigue una huella urbana discreta, a pesar del

gran volumen edificado. Para la realización del

edificio se buscan sistemas de ahorro energético,

donde el diseño arquitectónico (edificio cerrado al

Norte y abierto al Sur, controles de soleamiento

mediante brise-soleils y diseño de las fachadas)

habilita un gran control del consumo, junto a

mecanismos técnicos como placas fotovoltaicas o

sistemas de reaprovechamiento de aguas pluviales.

En su interior destacan los grandes espacios y las

habitaciones amplias, donde prima la luz natural,

que llega a través de unas enormes claraboyas que

aportan claridad al interior.

Dibujo de la planta

Vista aérea y galería interior. Fotos: Inglada Arévalo

Alzado Norte

Planta y Emplazamiento

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

promateriales

promateriales

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

Nuevo Hospital Sant Joan, en Reus

Corea & Morán, Pich-Aguilera Arquitectos

A punto de abrir sus puertas en el Tecnoparc, el nuevo

Hospital Sant Joan de Reus tiene 86.000 metros cuadrados.

El proyecto para la construcción del nuevo equipamiento

sanitario se plantea con el objetivo de aprovechar al máximo las

características del lugar, optimizando el programa funcional y

su interrelación de las diversas áreas con el entorno, y los flujos

de vehículos y personas en la organización final del proyecto.

Tras el análisis preliminar, el proyecto se plantea como una gran

nave horizontal de cinco metros de altura, calada por patios

de luz y con cubiertas verdes que recuperan parte de

la naturaleza para la edificación. Sobre ella flotan los

volúmenes de hospitalización, que se conectan a la

gran rambla de circulación pública. Esta nave da cobijo

a la zona ambulatoria, bloque técnico, administración

y área ambulatoria, mientras sobre ella flotan los seis

volúmenes de hospitalización, con dos plantas cada

uno, conectados con la rambla. Una lámina diagonal,

que aporta singularidad, protege la gran calle de

Este a Oeste, por la que pasarán médicos, visitas,

estudiantes, etc., configurándose como núcleo vital

del hospital. La compleja estructura y sus grandes

dimensiones intentan esconderse bajo el terreno, en

una versión estética de centro sanitario que le confiere

un papel de bisagra urbana, entre las zonas nueva y

antigua de la ciudad. La inclinación de la fachada y el

proyecto de unos edificios anexos más bajos hacen

más amable la percepción del edificio.

El hospital busca controlar su escala

frente a la escala urbana, equilibrando

el impacto paisajístico de un edificio

de grandes dimensiones frente a la

ciudad. El proyecto se organiza sobre

dos ejes o calles: el eje médico, en la

parte más en contacto con la autovía

de Bellisens, en la parte Norte del solar,

sobre el cual se producirán los accesos

y salidas de la parte técnico logística y

del aparcamiento; y el eje público, en la

parte Sur del solar, que se abre hacia el

paseo de nueva creación.

En la fachada donde se ubican los

accesos de peatones, la gran escala del

edificio se humaniza con dos estrategias

de proyecto. Por una parte, el plano

de fachada que recorre todo el edificio

se inclina, disminuyendo ópticamente

la presencia y aumentando el efecto

perspectivo. Por otra parte, en planta

baja unos pabellones redondeados

reciben a los espectadores en una escala

menor, todo organizando los diversos

accesos. El usuario llega a una plaza

pública de acceso que se mete dentro

del edificio en un continuo, en el gran

espacio de la rambla pública, que se

configura como núcleo de circulación

principal del hospital, distribuyendo a

pacientes y visitas por las distintas áreas.

Todos los espacios del centro, ya sean

de consulta o internamiento, tendrán

luz natural, lo que además del confort

potenciará el uso racional de la energía

y del consumo de agua. Este factor se ve

incrementado con el empleo de energías

renovables (placas solares en fachada)

e integración de espacios verdes: tres grandes plazas-jardín a

las que se podrá acceder desde las zonas de hospitalización.

Considerado como un lugar en el que ‘vive’ gente, el complejo

diferencia las partes del edificio según la vivencia: hay una parte

pública de consultas, donde estará la gente que viene de fuera,

que será un lugar muy diáfano, con espacios amplios para poder

ser recorrido, parecido a un aeropuerto con gran importancia de

la iluminación natural. La zona de hospitalización, la más alta,

está ocupada por las habitaciones, que utiliza la cubierta de la

planta baja como jardín, para que los pacientes ingresados y sus

familiares disfruten de las vistas con la posibilidad de pasearse

y de relacionarse.

Hospital Quirón Barcelona

Albert de Pineda y Manuel Brullet

El Hospital Quirón Barcelona está situado junto a la Ronda

de Dalt de la Ciudad Condal. El proyecto intenta aportar una

respuesta volumétrica a un solar de topografía particular, cuya

característica principal es la gran pendiente de Norte a Sur,

con un desnivel máximo de 16 metros. Además, se busca la

integración del complejo programa hospitalario en el entorno

urbano. Las plantas superiores de la edificación se configuran en

forma de ‘L’ para albergar las seis unidades de hospitalización,

mientras las plantas que se encuentran entre el hall de acceso

y la hospitalización han sido destinadas a consultas externas,

exploración, UCI y hospital de día. La morfología de estos

espacios ya no responden tanto directamente a las necesidades

del programa funcional, sino que trata de relacionarse con la

topografía del solar. La planta baja cumple la función de acceso

público, tanto peatonal como de tráfico rodado, conectada con

la plaza exterior y la zona ajardinada al

Noreste del solar. Esta planta alberga

también los usos más públicos, como son

la cafetería, el salón de actos, las zonas

de admisión y facturación, y un espacio

comercial que puede funcionar de forma

independiente a la clínica. Dos plantas

inferiores, con acceso desde la calle

dado el desnivel del terreno, y los patios

generados por el proyecto, se destinan

a los servicios asistenciales: urgencias,

diagnóstico por la imagen, bloques

quirúrgico y obstétrico, rehabilitación,

esterilización y laboratorios. Bajo

estos servicios se encuentran la planta

servicios generales y, por último, las

plantas de aparcamientos. En la parte

inferior del solar se producen de

manera independiente los tres accesos

principales de la clínica: el de público, el

de urgencias y el de mercancías.

Los 56.620 metros cuadrados de

instalaciones hospitalarias han sido

diseñados para alcanzar el máximo

confort del paciente, con amplitud de

espacios, iluminación natural y zonas

ajardinadas, factores que en conjunto

consiguen un hospital respetuoso con

el medio ambiente. Con esta intención

sostenible también se han incorporado

placas solares sobre la cubierta para

generar agua caliente sanitaria, y se han

empleado soluciones aislantes térmicas

para los cerramientos exteriores, que

permitan un mayor rendimiento de

los sistemas de refrigeración y calefacción. Pero también

se busca aquí la incorporación de las últimas tecnologías

sanitarias para la asistencia y para la investigación. Los

equipamientos tecnológicos son parte esencial del edificio,

por lo que se proyectó un espacio que permitiera la evolución

y la introducción de nuevos equipamientos en un futuro, es

decir, un edificio receptivo que supera la clásica definición de

edificio inteligente, dado que su capacidad de evolucionar con

las técnicas sanitarias es una característica fundamental para

desarrollar la medicina del futuro. La gran magnitud del Hospital

Quirón Barcelona podía ser un inconveniente en el momento de

querer trasmitir una imagen amable del edificio. Por ello, se ha

trabajado con materiales muy contemporáneos que trasmitan

la luminosidad de dentro a fuera y viceversa. Así, la fachada

es de tecnología adaptable y contemporánea y permite resolver

la transición entre el interior y el exterior, permitiendo a los

usuarios gobernar fácilmente el control de las vistas, la luz y la

privacidad de los espacios.

Planta tercera

Planta Baja

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

promateriales

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

Hospital Marina Salud de Denia

Albert de Pineda / José León Paniagua

El Hospital Público de Denia dispone

de un solar de cerca de 72.000 metros

cuadrados, aunque en él se han edificado

únicamente 45.000 metros cuadrados,

reduciendo el impacto sobre el entorno

y garantizando un desarrollo sostenible

de la infraestructura. Para minimizar lo

construido, por ejemplo, el aparcamiento

se ha ubicado bajo rasante y se ha cubierto

con una lámina vegetal. En total, un 60

por ciento de la parcela se libera como

zona ajardinada, lo que junto al diseño

modular del edificio permitirá, en el

futuro, realizar posibles ampliaciones. El

edificio ha sido orientado para que todas

las habitaciones y lugares de trabajo

obtengan luz natural, con cotas de entre

el 70 y el 80 por ciento, lo que ayuda a

humanizar el edificio y facilita la estancia

a los pacientes. Mediante patios de

diferentes dimensiones, la luz accede al

edificio también para calentarlo, mientras

que frente al excesivo soleamiento se

emplean brise-soleils de madera orientables, que logran filtrar

el sol controlando el clima y la excesiva luz en las zonas más

expuestas y, sobre todo, en las habitaciones. En cuanto a la

sostenibilidad del edificio, además de la iluminación natural, se

ha trabajado en un proyecto de cogeneración de gas para casos

de fuerte demanda, se han aplicado sistemas automatizados

de control energético de climatización y electricidad, y se han

ejecutado estrategias que hagan posible un mínimo consumo

de agua, reduciendo los efectos negativos que puede tener un

edificio tan complejo. El proyecto arquitectónico está concebido

para ofrecer el máximo confort a usuarios y profesionales,

mediante su estructura horizontal de amplios vestíbulos,

porches cubiertos y zonas ajardinadas, la distribución de las

áreas clínicas y las circulaciones, y un cuidado máximo de la

intervención paisajística en la zona, privilegiando las vistas

hacia el cercano parque natural del Montgó.

El edificio está constituido de dos sótanos de aparcamiento,

una planta semisótano para servicios generales y sobre

rasante el hospital, compuesto de planta baja más tres. Se han

distinguido las entradas de urgencias, la de rehabilitación,

la entrada ambulatoria para las consultas externas y la

entrada principal. El edificio se desarrolla en tres bloques

paralelos entre sí en la planta baja y primera, y sobre estas

se ubican las unidades de hospitalización en forma de ‘L’

para conseguir el máximo aprovechamiento del espacio,

y alejadas de la orientación Norte y de las vistas a la vía

rápida, de manera que dispongan de un ambiente tranquilo

y relajado que favorezca la recuperación. De esta forma

se consigue la formación de patios y de continuidad entre

todas las partes del edificio.

El acceso al aparcamiento se realiza a nivel del sótano -1,

por el extremo Este, mientras que la salida se produce

por el extremo Oeste, minimizando los cruces dentro de

la parcela. En planta baja se posicionan los servicios más

públicos: docencia, aulas, cafetería y salón de actos, junto

a los servicios de diagnóstico por imagen y los accesos a

consultas externas, urgencias, rehabilitación, radioterapia y

dirección, que también se encuentran en este nivel. A ellos

se puede llegar también desde la entrada principal, en la

fachada Sur. En la primera planta se resuelven consultas

externas y gabinetes de exploraciones funcionales,

habitaciones de médicos de guardia, residentes e

invitados, dirección y administración, unidad de procesos

críticos, el bloque obstétrico y neonatología, y el bloque

quirúrgico central del hospital. En la planta segunda y

en la tercera se concentran de manera exclusiva, y sin

otras unidades funcionales, las diferentes unidades de

hospitalización polivalentes (médicas y quirúrgicas),

con núcleos de comunicación verticales diferenciados

para las comunicaciones internas (pacientes encamados,

suministros y personal) y externas (visitas y pacientes con

ingreso programado).

Foto: Brullet-Pineda

Alzado Sur

Foto: Brullet-Pineda

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

promateriales

promateriales

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

Hospital de Cáceres

Argola Arquitectos

con Andrés Perea

Para el diseño del nuevo Hospital de Cáceres, casi finalizado,

se ha apostado no solo por la funcionalidad, la facilidad de

circulación o el bienestar del usuario, sino también por la

estética de las sugerentes curvas de su estructura, que lo dotan

de una reconocible identidad en el contexto. Es un edificio

de carácter horizontal abierto a la luz, a la ventilación y a las

vistas de los patios y jardines, adaptado a la posibilidad de

futuros cambios en sus usos. Además, los propios cerramientos

exteriores del edificio responden al concepto de acumulación

térmica, manteniendo el equilibrio en los requerimientos de

confort, tanto en invierno (almacenando el calor) como en

verano (permitiendo liberarlo). El diseño flexible bajo el que se

ha construido el complejo se desarrolla mediante un sistema

primario permanente, de elementos

fijos que no se modificarán, como la

urbanización, la envolvente, la estructura

portante, etc. Después, se crea un

sistema secundario adaptable, preparado

para los cambios de utilización a medio

plazo (5 a 15 años), con elementos

modulares para las distribuciones

interiores, revestimientos, falsos techos

o canalizaciones. Por último, se plantea

un sistema terciario modificable a corto

plazo (0 a 5 años), compuesto por el

mobiliario o los equipos no fijos. El

edificio proyectado debe entenderse

como un ‘todo’ que mantiene siempre

una proporción y escala perceptibles,

y que es capaz de minimizar el

impacto ambiental, mediante el uso de

tecnologías apropiadas y la consecución

de un coste operacional adecuado.

El edificio se descompone en cuatro

bloques diferenciados. El basamento

contiene tanto los servicios asistenciales

de ambulatorios y/o de tratamiento

y diagnóstico, como los servicios de

soporte asistenciales y generales del

módulo de oficinas. Se desarrolla

fundamentalmente en dos plantas y

cuatro bandas concéntricas, formando

arcos de bordes extensibles para

futuras ampliaciones. En la planta

baja se sitúa el acceso principal al Sur,

que comunica con el vestíbulo y las circulaciones externas

para el acceso de visitas a las plantas de hospitalización. En

el semisótano se disponen accesos por el Norte,

dada la diferencia de nivel, que conectan con

las circulaciones internas, despachos y zonas de

uso interno, así como las circulaciones privadas

del área de hospitalización. Entre estas dos

bandas se desarrollan otras dos paralelas

bajo el área de hospitalización, que alojan

consultas, gabinetes, diagnóstico por

imagen, etc. El módulo de hospitalización

se constituye sobre el basamento, con

una planta técnica entre ambos. Se

desarrolla en forma de alas unidas dos a

dos alternativamente, a modo de zig-zag de tres

plantas, que se extienden de Este a Suroeste, y que permite

relacionar los espacios interiores con el paisaje exterior.

El bloque técnico, con planta baja y semisótano, agrupa

los usos puramente hospitalarios, como las urgencias,

bloque quirúrgico, obstétrico, UCI, etc., así como los de

soporte general logístico que precisen accesos exteriores,

en una banda lineal de 22 metros de ancho que, situada al

Norte, cierra el conjunto de Este a Oeste con una longitud

total de cerca de 250 metros lineales. El bloque de servicios

e instalaciones supone una última crujía al Noreste, que aloja

en dos plantas instalaciones, almacenes, cocina y comedor,

mantenimiento y mortuorio. El esquema de circulaciones de la

zona de hospitalización se divide en público, al Sur sobre el

acceso principal del complejo, y privado, al Norte sobre la zona

médica del basamento. La circulación de esta parte baja queda

definida por dos pasillos paralelos exclusivos que delimitan por

el Sur y por el Norte el área central edificada, y una serie de

pasillos transversales donde se mezclan circulación personal

y ambulante. En el bloque técnico, la circulación Sur es más

abierta (es la limpia, en quirófanos), mientras la del Norte es

más interna (estéril).

Hospital Xeral de Lugo

Inglada Arévalo Arquitectos

Casi finalizado, el Hospital de Lugo –renombrado

Hospital Lucus Augusti- se encuentra a tres

kilómetros de la ciudad. El diseño horizontal

busca una clara diferenciación de las zonas

-hospitalización al Sur, tratamiento y diagnóstico

(bloque técnico) al Norte, zona de consultas

y administración al Oeste y, por último, la

zona industrial alejada, en la parte más alta de

la parcela, lo que permite diferenciar el tráfico de

suministros. El edificio se concreta mediante dos grandes ejes

perpendiculares entre sí, coincidiendo con la entrada principal,

desde donde se generan edificios distintos, con sistemas

constructivos propios, de acuerdo a la función que soporta

cada uno de ellos. Esto hace que cada una de las áreas varíe en

tipologías formales, sistemas estructurales, sistemas de cubiertas

o materiales de fachada. Su forma compleja es el resultado de

un programa de 160.000 metros cuadrados construidos, y su

adaptación a la topografía irregular con grandes desniveles

del terreno. El resultado intenta resolver estos problemas de

forma sencilla, logrando una arquitectura muy permeable a la

luz natural, de espacios humanizados y con gran flexibilidad

para soportar los cambios actuales y futuros. El exterior penetra

en el edificio de múltiples formas, inundando todo de luz: bien

desde las ventanas y huecos, desde los lucernarios (toberas) o

desde los patios interiores, haciendo llegar a sus usuarios la

naturaleza circundante, lo que transmite tranquilidad, silencio

y pureza del aire.

La zona industrial

se apoya sobre el eje

longitudinal Este-Oeste para

transportar energía, agua, gases, ropa o

medicamentos a todas las áreas del hospital.

Una segunda circulación perpendicular a la anterior

genera la encrucijada, donde nace la entrada principal

del hospital (esquina Sureste). Hacia el Suroeste se generan

tres bloques en forma de “U”, que contienen las habitaciones de

pacientes. El bloque de forma triangular, que se apoya en los

dos ejes y se desarrolla hacia el Noroeste, contiene las áreas

de tratamiento y diagnóstico, estancias alimentadas de luz por

patios horadados desde la cubierta.

El proceso de construcción utiliza sistemas constructivos que

habitualmente no se han empleado en esta tipología, como

es la estructura postesada de los forjados, o las fachadas

compuestas de elementos metálicos de chapa y montantes

galvanizados, fijados mecánicamente a la estructura. Las

fachadas son ventiladas, utilizando de forma extensiva placas

de zinc o aplacados de pizarra verde de las canteras de la zona,

mientras el resto del edificio utiliza hormigón visto o pintado

en color azul intenso “ultramar”. Del bloque de tratamiento y

diagnóstico, que pasa de cuatro alturas en la zona de galería

hasta una única altura en la parte más alejada, destaca una

cubierta -formada por cerchas metálicas de gran

canto- recubierta de paneles sándwich de chapa

con aislante, dejando un espacio que contiene las

unidades de climatización de las áreas situadas

en los niveles inferiores. El diseño inclinado de

esta cubierta ofrece la posibilidad de convertirse

en un gran captador solar que permita reducir

los gastos energéticos al máximo, dado que los

hospitales son grandes consumidores. Frente a

esta premisa, se opta por utilizar los sistemas más

avanzados para lograr un edificio energéticamente

eficiente y ecológico, en la búsqueda de un

edificio responsable que permita cuidar el planeta,

utilizando solamente la energía imprescindible de

forma no contaminante.

Vista aérea y detalle de las distintas fachadas. Fotos: Inglada Arévalo

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

promateriales

promateriales

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

Hospital de Vigo

Valode & Pistre

El Hospital de Vigo comenzará a construirse a finales de este

año, para intentar estar finalizado a finales de 2013. Es uno

de los proyectos hospitalarios más grandes de Europa, ocupará

casi 173.000 metros cuadrados (400 parcelas, muchas de ellas

aún en trámites de expropiación) para dar cabida a un total

de 1.468 camas, helipuerto y 125.000 metros cuadrados en

aparcamientos para 4.300 vehículos (un tercio para el personal).

El estudio Valode & Pistre, responsables

del diseño tras el concurso de 2007,

consensuaron con los propios médicos

las necesidades y detalles del programa.

En cuanto a la estética, los arquitectos

han apostado por potenciar la identidad

de una ciudad en contacto con el

mar, con las velas de los barcos como

elemento representativo del edificio. La

principal dificultad radicaba en construir

una estructura eficaz, adaptada a la

fuerte pendiente del terreno, lo que llevó

a crear un hospital “paisajístico” de construcción escalonada,

que consigue crear la ilusión de que la obra se desliza por la

pendiente. Este escalonamiento se aprovecha para diferenciar

tres zonas: el bloque de equipamientos técnicos y urgencias en

lo alto de la colina, el área de hospitalización en la parte frontal

-con su estructura en forma de peine abierta sobre el valle-

y, finalmente, el área ambulatoria (hospital de día) y el área

de servicios generales, que incluye el aparcamiento -que se

desarrolla sobre un basamento dispuesto en grandes terrazas

ajardinadas-. Las circulaciones están

estudiadas en función de los accesos,

diferenciados para los visitantes,

personal, logística y urgencias, de

manera que los recorridos sean cortos

y claros, reforzados por un código de

colores. La separación entre el sector

médico y el area de hospitalización ayuda

a garantizar una vista panorámica del

valle a todas las habitaciones, mientras

que, tal como lo requiere el programa, el

área de consultas externas y el hospital

de día gozan de un funcionamiento

independiente. El área de cuidados

mínimos, también autónoma, está

situada al Norte en una construcción que

se desmarca del conjunto, cerrando la

composición. Esta organización racional

le da prioridad al confort de los enfermos,

los visitantes y el personal sanitario. Una

calle interior entre el bloque técnico y

el área de hospitalización irriga todo el

edificio, permitiendo la diferenciación

de los flujos entre enfermos y usuarios.

Desde la planta baja, ofrece amplias

aberturas visuales sobre el paisaje,

mientras las circulaciones en plantas se

realizan mediante pasarelas. En todas

partes la luz penetra generosamente por

los patios que se abren en la planta de consultas externas y del

hospital de día, iluminando la calle interior y los quirófanos.

La configuración generada permite una gran flexibilidad para

poder evolucionar en el tiempo sin perjudicar a la organización

del conjunto.

Cada área se trata de forma diferente para ser fácilmente

reconocible. El área de equipamientos técnicos se revestirá

con aluminio lacado, mientras que las alas de hospitalización

trazan grandes curvas de fachada de vidrio Emalite blanco,

configurando las reconocibles seis

velas de vidrio blanco que nacen del

núcleo principal. Este peine, sobre los

basamentos de granito característico de

la región que configurarán las terrazas, es

capaz de integrarse en el paisaje a pesar

de su gran envergadura. Las terrazas

albergarán una vegetación adaptada al

clima y al lugar, con sauces cerca del río

y árboles frutales a espaldera, mientras

el resto de la parecela se rellenará de

eucaliptos y pino marítimo. En total,

sólo se necesitará excavar un 30% de volúmenes, lo que reduce

considerablemente la inversión y permite una gran generosidad

en los espacios y confort para los usuarios del equipamiento.

En los interiores destacarán materiales naturales, en especial

madera y granito en clara referencia a la identidad del lugar.

Reforma y Ampliación del Hospital San Pedro de Logroño

Alas Carvajal Casariego, Baquerizo Cruz Petrement

En febrero de 2007 se inauguró el renovado Hospital San

Pedro de Logroño que, con sus 126.000 metros cuadrados de

superficie sanitaria, sustituye al San Millán como hospital de

referencia tras 50 años de servicio. El antiguo Hospital San Pedro,

de seis plantas y levantado en los años 50, se encontraba dentro

de una amplia parcela ajardinada que se extiende hacia el Sur,

llegando casi al río Iregua. Reformado en los años 90, el Hospital

mantenía su esquema funcional original, con habitaciones y

terrazas volcadas al jardín Sur y accesos y servicios al Norte. Un

edificio circular anexo de nueva planta, destinado a central de

instalaciones, completaba el conjunto. La

grata impresión inicial causada sobre los

autores de la renovación por el edificio

original, sus jardines y la aterrazada

fachada Sur abierta a éstos y al paisaje,

llevó a plantear una solución basada en

la conservación en lo posible de estos

elementos. Para ello, se completó la hospitalización hacia el

Norte, creando una nueva fachada ordenada de amplias ventanas,

con vistas hacia la ciudad. Ésta, unida a los corredores laterales a

Este y Oeste, tiene el papel de actualizar la imagen del Hospital,

mientras la fachada Sur se respeta, integrándola formalmente

en la nueva edificación como elemento compositivo. Se extiende

el resto de la edificación, con una altura máxima de 2 plantas,

siguiendo una retícula en la que se alternan cubiertas cuadradas,

pasillos, patios y jardines, constituyendo una ciudadela que

huye de la visión tradicional de hospital masificado. La cubierta

de las plantas bajas se percibe como quinta fachada, que se

incorpora al paisaje visto desde las terrazas. La fachada Este,

constituida por un bloque en voladizo, se convierte en la

principal del conjunto, produciendo los accesos diferenciados

de visitas y consultas externas, bajo un porche corrido formado

por el edificio de dirección y biblioteca. Una vía perimetral

ajardinada conecta esta fachada con el resto de accesos, tanto

de suministro como de servicio. Con la reforma, se busca crear

un esquema de circulaciones diferenciadas por usos, tanto

exteriores como interiores, constituida por recorridos con

alternancia de luces y vistas a patios ajardinados y jardines

con tratamiento particularizado, en los que se ha buscado la

variedad secuencial y la amenidad.

La fachada Norte ofrece, mediante los reflejos fragmentados,

una imagen cambiante a la ciudad, para lo que se ha empleado

una piel de chapa plegada de acero inoxidable, perdiendo así

el edificio su carácter unitario y estático. En la fachada Este,

la continuidad del muro cortina de la planta primera contrasta

con el carácter abierto y cambiante del porche, planteado como

espacio de circulación al que se asoman los distintos accesos.

Las fachadas Sur y Oeste responden al carácter de ciudadela

de toda la zona asistencial de la base del edificio, con cuerpos

compuestos por bandas horizontales de prefabricados de

hormigón y carpintería. De esta manera, el conjunto, dotado de

un carácter unitario gracias a los criterios generales compositivos

y a los elementos exteriores de tráfico y jardinería, resulta claro

y expresa de manera contundente la complejidad funcional. Se

ha pretendido trasladar esta misma claridad a las circulaciones

interiores, articuladas mediante pasillos ortogonales con tráficos

diferenciados, y se ha utilizado de manera general el color como

elemento organizativo. Los materiales utilizados se adecúan al

uso específico de las distintas áreas y soportan con garantía el

uso intensivo al que se someten este tipo de construcciones. Se

ha estudiado su despiece y fijación para permitir su registro y

mantenimiento. Los solados son pétreos

en las zonas más públicas, de terrazo en

las zonas generales y de circulación, y de

PVC en zonas de pacientes, además de los

específicos que requieren determinadas

áreas. En los revestimientos verticales se

han eliminado al máximo las juntas, y se

han protegido con zócalos de tableros

fenólicos y bandas de acero inoxidable

las zonas de mayor circulación.

Los falsos techos se han estudiado

pormenorizadamente para conseguir

confort acústico, de iluminación y de

climatización al paciente encamado,

al personal facultativo y al resto de

usuarios, y además permitir el fácil

registro de las instalaciones.

Infografía Fachada Oeste

Planta sexta

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

promateriales

Hospital de Fuenlabrada

Argola Arquitectos / Andrés Perea

En 2004 se inauguró el Hospital de Fuenlabrada, construido

en una parcela trapezoidal de 100.000 metros cuadrados en la

confluencia de esta localidad con Pinto y Móstoles. El solar, plano

y carente de elementos que obstaculizasen la construcción,

presentaba un tráfico cercano intenso, lo que introducía un

impacto visual y acústico sobre el edificio, así como una alta

radiación solar directa. Por ello, el edificio, enmarcado en un

rectángulo de 160 x 123 metros, se vuelca hacia los patios

interiores -de amplias dimensiones- cerrándose más a las

condiciones agresivas del entorno, y creando una imagen

unitaria y global con un esquema organizativo claro y ordenado.

Los cinco patios, amplios y profusamente ajardinados, son el

principal envite ambiental del proyecto, y permiten además

realizar un esquema de gran flexibilidad, con posibilidades

de intercambio de usos entre unidades o de crecimiento,

principalmente hacia la fachada trasera o aumentando el

número de alas hacia los laterales del edificio. Una calle interna

actúa como columna vertebral del hospital, conectando el

urgencias, rehabilitación y hospital de día geriátrico; en

planta segunda todos los laboratorios y la esterilización; y

en planta tercera el bloque quirúrgico. Las instalaciones y el

tratamiento de residuos se encuentran en un pequeño edificio

en el extremo Sur del solar, tratado con un cierto acento

escultórico. Los jardines próximos al edificio se prevén como

espacios de apoyo a las terapias médicas y como tapices a

contemplar desde las últimas plantas, mientras los espacios

intermedios entre los dos anillos de circulación se cubren

con masas boscosas y arbustivas que ofrezcan una superficie

visual naturalista. Al Norte, se dispone un jardín para largos

paseos con un suelo horizontal firme, mientras los restantes

espacios verdes se destinan a ejercicios físicos de mayor

envergadura. La división de los jardines se ha tratado de paliar

mediante el empleo repetitivo de ciertas especies vegetales.

edificio “fabril” del programa (denominado C, con quirófanos,

laboratorios, urgencias, talleres, etc.) con el peine que recibe

las restantes funciones internas del programa (unidades de

hospitalización, administración, etc.). Este peine, formado por

seis módulos separados por los cinco patios mencionados, está

conectado por galerías de circulación -privada en el edificio B,

y pública en el edificio A hacia el acceso principal-, y dispone

de una altura de cuatro plantas. Las circulaciones de visitantes

a hospitalización funcionan únicamente en peine desde el

vestíbulo de planta baja situado en el Edificio A (zona pública

del peine), y a través de núcleos verticales con las unidades de

hospitalización, mientras las circulaciones de camas y personal

funcionan en el peine en el sentido contrario, desde el edificio B.

El edificio A contiene las circulaciones de visitas y ambulantes,

unificando en planta baja los accesos y vestíbulos principal y de

consultas, y distribuyendo en peine a las diferentes alas que, en

planta baja, contienen estancias funcionales vertidas hacia los

patios. Verticalmente el edificio A permite las visitas a la zona

de hospitalización. El edificio B, que supone la parte trasera del

peine, contiene servicios para el personal y soporte asistencial

en planta baja, mientras desarrolla en las

plantas superiores todas las unidades

administrativas, conectadas con las áreas

de hospitalización correspondientes

y con los servicios ambulatorios. Este

bloque contiene dos tipos de núcleos de

circulaciones verticales, especializados

para camas y personal o para los servicios

hosteleros. El edificio C, separado del B

por una calle interior que sirve de acceso

rodado de servicio -contiene los muelles

de carga y accesos de servicios-, está

unido al anterior mediante pasos situados

estratégicamente junto a los núcleos de

camas y personal o específicos en alguna

planta. El módulo C contiene en planta

baja los servicios de almacenamiento,

mantenimiento o vestuarios; en planta

primera (con acceso rodado directo)

Foto: Argola

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Hospital Infanta Elena, en Valdemoro

EACSN Estudio de Arquitectura / Ingeniería Ghesa

El Hospital Infanta Elena de Valdemoro se emplaza en una

parcela de 70.000 metros cuadrados. Con 41.000 metros

cuadrados construidos, el edificio se inscribe en un rectángulo

de aproximadamente 120 por 144 metros, formado por

bloques de diferente tamaño y tipología que se adaptan a las

funciones requeridas. El conjunto se ordena mediante dos ejes

principales de circulación paralelos, uno de uso público en la

parte central, y otro de uso restringido junto a la fachada Oeste,

ambos recorriendo el hospital de Norte a Sur. A ellos se adosan

los bloques por ambos lados, cada uno con su propia función

para no albergar actividades incompatibles, y agrupados por

zonas. Al Este se encuentra la parte más pública, que incluye

los departamentos de atención al público y la zona ambulatoria,

mientras al Oeste se encuentran los usos internos: hospitalización

y tratamiento. De sus cuatro alturas, el nivel inferior, del que

una parte se destina a aparcamiento, queda semienterrado. El

principal acceso público se encuentra en el extremo Sureste,

y da paso a un vestíbulo a doble altura que distribuye a los

usuarios hacia los servicios de atención al público, desde donde

se perciben con claridad los itinerarios. Los accesos de urgencias

se encuentra en la fachada Norte, mientras una tercera entrada

conecta directamente con el área de rehabilitación y diálisis, y

se abre un último punto de acceso para el área de servicios,

desde el que se produce el abastecimiento y el mantenimiento

del hospital. El vestíbulo principal, abierto como una plaza

alargada y perforada en cubierta por

lucernarios, que permiten la llegada de

luz natural, conecta con la calle pública

en la parte central del hospital, formando

en conjunto una ‘L’. Desde ésta, la

circulación interna del hospital queda

organizada por una retícula ortogonal de

pasillos que separan las áreas de trabajo,

así como los flujos de visitas y personal.

Al Este se abre la zona ambulatoria,

mediante dos bloques de tres alturas

unidos en su extremo, formando una ‘U’,

que sirve de distribuidor de pacientes,

alrededor de un patio interior, y mirando

hacia una pequeña galería pública

junto a la fachada Este. Los servicios

de diagnóstico y tratamiento ocupan

el bloque del extremo Norte, donde los

servicios se distribuyen en las tres plantas, con las urgencias y

radiología en el nivel inferior, los quirófanos en el intermedio y

el hospital de día y la UCI más los laboratorios en el superior.

Su posición, delimitada a un lado por la galería pública y al

otro por la privada, permite separar los flujos de usuarios. Las

unidades de hospitalización se distribuyen en dos bloques al

Sur de la zona de tratamiento, también entre ambas galerías.

El módulo interior se ocupa en sus tres plantas, mientras el

exterior solamente en la baja, quedando las dos superiores

como futura ampliación de la capacidad de hospitalización. En

la galería de circulación restringida, junto a la fachada Oeste, se

sitúan los apoyos de las unidades de cada planta (vestuarios de

personal, despachos, almacenes generales, etc.). Por último, las

centrales de instalaciones y talleres se recogen en un edificio

independiente situado frente al bloque de tratamiento.

La calidad y economía del edificio, así como su óptimo

funcionamiento técnico y asistencial, se consiguen gracias a

soluciones y materiales adecuados a la actividad hospitalaria

y a cada área funcional en particular, en cuanto a radiación

solar, orientación, aislamiento acústico y térmico, temperatura,

humedad, etc. Estos factores se controlan con medios técnicos,

apoyados por el diseño y la forma del edificio, que buscan

ventilación e iluminación natural, consumos más razonables de

recursos como energía o agua potable, y un mejor control de

los residuos y los gases generados. Las fachadas se plantean

considerando los usos concretos de cada área funcional,

realizando una distribución de hueco-macizo adaptado a

las necesidades, y los materiales empleados son siempre de

larga duración y reciclables, seguros e inocuos. El diseño del

edificio por bloques independientes lo hace flexible frente a

ampliaciones o modificación de uso con un costo razonable.

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

promateriales

promateriales

Arquitectura Hospitalaria ¢ especial

Hospital Infanta Cristina, en Parla

EACSN Estudio de Arquitectura / Ingeniería Ghesa

El Hospital Infanta Cristina se construyó al Sur de Parla, Madrid,

sobre un solar de 119.000 metros cuadrados bastante llano,

aunque de geometría irregular. El edificio, que se inscribe en

un rectángulo de aproximadamente 212 x 164 metros, es de

corte horizontal con posibilidad de crecimiento vertical, donde

se agrupan las funciones y se limitan los desplazamientos

al máximo. Cuenta con tres plantas asistenciales más un

semisótano de servicios, zona de mantenimiento y un parking

con 800 plazas en sótano, oculto por el propio desnivel del

terreno. El hospital está formado por bloques de diferente

tamaño y tipología, que se abren al exterior o a patios de

grandes dimensiones, conectados con las circulaciones

principales privadas (en los extremos Este y Oeste) y públicas

(espina central). Cada uno de estos bloques cuenta con su

propia red secundaria de circulaciones e instalaciones (con

casetones en cubierta individuales para instalaciones), lo que

junto a una modulación dimensional permite futuros cambios

de uso o ampliaciones, fácilmente y con un coste reducido.

En cada una de sus tres alturas, estas piezas acogen un

único departamento, evitándose siempre la superposición de

actividades incompatibles. El acceso principal, en el extremo

Noreste, está dominado por una gran marquesina que cubre

una plaza pública, antesala del vestíbulo de doble altura que

aloja todos los servicios de atención al público (admisión,

atención al usuario, archivo, integración ciudadana, salón de

actos o cafeterías de personal y público en la planta baja, y

dependencias de dirección y gestión, docencia e investigación,

más la guardería y la sala de culto en la planta alta). El vestíbulo

se cubre con lucernarios que permiten iluminación natural a los

locales que se abren a él, y desde aquí se marcan los itinerarios

a las diferentes áreas. La galería principal y espina del edificio

recorre el hospital con orientación Norte-Sur, actuando de

punto de acceso a todos los servicios públicos, aunque también

se concibe como espacio de relación, descanso o comercio. Al

Este de la galería se encuentra la zona ambulatoria, mientras al

Oeste se encuentran la zona de hospitalización (Norte) y el área

de diagnóstico y tratamiento (Sur), cada una constituida por

tres bloques de tres plantas. La fachada Oeste queda rematada

por el bloque longitudinal de servicios, con laboratorios,

quirófanos, almacenes o vestuarios, adosado a la galería de

acceso restringido que distribuye al personal por los bloques de

hospitalización y tratamiento. Las centrales de instalaciones se

han previsto en el edificio independiente del extremo Sureste,

para garantizar una mayor seguridad.

Para conseguir una estética singular, un funcionamiento

óptimo y eficaz con un coste de explotación reducido y una

humanización de la asistencia y las estancias, se emplean

soluciones técnicas y materiales adecuados al uso y al entorno.

El control de los parámetros ambientales exteriores, y por

tanto el confort interior, se consigue conjugando el diseño y

la forma del edificio con medios técnicos que comporten un

consumo racional de recursos naturales y una reducción de

emisiones, aplicando correctos aislamientos térmico y acústico,

sistemas de ahorro energético y de agua potable y estrategias

de empleo de luz natural, todo ello con materiales de larga

duración y reciclables. Con este criterio se han estudiado las

diferentes fachadas del hospital, adaptado en algunos casos el

diseño previsto, y realizando una distribución de hueco-macizo

adaptado a las necesidades de cada estancia. Las zonas no

ocupadas por la edificación, viales o aparcamientos, es decir,

patios, perímetro del hospital y resto de la parcela, se ajardinan

contribuyendo al control climático, la integración en el medio o

el aislamiento acústico.

Vista Aérea

Acceso Principal. Foto: EACSN